martes, 1 de diciembre de 2009

CAPÍTULO VII:LA DIVISIÓN Y LA SUBSECUENTE RUPTURA ORGÁNICA DE LA RED TERRORISTA SENDERO LUMINOSO

Luego de haber alcanzado mi primer objetivo de inteligencia procedí a retirarme de la Base Naval y durante el trayecto con destino a la sede central del Servicio de Inteligencia Nacional ubicado en Las Palmas, iba meditando sobre la misión que estaba cumpliendo, sobre su carácter reservado, pero evidentemente histórico y también sobre el desarrollo de las operaciones, siempre imaginadas como exitosas, pero que en todo momento podían echarse a perder. Pensaba en este sentido que para un oficial de inteligencia la diferencia entre el éxito y el fracaso está en la habilidad de adaptarse al enemigo. Creo que lo había logrado.A la gente con la que acababa de tratar no le interesa las reglas; todo lo que les importaba, eran los resultados de sus acciones destructivas y letales. Mi trabajo como hombre de inteligencia era detenerlos antes de que logren sus objetivos: causar más muertes y destrucción en el Perú. En una misión como la que cumplía hay un motivo y es completar el objetivo central de mi misión: lograr la división de la red terrorista Sendero Luminoso, es decir, escindirla o quebrarla en dos partes que luego se vuelvan antagónicas entre sí. Esto era algo que a todas luces resultaba impensable para cualquier analista durante los primeros trece años de guerra interna en el país. Sin duda, estaba ante el mayor reto que he tenido en mi carrera como Oficial de Inteligencia y la misión más difícil que cumplía como Oficial del Caso.Estando en la base —en el SIN— di cuenta al jefe del Servicio, general de división EP Julio Salazar Monroe, de la actividad realizada, y luego con su conocimiento y autorización, me reuní con el Director Nacional de Operaciones, cuya Dirección Nacional era el órgano de línea encargado de desarrollar la inteligencia operativa, tanto en el ámbito interno como en el externo, para hacer frente a los diversos factores de perturbación de la Seguridad Nacional. Era indispensable ponerlo al tanto de la parte pertinente de la operación para que en esta fase de la misión me apoyara con su personal, desplazando agentes a los diversos penales del país a fin de obtener información al facilitar y supervisar las entrevistas y los contactos entre los dirigentes de Sendero Luminoso —que irían de la Base Naval del Callao— con los internos de dicha organización y sus familiares durante las visitas ordinarias y especiales.Para ese propósito el concepto de la operación consistiría en que —bajo la cubierta de ser facilitadores de contactos— deberíamos conocer en profundidad cómo es que los dirigentes senderistas detenidos que actuaban en las llamadas “luminosas trincheras de combate” (los penales) se comunicaban con elementos de su partido en el exterior. Había que determinar el modo en que los dirigentes senderistas presos impartían directivas operacionales de ataques: sabíamos que utilizaban a sus familiares como faja de transmisión de mensajes, pero no el mecanismo empleado. La oportunidad era propicia para poder conocer todo el entramado de su comunicación interna, y luego tratar de infiltrarlo y reclutar colaboradores sin afectar la misión principal, que era la división de Sendero Luminoso.Con tal finalidad se debían formar varios equipos operativos por cada penal, los cuales en forma encubierta harían la observación, vigilancia y seguimiento de aquellos familiares que nuestros agentes de enlace desde el interior del penal identificaran. Determinado el objetivo a seguir al concluir cada visita, se procedía a su rastreo las 24 horas del día a fin de conocer sus movimientos y contactos fuera del penal, y de ser posible reclutar algunos colaboradores. En el equipo que actuaría en el interior del penal sólo un agente daría el rostro, pero con un adecuado disfraz que impida su identificación. Este agente tendría en su poder uno de los gemelos de un puño de camisa que utilizaría como medio de contacto ante el dirigente senderista que se desplazaría desde Lima con el otro gemelo que completaría el par que puede usar una persona.La sección de apoyo técnico del SIN proporcionaría personal y el equipo necesarios para implantar micrófonos encubiertos en aquellas áreas sensibles que dificulten el libre acceso de nuestros agentes en el interior de los respectivos penales. Ello con el objetivo de poder recopilar la mayor cantidad de información posible para la evaluación por nuestros analistas. Asimismo, el departamento de cubiertas y disfraces del SIN entregaría los juegos de gemelos necesarios que se distribuirían entre los agentes de campo y sus respectivos pares. Todo esto se le proporcionaría al Oficial del Caso a efecto de entregárselos a cada uno de los dirigentes senderistas en la prisión militar de la Base Naval del Callao, antes de su desplazamiento al centro de reclusión asignado.Igualmente, este departamento adecuaría los disfraces correspondientes para el uso de los agentes durante su permanencia en el penal. Con ese propósito el personal especializado en cubiertas y disfraces se desplazaría a cada penal para garantizar la continuidad en el empleo del disfraz en tanto dure esa etapa de la operación.Por otra parte, se coordinó con la Dirección de Inteligencia Naval para que diariamente me mantuviera informado de todas las conversaciones y documentos de trabajo que elaboren Abimael Guzmán Reinoso y Elena Albertina Iparraguirre Revoredo con los cuatro precitados dirigentes de su red terrorista durante la fundamentación —en equipo— de su llamada nueva Gran Decisión y Definición. De este modo yo podría hacer también un seguimiento pormenorizado de las actividades de la cúpula senderista en el penal militar de la Base Naval del Callao que me permitiera conocer anticipadamente sus líneas de pensamiento y reajustar —de ser necesario— algunos detalles en el desarrollo de la operación que venía conduciendo.El primer logro visible —para la división o escisión de Sendero Luminoso— se empezó a perfilar cuando el 28 de octubre de 1993, en horas de la mañana, los seis dirigentes reunidos bajo la jefatura de Guzmán me informaron durante una conversación efectuada en la Base Naval del Callao, que ya tenían listo el pronunciamiento de respaldo a la iniciativa asumida por el “Presidente Gonzalo” y la “camarada Miriam”. Después me plantearon que de conformidad con el segundo pedido formulado por ellos, y aprobado por mi parte como interlocutor académico, este pronunciamiento se debería hacerpúblico para conocimiento del país, de los dirigentes de su partido fuera de los penales y de su militancia en general.Leído el documento presentado en ese acto, y que estaba firmado por Osmán Morote Barrionuevo, María Guadalupe Pantoja Sánchez, Martha Huatay Ruiz y Rosa Angélica Salas La Cruz, estuve de acuerdo con su contenido y dispuse, por ello, que se grabara la lectura del mismo, para su difusión pública ese día, luego de la autorización respectiva por el ingeniero Fujimori.En el citado texto los supradichos dirigentes senderistas respaldaban la iniciativa asumida por la Jefatura de su partido, señalando que:“Como militantes del Partido Comunista del Perú, con muy alta sujeción a la Jefatura y a la Dirección Central, con cabal conciencia y pleno convencimiento de su insoslayable necesidad histórica, apoyamos las cartas del Presidente Gonzalo y la camarada Miriam dirigidas al Señor Presidente de la República, ingeniero Alberto Fujimori Fujimori, solicitándole conversaciones para llegar a un Acuerdo de Paz, cuya aplicación conduzca a concluir la guerra que por ya más de trece años vive el país, petición que hacemos nuestra y reiteramos”.Las frases más destacables para producir el cisma ideológico, y agudizar la lucha antagónica de las dos líneas al interior de la red terrorista son: “...alertamos y llamamos a la militancia a tener muy alta vigilancia, contra toda acción desesperada, aventurera, o de provocación de terceros (...) previniendo al máximo tales actos y denunciándolos rotunda e inmediatamente”.¿Qué nos querían decir con esto? Pues que las acciones y la desobediencia de la dirigencia partidaria fuera de los penales ponían en peligro las conversaciones para poder arribar a un Acuerdo de Paz, amenazando echar por tierra y desestabilizar todo el esquema cuidadosamente diseñado por la dirección política senderista, para que su Partido siga manteniéndose, pues ya no podía dentro de las condiciones actuales desarrollar la guerra popular en el Perú.Esa noche los canales de televisión y las agencias internacionales de noticias difundieron la referida carta suscrita por los cuatro dirigentes senderistas antes mencionados, y al día siguiente, 29 de octubre de 1993, fue publicada y comentada en los diarios nacionales y extranjeros.La lucha de las dos líneas al interior de dicha organización terrorista se hacía por primera vez visible y pública al ponerse de manifiesto las severas diferencias existentes en su seno, lo cual obviamente generó un cisma ideológico que se debía explotar convenientemente por el Estado peruano. ¿Cómo? Agudizando las contradicciones entre lo que se llamaría “Sendero de adentro”, conformado por aquellos dirigentes actualmente detenidos y que adhieren al pedido de Guzmán de buscar un Acuerdo de Paz y concluir la guerra interna en el Perú; y el “Sendero de afuera”, conformado por el resto de la dirigencia, que estaba libre y que considera que la lucha armada debe proseguir en el país.Vale decir que con la Operación Especial de Inteligencia habíamos creado el escenario adecuado y la situación requerida para que estas dos líneas al separarse —por tener objetivos contrapuestos colisionen entre sí, y como resultado de sus diferencias ideopolíticas se divida la red terrorista Sendero Luminoso en dos bandos antagónicos, que era precisamente el objetivo de la misión que con sentido histórico cumplía.Luego de este evento se produjo el desplazamiento de los cuatro dirigentes senderistas a los diversos penales del país para lograr, de un lado, el apoyo y adhesión de la dirigencia y militancia interna en tales centros de reclusión al Acuerdo de Paz; y de otro, para instruir a los familiares que los visiten a efectos de que igualmente los apoyen difundiendo las bondades de dicho acuerdo entre la dirigencia y militancia senderistas fuera de los penales.Por mandato del Consejo Supremo de Justicia Militar fueron desplazados a diversos penales los internos (cada uno llevaba consigo un gemelo que les serviría para identificarse con el agente del Servicio de Inteligencia Nacional que los contactaría en cada penal), como se había acordado y planificado.Así, Osmán Morote Barrionuevo fue desplazado al establecimiento penitenciario “Castro Castro” en Lima; María Guadalupe Pantoja Sánchez al penal de Yanamayo en Puno, y Martha Huatay Ruiz y Rosa Angélica Salas La Cruz al centro de reclusión de mujeres en Chorrillos, todos los cuales permanecieron en sus respectivos penales hasta el 25 de noviembre de 1993, cumpliendo cabalmente la tarea asignada, pues lograron que todos los internos de Sendero Luminoso recluidos apoyen la decisión de Abimael Guzmán Reinoso y Elena Albertina Iparraguirre Revoredo.De esta manera, la llamada línea “Sendero de adentro” se consolidó en su posición abriendo una brecha al interior de Sendero Luminoso, pues recusaba abiertamente a los dirigentes y militantes de la línea “Sendero de afuera” tildándolos de aventureros y exhortándolos a que se plieguen, disciplinadamente, a la decisión de la Jefatura de su partido.En tanto, se venía produciendo la presencia encubierta de los agentes del Servicio de Inteligencia Nacional en cada penal. Los agentes observaban la visita de los familiares y realizaban luego las tareas de vigilancia y seguimiento. Este meticuloso y minucioso trabajo nos permitió enriquecer de manera significativa nuestra Base de Datos en el SIN, especialmente en todo lo concerniente al tercer elemento constitutivo de la estructura de Sendero Luminoso que es el Frente Único o Nuevo Estado.En efecto, se confirmó la información que el PCP-SL, en el empeño de dar cumplimiento a los acuerdos de la Primera Sesión Plenaria y del Primer Congreso Nacional, había priorizado sus acciones en las zonas urbanas y más concretamente en Lima, en razón de que la base social del Frente Único se encuentra en los grupos sociales de las ciudades. Para ello es que organizó los llamados “organismos generados”, que venían actuando como organismos abiertos, semiabiertos y clandestinos, todos ellos vinculados en el propósito común de disputarle el espacio político urbano a la izquierda marxista legal y a otros partidos políticos.Entre las organizaciones abiertas tenemos:• Socorro Popular.• Asociación de Abogados Democráticos.• Comité de Familiares de Prisioneros de Guerra y Detenidos.• Coordinadora Clasista Magisterial.• Coordinadora de Estudiantes Democráticos.• Asociación por la Defensa de los Derechos del Pueblo.• Comité de Defensa de los Artistas, Intelectuales y de la Cultura Popular.• Luminosas Trincheras de Combate de El Frontón, Cantogrande y Lurigancho.• Periódico El Diario.• Federación Nacional de Trabajadores en Hoteles y Ramos Similares en el Perú.• Federación Nacional de Trabajadores de Transportes y Comunicaciones.• Comité de lucha de obreros y Trabajadores clasistas de la Carretera Central.• Trabajadores Clasistas de VOLVO, TANASA, COPE, etc.• Federación de Trabajadores del Cuero, Calzado y afines del Perú.• Coordinadora de Sindicatos Clasistas de Lima Metropolitana.• Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.Entre las organizaciones semiabiertas tenemos:• Movimiento de Obreros y Trabajadores Clasistas.• Movimiento Clasista Barrial.• Movimiento Juvenil Popular.• Movimiento Femenino Popular.• Movimiento de Trabajadores Ambulantes Clasistas.• Movimiento de Artistas Populares.• Movimiento Intelectual Popular.• Movimiento Campesinos Pobres.• Coordinadores Clasistas.• Coordinadora Clasista Magisterial.• Asociación por la Defensa de los Derechos del Pueblo. Entre las organizaciones clandestinas tenemos:• Centros de Resistencia.• Escuelas Populares.Con todos estos organismos generados por Sendero Luminoso se acredita indubitablemente que dicha organización subversiva estaba estructurada por un conjunto de redes internas que operaban coordinadamente entre sí formando coaliciones con otras redes internacionales, esta vez del narcotráfico.De estas redes, las que más avance real exhibían eran las que correspondían al aparato de guerra psicológica: la Asociación de Abogados Democráticos y Socorro Popular, ambas ligadas a redes internacionales de apoyo al terrorismo.El Movimiento de Obreros y Trabajadores Clasistas, era una red bastante agresiva, y estaba sostenida por una profusa propaganda cuyo objetivo era el insertarse en las luchas sindicales para violentarlas y conducirlas hacia la lucha armada. Partían de cuestionar a sus dirigencias tradicionales.El Movimiento Barrial, era otra red que buscaba estar presente en todas las movilizaciones sociales y sindicales con el afán de ganar prosélitos entre los descontentos y frustrados por la agudización de la crisis socioeconómica y las medidas de control social que tenían que aplicarse.Por otra parte, la red terrorista Sendero Luminoso mantenía fuerte presencia en los medios estudiantiles a través del Movimiento Juvenil Popular, y en el magisterio por intermedio de redes integradas al SUTEP y del propio SUTEP.El Comité de Familiares de Prisioneros de Guerra y Detenidos constituye una de las principales redes movilizadoras, actuando endiversas manifestaciones públicas senderistas. Resultaba notable la cantidad de familiares que podían movilizar y que se encuentran motivados y comprometidos por razones de sentimiento familiar y de orden político en otros casos.Igualmente se pudo conocer que a partir de la aplicación de la consigna “Combatir y Resistir”, las luchas reivindicativas laborales se expresarían en el futuro con características de violencia inusual, con enfrentamientos con las fuerzas del orden y adoptando formas organizativas realmente novedosas de guerra asimétrica frente a las tácticas que empleaban anteriormente.Un punto de interés que me llamó la atención, desde la perspectiva de la Inteligencia, fue la información que recibiera de la Dirección Nacional de Operaciones, en el sentido de que los dirigentes y cuadros del Partido debían sujetarse, por disposición de la dirección central, a las Cinco Necesidades del Partido, pues toda tarea que realizaban debía tener la categoría de clasificación de secreta manteniendo un “compartimentaje” en su ejecución para evitar ser detectados por las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia. Este hecho era evidente por la forma de operar encubierta con que actuaba Sendero Luminoso, pero que consideré pertinente profundizar personalmente con el propio Abimael Guzmán Reinoso y Elena Albertina Iparraguirre Revoredo, con el propósito de que la misma fuente me explicara el tema en cuestión.—Doctor Guzmán, ¿podría hacerme algún comentario sobre las Cinco Necesidades del Partido?—Por supuesto, doctor Montesinos. En aras de que usted como estudioso conozca nuestro criterio, le explicaré.—Okey, doctor. Adelante, lo escucho con el interés propio de un hombre de inteligencia.La “camarada Miriam” lanzó una carcajada y Guzmán sin inmutarse dijo:—Como usted comprenderá, en toda organización, y particularmente en la nuestra, las medidas de seguridad tienen por finalidad preservar, en primer lugar, la integridad de los dirigentes y de su militancia; y en segundo orden evitar que pueda destruirse nuestro partido por una indiferencia o negligencia de algún camarada. Por eso hemos aprobado un documento titulado “Aplicar sagazmente las cinco necesidades del Partido”, que constituye una directiva de la dirección política que contiene las normas de seguridad a cumplirse en todos los niveles y jerarquías partidarias, y es de obligatorio cumplimiento.–Qué interesante, doctor Guzmán. Dígame, ¿cuáles son las cinco necesidades del partido?–Sí... por supuesto. Le iba a explicar, pero como usted me interrumpió con su pregunta no pude continuar. Pero ahora le explicaré...–Mil gracias y disculpe por ese apuro de mi parte.–Las cinco necesidades del Partido son: el centralismo democrático, la clandestinidad, la disciplina, el secreto y la vigilancia político militar. Ahora le diré en qué consiste cada una de ellas.–Al centralismo democrático –continuó– se le considera como la fuerza principal o el núcleo fuerte que dirige nuestro Partido. Este implica la sujeción de todos los cuadros a las disposiciones de la Jefatura o dirección política.–Okey...–La clandestinidad es necesaria como una medida que tiene por objeto preservar a la dirección y todos los aparatos que conforman nuestro Partido.–Ajá...–La disciplina está basada en el hecho objetivo de que todo militante debe ceñirse a la mayoría guardando la regla de oro de no decir nada, negarlo todo, no delatar y sólo debe dar cuenta e informar al Partido y no a la reacción, jueces o fiscales.–Comprendo...–El secreto constituye la esencia del compartimentaje, el cual debe primar entre todos los niveles de nuestra organización.–Okey...–La vigilancia político-militar, es inherente al mando, pues constituye todas aquellas medidas que se imparten para evitar la penetración, la infiltración en los aparatos partidarios e implica actividades de contravigilancia y contrainteligencia.–Qué interesante, doctor Guzmán. Muchas gracias por su explicación.–¿Qué noticias tiene usted, doctor Montesinos, de los cuatro camaradas que se desplazaron a los penales?–Muy buenas noticias: me han reportado que todo es positivo para el apoyo a vuestra decisión.–Qué bien. ¿Cuándo retornan los camaradas?–Para el 25 de noviembre próximo (1993) estarán todos de regreso para informarles del resultado de su gestión –le informo.–Gracias, doctor. Dígame, ¿podrían venir otros camaradas?–Claro, dígame los nombres y haré las gestiones respectivas.–Bien, pero ellos deberían venir uno o dos días después del regreso de los cuatro camaradas –señala Guzmán.–Correcto, doctor Guzmán. Como a usted le gusta el Arma de Infantería, y el 27 de noviembre es el aniversario de dicha arma en el Ejército Peruano, para esa fecha estarán acá. Deme los nombres.–Un momentito –dice y luego suelta una lista: Edmundo Daniel Cox Beuseville, Víctor Zavala Cataño, Laura Zambrano Padilla, Fulgencio Joyo Díaz, José María Castillo Bellido y Walter Zenón Vargas.–Ya tomé nota –le digo.–¿Es posible que vengan todos, doctor Montesinos?–Sí. Todo es posible, pero, primero, voy a gestionar la orden judicial que autorice el traslado, y como todavía hay tiempo considero que estarán ese día con usted y la señora Iparraguirre.Luego de concluida la reunión tuve que hacer las coordinaciones pertinentes para que el Servicio de Inteligencia Nacional solicite al Consejo Supremo de Justicia Militar la autorización correspondiente, a fin de que el citado órgano jurisdiccional dispusiera el traslado a la Base Naval del Callao de los supradichos dirigentes senderistas para el 27 de noviembre de 1993.Y así, llegado el 25 de noviembre de 1993, retornaron a la prisión militar de la Base Naval del Callao: Osmán Morote Barrionuevo, María Guadalupe Pantoja Sánchez, Martha Huatay Ruiz y Rosa Angélica Salas La Cruz, quienes al reunirse con Abimael Guzmán Reinoso y Elena Albertina Iparraguirre Revoredo les informaron del resultado de sus gestiones en cada penal, señalando con toda claridad que habían logrado alinear a la militancia de las “luminosas trincheras de combate” con la propuesta de la jefatura, pero que requerían de más tiempo con el objeto de concientizar a los familiares, a efecto de que estos pudieran hacer lo mismo con los dirigentes y cuadros fuera de la prisión.Al preguntarles si recibieron el apoyo necesario para facilitarles los contactos con los otros internos y sus familiares, manifestaron que efectivamente habían sido contactados en la forma y circunstancias previstas por el representante del SIN en cada penal, e informaron que ellos también estaban de acuerdo que se debe continuar con la tarea, pues era un trabajo de largo aliento que requería de tiempo y paciencia para lograr el referido objetivo.En dicha ocasión Guzmán les anuncio que para el 27 de noviembre de 1993 vendrían a Lima otros seis dirigentes a incorporarse al equipo de trabajo, a fin de ayudar a la elaboración de los textos que sirvieran de base para poder convencer con fundamentos a la militancia en libertad, de que la nueva posición expresaba los altos intereses de su partido.Llegado el 27 de noviembre de 1993 se llevó a cabo en las instalaciones del Servicio de Inteligencia Nacional una ceremonia conmemorativa por el día del Arma de Infantería en el Ejército Peruano y, como era tradición, se realizó un saludo protocolar en la Alta Dirección a los señores jefes, oficiales y personal subalterno de dicha Arma, los mismos que brindaban apoyo como personal calificado de las Fuerzas Armadas al acotado organismo deinteligencia. Se finalizó la reunión con la entonación de las notas del himno de dicha Arma y la entrega a los infantes presentes de un banderín recordatorio por parte del jefe del SIN, general de división EP Julio Salazar Monroe.Antes de salir de la sala de reunión solicité al oficial de órdenes me proporcionara un banderín recordatorio, y le indique al técnico de sonido entregara una grabadora junto con un CD del himno de Infantería al personal de apoyo del SIN que me acompañaría a la Base Naval del Callao para la reunión que tenía programada con Abimael Guzmán Reinoso y los demás dirigentes de su red terrorista. La prodigiosa mente y memoria de Abimael Guzmán resultó sorprendente, sabía a la perfección la letra del Himno de la Infantería del Ejército Peruano y luego comentó todo sobre el CAEM y su fundador, el general José del Carmen Marín Arista a quien calificó de visionario de proyección continental.Al arribar a dicha Base me dirigí a las instalaciones de la Dirección de Inteligencia Naval para verificar el lugar de reunión y disponer la instalación de los equipos técnicos que se emplearían con la finalidad de perennizar la cita que tendría con toda la cúpula senderista, y luego de ello solicité la conducción de Guzmán y la “camarada Miriam” a la Sala de Conferencias a efecto de tener una entrevista preliminar con estos dos cabecillas, antes de llevarse a cabo la entrevista general con los otros dirigentes de su partido.Siempre imbuido del principio doctrinario de que todo hombre de inteligencia es permanentemente un órgano de búsqueda de informaciones —en cualquier nivel— y conociendo por versión del propio Guzmán que de haber sido militar le hubiese gustado escoger el Arma de Infantería, aproveché la coincidencia del aniversario y festejo de la referida Arma a efecto de introducirlo subliminalmente en temas militares a través de la escucha del himno de los infantes peruanos. De esta manera buscaba generar en su memoria recuerdos que me permitiesen obtener nuevas informaciones respecto al conocimiento que tenía sobre las Fuerzas Armadas en general y el Ejército Peruano en particular.Estando reunidos en la referida sala de conferencias le digo a Guzmán:—Doctor, ¿qué día es hoy? ¿Recuerda usted?Para mi sorpresa, poniéndose de pie acompañado casi inmediatamente por la “camarada Miriam”, da respuesta a mis preguntas recitando de memoria el himno de la Infantería del Ejército Peruano:Himno de Infantería Gloria Peruana, arma bravía, es la noble INFANTERÍA Cuna de valientes, de heroica misión, Vibra en sus filas el orgullo que por siempre nos inspira a dar por la patria el corazón. iOh! Infante que siempre supiste en Ayacucho y en Tarapacá a la Patria brindarle la vida por su gloria y su libertad. Digno ejemplo dejaste en la historia, Siempre, siempre, la lucha regirás, Es tu gloria de Arica símbolo inmortal y tus filas torrentes de empuje y de valor, cuerpo a cuerpo decides la lucha con honor por la gloria de nuestro PERÚ. Siempre has sido la REINA DE LAS BATALLAS Mil combates libraste con tesón es tu lema “Paso de Vencedores” y la honra tu gran tradición. Digno ejemplo dejaste en la historia siempre, siempre la lucha regirás es tu gloria de Arica, símbolo inmortal y tus filas torrentes de empuje y de valor,cuerpo a cuerpo decides la lucha con honorpor la gloria de nuestro PERÚ.Reaccionando sin inmutarme, a pesar de mi asombro, les manifesté al concluir el recital del himno:—Muy bien, lo felicito doctor Guzmán, por su estado de ánimo y buena memoria. Usted de haber sido militar sería un infante de corazón.Y retomando rápidamente la iniciativa en la conversación les expreso:—Bien. Ahora escucharemos las notas del himno de Infantería interpretadas por el coro de cadetes de la Escuela Militar de Chorrillos que para esta ocasión he traído —les anuncio. Guzmánme mira agradecido. Luego presionando el “play” de la grabadora les pido:—¡De pie, por favor señores! —digo con voz marcial. Nos levantamos en silencio los tres y escuchamos el himno cantado. Al terminar les digo:—Tomen asiento, por favor —les indico, habiendo ya creado así el escenario adecuado para hablar de temas militares bajo pretexto de recordar vivencias de temas castrenses.—Doctor Guzmán, ¿recuerda usted en su época de escolar que hizo el curso de Instrucción Premilitar?—Claro. Y se llamaba por sus siglas: IPM (Instrucción Premilitar).—¿Recuerda a sus instructores de Premilitar durante la secundaria?—Sí, recuerdo al famoso suboficial del Ejército de apellido Obando, conocido como el gordo Obando, un hombre muy alto y fornido, un gran instructor de orden cerrado que nos hacía marchar todo el tiempo. También era entrenador del equipo de atletismo y básquetbol del colegio. Tenía entendido que sus hijos o sobrinos fueron oficiales del Ejército. ¿Usted los conoce?—Me parece son dos hermanos, que creo, si mal no recuerdo (como que no tengo certeza), uno llegó a general y el otro no estoy seguro hasta que grado ascendió —le respondo.—Uno ha trabajado de general de brigada en Arequipa y el otro fue jefe de la Blindada en Lima. Incluso se le vio en la televisión cuando el presidente Fujimori ingresó a la Universidad de San Marcos y los estudiantes le arrojaron piedras. ¿Recuerda usted, doctor Montesinos?—Sí recuerdo ese hecho, señor Guzmán, pues fue de público conocimiento. Lo que no sé cuál de los dos hermanos estuvo en la División Blindada —contesto, pero bien que sabía yo que el hermano menor había sido Comandante General de la entonces 18" División Blindada en 1991 y el hermano mayor trabajó en la entonces Tercera Región Militar con sede en Arequipa como Segundo Comandante en 1990.—¿Qué otro instructor militar recuerda usted, doctor Guzmán?—Bueno, después vino de instructor un teniente de Infantería, Manuel Reaño. Un gran oficial. Era un hombre muy recto y con mucho aplomo y porte militar. Él siempre nos hablaba de la Infantería para aquí y la Infantería para allá. Esta arma es la reina de las batallas, nos decía, y eso marcó en mi juventud la admiración por el arrojo del infante peruano en las guerras.—¡Qué interesante! Dígame, ¿usted recuerda alguna anécdota con dicho oficial? —le pregunto para que siga explayándose a sus anchas.—Sí, recuerdo que a él le gustaba que cuando nos tocara el curso de IPM, e ingresara al salón de clase, el brigadier diera la orden de atención y todos nos cuadráramos. Un día llegó y el brigadier no se encontraba, por estar indispuesto, y entonces nadie dio la voz de atención.—¿Y qué paso? —le pregunto como interesado en la anécdota que narraba.—Pues entró al salón, se paró al frente de la clase, y mirándome con cara de pocos amigos, muy serio me pregunta: “¿Usted... su apellido?”—Alumno Guzmán.—Oiga usted, ¿yo que soy?—Teniente.—Entonces responda correctamente. ¿Cuál es su apellido alumno?—¡Alumno Guzmán, mi teniente!—Muy bien. Ahora, alumno Guzmán, con voz de hombre dé la orden de atención, pues voy a ingresar nuevamente.—¡Sí, mi teniente!, le respondo y acto seguido sale de la clase el teniente Reaño, pero vuelve a ingresar por segunda vez al aula. Al verlo, ni corto ni perezoso digo en voz alta:—Alumnos, ¡atención!... Todos se ponen de pie y se produce un silencio sepulcral, tras lo cual el teniente dice:—¡Alumno Guzmán! —¡Sí, mi teniente!...—Para la próxima clase traiga usted una bolsa con tachuelas para que el brigadier haga gárgaras de tachuelas y tenga voz de hombre y no hable con una vocecita de señorita. ¡Este no es un colegio mixto, sino de hombrecitos! ¿Comprendido?—Comprendido, mi teniente —respondí... y todo el salón se mató de risa.Después nos reímos los tres del ingenio del teniente Reaño.—Dígame, ¿qué otras vivencias tiene de esa época? ¿Hacían ejercicios de tiro real? ¿Cómo eran las prácticas en IPM? ¿Los llevaba el oficial instructor a algún cuartel militar?—Claro, los sábados por la mañana desde muy temprano partíamos en ropa de faena, vestidos con el uniforme beis con cristina y corbata, del colegio La Salle hacia el cuartel Salaverry, ubicado en el distrito de Miraflores en Arequipa.—¿Qué actividades realizaban en ese cuartel? ¿Recuerda qué unidad del Ejército estaba instalada en ese cuartel? —le pregunto sin darle tregua.—Hacíamos ejercicios de triangulación con fusiles Mauser que nos prestaban. Nos tendíamos al suelo en grupos de diez y sobre un caballete estaba el fusil con el cual debíamos apuntar pasando el ojo derecho por la línea de mira y alza. Y luego, siguiendo una línea imaginaria, debíamos orientar al compañero que estaba frente al tirador a una distancia de cuarenta metros con un bull, para que con un lápiz colocara un punto donde se le indicaría que marque en el blanco.—Qué bonita experiencia —dije y pregunté inmediatamente:—¿Qué pasaba después de marcarse el primer punto?—Ah... Bueno, debía repetirse la simulación del tiro hasta completar los tres puntos y luego se formaba el triángulo uniendo dichos puntos a lápiz, y así tenía cada alumno su triángulo de tiro... Claro, no eran similares todos, pues en unos la figura era másgrande que la de los otros, y ganaba quien hacía el triángulo más pequeño.—Dígame, doctor Guzmán, ¿en qué zona del cuartel Salaverry hacían los ejercicios de triangulación?—En el estadio de la unidad. Recuerdo que en esa época el cuartel Salaverry albergaba dos unidades de Infantería, los batallones números 13 y 45; cada uno al mando de un comandante del Ejército, según recuerdo, pues cada cierto tiempo ingresábamos al interior para tomar desayuno en el comedor de tropa. Luego un oficial nos mostraba las principales instalaciones para la instrucción de su personal.—¿Les enseñaron la galería de comando de esas unidades de Infantería, doctor Guzmán?—Si, incluso recuerdo a un comandante Oscar Ramírez Pérez, que después supe era el abuelo del camarada Feliciano. El padre de Feliciano es el ahora general retirado Oscar Ramírez Martínez.—No me diga, usted... ¡Qué curioso ese detalle! ¡Y qué buena memoria la suya! ¿Para el día de la Infantería visitaba usted el cuartel Salaverry?—Por supuesto. Desde muy temprano estábamos en el cuartel para la ceremonia inicial y luego en el evento destinado a la población. A las seis de la tarde era el paseo de antorchas y en el que participaba la banda de músicos tocando el himno de Infantería durante todo el trayecto por las calles de la ciudad. Detrás marchaba la tropa de los dos batallones cantando su himno y portando cada soldado una antorcha y nosotros los acompañábamos en el recorrido. ¡Realmente era un evento muy bonito y esperado cada año por la población arequipeña!—Así es, lo recuerdo también. Las horas que duraba el paseo de antorchas la tropa sólo cantaba el himno de Infantería. Era imposible que no aprendiéramos de memoria la letra... Además es muy bonita.—De su época de estudiante, ¿qué otros cuarteles militares de la ciudad de Arequipa recuerda?—Bueno, el cuartel Santa Martha donde había un batallón de ingenieros, pero después sus instalaciones se demolieron por el terremoto y esa unidad pasó a otro local que nunca lo visité. Más bien recuerdo el cuartel de Tingo, donde estaba el Grupo de Artillería N° 3 “Coronel Justo Arias Araguez”, y en el que todos los dos de mayo, día de la Artillería, realizaban concursos de equitación en el estadio de la unidad.—Qué excelente memoria tiene usted, doctor Guzmán. Tengo curiosidad por saber a través suyo un hecho concreto.—Siga, doctor Montesinos.—Vea, en una intervención de la DINCOTE del 19 de septiembre de 1990 se captura a Hugo Deodato Juárez Crusatt (a) “Ricardo”, y al efectuarse el registro en una casa de Monterrico, se encontró una fotocopia de un estudio sobre Sendero Luminoso que pertenecía a la Escuela de Inteligencia del Ejército. En ese texto usted hizo diversas anotaciones y comentarios al costado de cada hoja con tinta roja... ¿Recuerda?—Ah, sí, recuerdo haber leído esa monografía que correspondía a un oficial del Ejército que estaba como alumno en el Curso Superior de Inteligencia para comandantes en la Escuela de Inteligencia del Ejército.—¿Cómo llegó a su poder ese estudio monográfico? ¡Claro, si es que usted desea contestar sin compromiso alguno!—No es un gran secreto que yo no pueda revelar. Vea, una militante del partido laboró como empleada doméstica de un oficial, alumno de dicha Escuela, y un día haciendo limpieza en la casa donde trabajaba, vio sobre el escritorio del dueño de casa la monografía que trataba de temas del Partido e informó a su respectivo comando, recibiendo la orden de sacar una fotocopia para entregarla a su contacto, que sería el encargado de remitirla a quien corresponda. De esa manera me llegó dicho documento.—¿Ese oficial del Ejército dónde vivía? ¿Lo recuerda?—De lo que sé, ocupaba con su esposa e hijos un inmueble ubicado en la Villa Militar de Chorrillos. Además de eso, no conozco ningún otro detalle. No me pregunte por favor su nombre y apellidos.—No se preocupe usted, sólo quería saber por curiosidad cómo le llegó ese documento.Esa información fue valiosa, pues permitió conocer la forma de obtención del documento, y además se pudo detectar, por acciones de contrainteligencia, el año de formulación de la monografía. Revisados los archivos de la Escuela de Inteligencia del Ejército, se determinó que fue elaborado por un comandante de Caballería que hizo el Curso Superior de Inteligencia en el año de 1987. Este vivía en esa época en la Villa Militar de Chorrillos, su esposa era natural del Cusco y la empleada de su casa era de Puno. A la chica la conocieron cuando dicho oficial prestó servicios en un Regimiento de Caballería en la localidad de Pomata.Así pudo llegar a conocerse la identidad de la empleada doméstica, que para el año de 1993 ya no prestaba servicios a su antiguo empleador, pues había retornado a su tierra natal a finales de 1990. Al ser ubicada y contrastada con los hechos admitió su responsabilidad y se acogió luego a los beneficios que concede la Ley de Arrepentimiento. Antes proporcionó valiosa información para el Sistema de Inteligencia Nacional.—Doctor Guzmán, ¿en su criterio qué militares han sido impulsores de las nuevas corrientes de pensamiento sobre la Defensa Nacional durante los últimos cincuenta años en el Perú?—De lo que hemos leído y estudiado para conocer a los formadores de la línea de pensamiento militar en vuestra colina, yo debo señalar en primer lugar al general Pando Egúzquiza, un hombre de gran sensibilidad y emoción social, defensor de un activo estratégico como es el petróleo. Pando fue incluso tildado de comunista, lo cual no era cierto, pero ese fue el calificativo que le colgaron las clases dominantes y la burguesía nativa, representantes en el país de los intereses de una empresa transnacional como la IPC. Murió en el año de 1967, en una modesta vivienda que tenía en el distrito de Lince, acompañado sólo de sus familiares. Después pasó al olvido. ¡Debería habérsele reconocido sus méritos de hombre con un pensamiento de avanzada, a pesar de no ser un revolucionario! ¿Usted lo recuerda, doctor Montesinos?—Por supuesto, yo era alférez del Ejército en 1967 y prestaba servicios en la División Blindada cuando falleció el general Pando Egúzquiza. De acuerdo al reglamento se le debían rendir honores militares con una División por su jerarquía, y le tocó esa misión a la gran unidad donde laboraba, de modo que como oficial formé parte del contingente militar que le rindió los honores fúnebres en su casa ubicada en la calle Santa Beatriz. La banda de la División tocó la marcha Morán al momento de la salida del ataúd de la vivienda. ¿Qué otro general recuerda usted? —pregunté de nuevo porque no podía darle tregua a un locuaz Abimael Guzmán.—Al general José del Carmen Marín Arista, el fundador del CAEM, quien fue otro militar visionario en vuestra colina, autor del llamado Proyecto Nacional, con el cual produjo un cambio en la línea de pensamiento en las Fuerzas Armadas, algo que repercutió en toda América Latina y cuyo prestigio traspasó nuestras fronteras. El general era profesor emérito en la Universidad Nacional de Ingeniería, y según comentarios de algunos camaradas que fueron sus alumnos, era un militar visionario. No existe ningún otro militar en el Perú que haya llegado a la altura del general José del Carmen Marín Arista; esa es mi opinión concreta, doctor Montesinos.—¿Qué otra información respecto al general José del Carmen Marín Arista posee usted, doctor Guzmán?—He leído bastante sobre su persona, así por ejemplo sé que se graduó en la Escuela Militar de Chorrillos allá por el año 1921 con el grado de subteniente del Arma de Infantería, siendo el espada de honor de su promoción y así, estando a su afán de superación, fue alumno en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde obtuvo el bachillerato en ciencias matemáticas.—¿Qué más recuerda usted de él?—Creo que realizó estudios en Francia, y al retornar fue el encargado de organizar el Arma de Comunicaciones en el Ejército Peruano. En la guerra con el Ecuador, en 1941, participó como. jefe de la sección operaciones del Estado Mayor del Agrupamiento del Norte bajo las órdenes directas del general de brigada Eloy Ureta; asimismo, se desempeñó como ministro de Guerra durante el gobierno del presidente Bustamante Rivero, luego como director de la Escuela Militar de Chorrillos, dato que usted debe conocer, doctor Montesinos. Además fue catedrático de la Academia Diplomática y director fundador del Colegio Militar Leoncio Prado.—¡Su memoria es envidiable! ¿Qué otra cosa recuerda, doctor Guzmán?—Para mí lo más trascendente de su trayectoria como militar es el hecho de que cuando el “General de la Alegría”, que es como le llamaban a Manuel Odría, lo nombra como director del CAEM, para no asignarle un puesto de comando en el Ejército, él muestra una gran determinación y responsabilidad. Algo que sólo puede mostrar un educador. Él hizo de aquel centro de instrucción una importante fuente del pensamiento militar de las Fuerzas Armadas, con una extraordinaria proyección nacional.—¿En su organización, ustedes han podido leer algunos textos doctrinarios sobre Defensa Nacional elaborados por el CAEM?—Por supuesto, y le ruego que por favor no me pregunte el cómo los obtuvimos.—No se preocupe, doctor Guzmán; eso es lo último que me interesa. Lo que deseo, como analista, es ver el nivel de conocimiento que ustedes poseen sobre asuntos de Defensa Nacional. Le ruego que prosiga con su relato y disculpe la interrupción.—Gracias, doctor Montesinos, por su comprensión. Y bueno, continuando el tema del CAEM, hemos leído dos textos del general José del Carmen Marín Arista: “La Defensa Nacional: Conceptos Básicos” y “La Defensa Nacional: Procesos Fundamentales”.Asimismo, diversas ediciones sobre Planteamientos Doctrinarios y Metodológicos de la Defensa Nacional.—Veo que conocen la obra del general José del Carmen Marín.—En toda esta doctrina ha seguido predominando una visión puramente militar de los asuntos de defensa nacional. Esta se aplicó erróneamente contra nosotros durante los gobiernos de Belaunde y Alan García, sin entenderse la naturaleza política de la guerra revolucionaria.—Dígame, doctor Guzmán, ¿qué otros generales del Ejército podrían considerarse, en su criterio, como los continuadores de esta doctrina sobre Defensa Nacional del general José del Carmen Marín?—Bueno, pienso que influenció en tres generales, pero, desde luego, el trabajo de estos es de menor nivel.—¿Cuáles son esos generales? A ver si coincidimos, doctor Guzmán...—El general Giral Morzán, un gran militar que lamentablemente falleció estando en la situación de actividad, sin poder completar sus planteamientos doctrinarios.—¿Qué otro conoce? —inquirí. Era un toma y daca de preguntas y respuestas sin dar tregua a mi interlocutor mientras la “camarada Miriam” observaba, en silencio, ese intenso intercambio verbal, alturado y con respeto de ambas partes.—El general Juan Bossio Collas, quien fuera en 1960 el fundador del Servicio de Inteligencia Nacional durante el gobierno de Manuel Prado, al cual derrocaron los militares el 18 de julio de 1962. Usted todavía quizás no habría ingresado al Ejército ese año.—No, ya para 1962 era cadete en la Escuela Militar de Chorrillos, justamente cuando se produjo ese golpe... ¿Y qué más recuerda del general Juan Bossio Collas?—En 1961 fue designado Comandante General del Centro de Instrucción Militar conocido por sus siglas CIMP, revolucionando la formación de los oficiales del Ejército Peruano tanto en las Escuelas de Armas y Servicios como en la Escuela Superior de Guerra. Fue otro militar de avanzada en mi concepto.—¿Y cuál es el tercer general a que usted hizo referencia?—Es alguien que usted conoce y con quien trabajó bajo sus órdenes.—¿Cuál? —le pregunté, haciéndome el sorprendido.—El general Edgardo Mercado Jarrín, que fue primer ministro, canciller, ministro de Guerra y comandante general del Ejército durante el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada que presidía el general Juan Velasco Alvarado.—¿Qué conoce del general Edgardo Mercado Jarrín?—Es un hombre estudioso y un escritor prolífico. Es uno de los pocos generales del Ejército Peruano que ha escrito varios libros y diversos ensayos sobre temas de seguridad, política y estrategia militar. Pienso que su paso como canciller del gobierno de Velasco fue de gran utilidad en su formación política. Además tuvo como secretario general en la Cancillería al embajador Carlos García Bedoya, un brillante diplomático, fallecido tempranamente.—Bien, doctor Guzmán, podríamos estar conversando todo el día, pero recuerde, tenemos la reunión general con los otros dirigentes que ya están acá. Tengo que verlos y luego volver a reunirnos con todos ellos para los fines a que han venido, de modo que muy a mi pesar tenemos que terminar esta conversación. Considero interesante todo lo que le he escuchado, pues ha recordado personajes y hechos que nos gusten o no, son parte de la historia nacional. ¿Qué le parece si retomamos esta agradable charla en otra oportunidad?—Estoy a sus órdenes, doctor Montesinos. Cuando guste conversamos sobre estos temas.—Gracias, doctor Guzmán. Me voy a retirar para luego volver a vernos en grupo, ¿okey?—Okey, doctor. Vaya no más que nosotros esperaremos acá con paciencia a los camaradas.A medida que transcurría el tiempo, Guzmán se iba convirtiendo en un interlocutor más asequible, había en él una buena vena de charlista. Pero debía de mantenerlo mentalmente activo, proporcionándole diversos libros para que la lectura de éstos refresque su memoria, a fin de obtener la mayor cantidad de información posible de un hombre que ha puesto de vuelta y media al Estado peruano al concebir y dirigir la guerra más cruenta que ha sufrido el Perú.Al salir de la reunión, me constituí a la zona de seguridad donde estaban detenidos, en una misma área, Osmán Morote Barrionuevo, María Guadalupe Pantoja Sánchez, Martha Huatay Ruiz y Rosa Angélica Salas La Cruz. Luego del saludo protocolar correspondiente, el “camarada Nicolás” me preguntó si ya estaban en Lima los otros miembros de la dirigencia, seleccionados para la reunión programada con su “Presidente Gonzalo” y la “camarada Miriam”. Le contesté que sí y que precisamente en ese instante me encontraba de tránsito hacia el área donde permanecían —dentro de la Base Naval del Callao— para sostener una entrevista inicial con ellos y después recién podríamos tener la reunión general.En dicha ocasión le pregunté al “camarada Nicolás” su opinión respecto a que si debía visitar a cada uno de esos seis dirigentes por separado, o a todos juntos en un solo acto. Sobre el particular señaló que en su criterio era más conveniente que conversara con los seis en un solo momento, pues todos estaban plenamente de acuerdo en apoyar la decisión de la jefatura de su partido, recomendándome que interactuara con mayor persistencia con sus camaradas Edmundo Daniel Cox Beuseville (a) “Federico” y Víctor Zavala Cataño (a) “Ernesto” por ser los dos dirigentes más caracterizados de ese grupo.Estando a la recomendación de “Nicolás”, le solicité al jefe de servicio que reuniera en un solo lugar a los otros seis internos querecién habían llegado procedentes de diversos penales del país y que me hiciera el favor de no destacar a ningún personal de resguardo al interior del ambiente donde serían ubicados y que orientara sus medidas de seguridad al exterior del mismo local en la forma que estimara pertinente. Por último, le pedí que me avisara cuando estuviera listo todo para ingresar a la reunión con los internos.Luego de media hora fui notificado respecto de la conformidad de lo solicitado, razón por la cual me apersoné al ambiente de detención, e ingresé solo, sin ninguna seguridad, pese a las archiconocidas recomendaciones del personal de la Inteligencia Naval. Encontré en plena conversación a Laura Zambrano Padilla, Walter Zenón Vargas, Flumencio Jayo Díaz, José María Castillo Bellido, Víctor Zavala Cataño y Edmundo Daniel Cox Beuseville, quienes al verme se pusieron de pie y se quedaron en silencio, en lo que lógicamente interpreté como su anuencia para que tomara la iniciativa, cosa que por lo demás siempre hacía desde el principio.—Señores, buenos días.—Buenos días —contestaron los seis al unísono.—Me voy a presentar ante ustedes. Soy Vladimiro Montesinos Torres, funcionario del Servicio de Inteligencia Nacional, y vengo a ver cómo han llegado, si tienen algún problema o en qué puedo ayudarlos en la medida de mis posibilidades.Edmundo Cox Beuseville tomó la palabra:—En nombre de mis camaradas aquí presentes, le agradecemos su visita y preocupaciones. Sabemos que usted ha venido realizando un proceso de conversaciones con el presidente Gonzalo como jefatura y con la camarada Miriam como dirigente. Estamos de acuerdo con la decisión de la dirección política de nuestro Partido y entonces desearíamos saber cuándo nos reuniremos con nuestro presidente.—Dentro de unos treinta minutos vendrán por ustedes para trasladarlos a la zona de reunión. ¿Okey?—Muy bien, señor. ¿Usted también estará presente en el encuentro? —preguntó Cox.—Por supuesto que estaré con todos ustedes y también tendrán la gran posibilidad de conversar sin limitación alguna con sus otros compañeros, como Osmán Morote, María Pantoja, Martha Huatay y Rosa Salas. Ellos están en otro ambiente, pero luego todos nos reuniremos con los señores Guzmán e Iparraguirre.—Correcto, señor; entonces todos permaneceremos en espera de ser conducidos donde podamos ver a nuestro presidente Gonzalo —dijo Cox, quien al parecer se constituía como vocero natural de ese grupo.Cuando me reuní nuevamente con Guzmán, la señora Iparraguirre y los cuatro dirigentes primigenios en la Sala de Conferencias de la Dirección de Inteligencia Naval, les informé de mi encuentro con los seis últimos dirigentes y de la actitud positiva que había encontrado en ellos para apoyar su decisión, todo lo cual era un paso importante que posibilitaría ir perfilando la consolidación de la posición de estos dos cabecillas. Y, por supuesto, lo que ya era mi propósito y objetivos personales: producir la división de Sendero Luminoso mediante la ruptura orgánica de esta red en dos líneas antagónicas que debilitarían sustancialmente sus niveles de letalidad en contra del Estado peruano.Está suficientemente acreditado que en Sendero Luminoso existía una sujeción plena al liderazgo omnímodo de Abimael Guzmán Reinoso. Esta era una dictadura interna en que el “Pensamiento Gonzalo” constituía un dogma partidario; este hecho pude comprobarlo nueva e indubitablemente cuando ingresaron uno a uno los seis dirigentes senderistas a la reunión. Entonces se produjo el ritual siguiente: al entrar Edmundo Daniel Cox Beuseville se dirige a Guzmán con la misma fórmula protocolar, una monserga que ya hemos consignado líneas arriba:—¡Gusto de verlo presidente Gonzalo! ¡Larga vida presidente en la Jefatura del Partido! ¡Estamos acá presentes para cumplir disciplinadamente la decisión de la Jefatura!—¡Gracias, camarada Federico! ¡Salude ahora a la camarada Miriam y luego siéntese acá! —le ordena Guzmán a Cox.—¡Un saludo cordial camarada Miriam! —Cox obedece la orden.—¡Gracias camarada Federico! —responde “Miriam”.Luego van ingresando a la Sala de Conferencias: Víctor Zavala Cataño, Laura Zambrano Padilla, José María Castillo Bellido, Flumencio Jayo Díaz, Walter Zenón Vargas, quienes continúan con el mismo patrón de sumisión expresado por Cox:¡Gusto de verlo presidente Gonzalo! ¡Larga vida presidente en la Jefatura del Partido! ¡Estamos acá presentes para cumplir disciplinadamente la decisión de la Jefatura!Guzmán acepta casi extasiado todas estas exageradas, un poco histriónicas muestras de sumisión que forman parte de un ritual que no sabía finalmente si era para impresionarme o era algo auténtico. Concluido este ritual de sujeción plena al liderazgo de Guzmán —que presenciaba como único testigo directo—, éste tomó la palabra para analizar la situación que enfrentaban exponiendo a todos los presentes las razones por las cuales su Partido debía bregar por un Acuerdo de Paz como “necesidad histórica insoslayable”. Desplegó su argumentación en torno a lo decisivo que es la cuestión de dirección en la organización; en el presente caso no podría ser resuelta en un buen tiempo, por lo que ese hecho les demandaba suspender las acciones de guerra en el país y cesar las operaciones, salvo las de la defensa.Conforme estaba previsto, los seis dirigentes terminaron haciendo suya esa decisión de la jefatura de su partido. Guzmán retomó la palabra como líder de su red terrorista y me solicitó en vía de ampliación a su petición anterior, se permitiera que los seis dirigentes recién llegados permanezcan junto a los otros cuatro, y su dirección política, “para trabajar en equipo la fundamentación de la nueva Gran Decisión y Definición.”Como el Consejo Supremo de Justicia Militar había autorizado el traslado de los dirigentes senderistas a Lima para que permanezcan en la Base Naval del Callao, y existiendo un mandato judicial queamparaba la reunión de los internos en un solo establecimiento penitenciario por razones de seguridad nacional hasta nueva orden, es que no tuve inconveniente en manifestarle a Guzmán que estaba autorizado para permitir que permanezcan juntos. Asimismo, haría las gestiones pertinentes para que el responsable del penal incluyera a los seis últimos dirigentes bajo el marco de las mismas medidas que se implementaron cuando llegaron los primeros cuatro internos. Tras esto me retiré para que Guzmán y su gente pudieran trabajar en equipo. Me comprometí a retornar el día 3 de diciembre de 1993, que es la fecha del cumpleaños de Abimael Guzmán Reinoso.De acuerdo al compromiso que había adoptado con toda la dirigencia senderista retorné a la Base Naval del Callao ese día, fecha en que se celebraba, como he dicho, el onomástico número 58 de Guzmán. Tenía ya pensado explotar convenientemente este hecho para los fines de la Operación Especial de Inteligencia que venía conduciendo. Esta ocasión tan especial me permitiría por primera vez demostrar ante toda la cúpula terrorista —reunida en una fecha de trascendencia para su organización— la superioridad ética y moral de quienes representando al Estado peruano éramos respetuosos de los derechos fundamentales de la persona humana así esté privada de su libertad.Conforme transcurría el tiempo y trataba más asidua y directamente a los senderistas volvía a un pensamiento recurrente: ¿por qué personas aparentemente racionales e inteligentes eran capaces de cometer, de perpetrar actos de crueldad y violencia contra semejantes en nombre de ideologías y abstracciones políticas? ¿Cuáles eran las causas del comportamiento destructivo? Había, sin lugar a dudas muchas teorías, de orden culturalista y de orden biológico, pero aún no existía una respuesta certera, una explicación que diera cuenta de este fenómeno. En todas estas entrevistas con Guzmán, Iparraguirre y el resto de la cúpula sólo comprobaba que ellos eran conscientes de una “tarea política” o una “tarea histórica” que debían acometer para lograr un fin. Respecto de los sangrientos y abominables medios que empleaban, que desde luego invalidaban moralmente todo fin supuestamente justo, parecían no tener conciencia.Sendero Luminoso tenía, y tiene, un programa y una ideología que justifica la violencia más extrema y en que por ejemplo la música asícomo el lenguaje de las imágenes y de los mensajes gráficos para hacer propaganda y penetrar entre las masas rurales y urbanas, se subordinan totalmente, junto con la acción armada al propósito de la captura del poder.Para lograr la “revolución”, el fin supremo, para humanizar la sociedad en la que vivimos, estos hombres debían descender a la animalidad. Era un monstruoso contrasentido. ¿Por qué ocurría esto? Estas y otras interrogaciones cruciales son las que me planteaba permanentemente.Ahora bien, el estar presente en esta reunión de Guzmán y sus hombres más cercanos y leales, los dirigentes senderistas más emblemáticos, me daba la oportunidad, la gran oportunidad para poder observar la conducta y los patrones de comportamiento grupal de los mismos, el control de sus impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la agilidad mental, el grado de autodisciplina de quienes se encontraban en esta ocasión alejados de las rígidas líneas de control... Al fin, era una circunstancia extraordinaria para poder analizar posteriormente la forma de interactuar entre ellos y ver el nivel de inteligencia emocional de cada uno.Como en otras oportunidades, pero especialmente en esta, pude poner a prueba el uso de determinados elementos, como la música para crear un ambiente de distensión, de recordación, de asociación de ideas que facilitara la fluidez de la conversación entre ellos, la confianza para hablar y tratar temas que eran de interés para el objetivo ya descrito. La estrategia contempló la utilización de un equipo de sonido ambiental y de video, con piezas de música culta que, salvo Guzmán, los otros jamás habían escuchado, pero también melodías adecuadamente seleccionadas en base a la información previa que se tenía sobre las preferencias personales de cada uno en determinados momentos de su vida. Esa música ligera simbolizaba el sistema contra el cual dirigían su lucha armada. Eran temas musicales populares, temas que con gran facilidad les traían a la memoria su infancia, la adolescencia, la juventud, sus padres, su primer amor, la universidad, la ruptura traumática con el orden establecido... En fin, y como podrá ya comprenderse, se trataba de provocarles conflictos emocionales internos. Qué instrumento más útil que la música, tan ligada a la dimensión sentimental del ser humano.En tal sentido se planificó la reunión para que durante todo el tiempo de esta se viera en una pantalla gigante las imágenes de los respectivos videos musicales a fin de que los presentes pudieran verlos y escucharlos como música ambiental de fondo, en virtud a una programación diseñada para producir el efecto deseado.Con estos criterios dispuse que cinco minutos antes de ingresar a la Sala de Conferencias se procediera a proyectar el concierto “Carmina Burana” de Carl Orff interpretado por la Orquesta Filarmónica de Berlín con el coro The Shin - Yu Kai, bajo la conducción del maestro Seyi Ozawa. Se trataba de que vean, escuchen solos y a su vez, yo pueda simultáneamente observarles sus rostros y reacciones en un monitor de un circuito cerrado cuando el coro interpretaba la parte de Fortuna Imperatrix Mundi.Fue algo sensacional observar la sorpresa y desconcierto de los senderistas al escuchar un tipo de música que no frecuentaban, y desde luego un concierto de cuya existencia nada sabían, pero cuyas notas parecían golpearles en lo más profundo de su ser cuando empezaron a observar en otra pantalla nada menos que imágenes, sin audio, del cruel y espantoso atentado de Tarata.Quise inicialmente avergonzarlos, particularmente en el onomástico de su líder, a través de este juego de música e imágenes y luego producir un giro de ciento ochenta grados con otro tipo de música para que los “ratones” (metafóricamente) se muevan de un lado a otro sin rumbo definido.Al ingresar yo al salón, todos se pusieron de pie. Como de costumbre me acerqué con el rostro sonriente donde Guzmán.–Doctor, que tenga un feliz cumpleaños –y le extendí la mano.–Muchísimas gracias, doctor Montesinos, por haber gestionado la autorización judicial correspondiente para estar en este día con la camarada Miriam y mis otros camaradas.–Por favor, tome usted asiento mientras saludo a cada uno de losseñores –le respondí del modo más cortés y acto seguido procedí a saludar a los otros dirigentes. Luego me ubiqué en un ángulo frente a ellos, a una distancia de quince metros aproximadamente para ver las pantallas de televisión que estaban instaladas en el vértice opuesto a mi posición.Como los aparatos de control remoto los tenía en mi poder, presioné el botón “stop” y se interrumpió el concierto “Carmina Burana”, anunciándoles lo siguiente:–Señores, ahora escucharemos la canción “Happy Birthday Sweet Sixteen” (Feliz cumpleaños, dulces dieciséis) interpretada por el famoso cantante Neil Sedaka, uno de los preferidos del señor Edmundo Daniel Cox Beuseville.Ante dicho anuncio todos cambiaron de rostro y se sonrieron, mientras Cox se puso de pie y dijo:–Vaya, qué tal sorpresa, el poder escuchar a Neil Sedaka, y nada menos la canción “Feliz cumpleaños” que se la dedicamos en este día al presidente Gonzalo.El resto de los senderistas exclamaron al unísono: “¡Braaavoo... camarada Federico!” Al concluir la canción, Cox fue donde estaba Guzmán y le repitió:–¡Feliz cumpleaños, presidente Gonzalo! ¡Larga vida presidente en la Jefatura del Partido!Ambos se abrazaron, mientras todos aplaudían bajo mí observación. Cuando terminan los abrazos y aplausos, les digo:–Bien señores, ahora escucharemos la canción preferida de Augusta La Torre Carrasco, “My Way”, interpretada por Frank Sinatra –hice esto como para hincar en la vanidad de mujer a Elena Albertina Iparraguirre Revoredo. Todos aplauden mientras Guzmán se pone de pie, me hace una venia y al concluir la canción me dice:–¡Muchísimas gracias, doctor Montesinos!“Miriam” estaba muy seria, y en el fondo quizá enojada. Para cambiar su actitud les anuncio, como que no me daba cuenta de lo que pasaba:—Ustedes saben que la señora Iparraguirre ha estudiado en Francia, de modo que para su recuerdo (dicho con ironía) escucharemos a Liza Minnelli interpretando “Bonjour París”. Luego la canción “Cabaret”, también cantada por la misma artista. Espero que “Miriam” transporte su mente a París para rememorar su época universitaria —todos aplaudieron y “Miriam” le agarró las manos a Guzmán.Al finalizar las dos canciones me dirijo a la “camarada Miriam” y le pregunto:—Señora Elena, ¿le agradaron las canciones de Liza Minnelli?—Por supuesto, doctor Montesinos, cómo no me va a gustar Liza Minnelli si yo la he visto cantar en un concierto con Charles Aznavour.—Entonces, ¿qué le parece si escuchamos la canción “Mon Emouvant Amour” interpretada a dúo por Liza Minnelli y Charles Aznavour?—Huy... ¡gracias, doctor Montesinos! —me responde con una sonrisa de oreja a oreja.Concluida la canción le digo:—Señora “Miriam”, de mi parte escucharemos ahora del famoso compositor francés Paul Mauriat la canción “Love is Blue”. ¿Está usted de acuerdo?—¡Sí, claro! —responde entusiasmada como si el cumpleaños fuera el suyo.Había advertido la inestabilidad emocional de “Miriam”, tan sólo con esta sencilla técnica que apelaba a la música, e incidiendo en su orgullo de mujer aparentemente despechada por la recordación de la primera mujer de Guzmán, la finada Augusta La Torre Carrasco (a) “Norah”. Pude darme cuenta, asimismo, de la gran capacidad que posee ella para manipular a las personas, y ello explicaría, en alguna medida, el hecho de que las mujeres que conforman los destacamentos especiales de aniquilamiento de Sendero Luminoso son las encargadas de dar el tiro de gracia a sus víctimas.Prosiguiendo con el desarrollo de la operación, incidí nuevamente en la soberbia de Guzmán señalando:—Señores, como el doctor Guzmán es la persona del cumpleaños considero deberíamos escuchar “Las Cuatro Estaciones” de Vivaldi. ¿Están de acuerdo?Notándose otra vez eufórico a Abimael Guzmán, sus otros camaradas me contestan:—¡Estamos de acuerdo!... ¡Que sea en honor del presidente Gonzalo!—Correcto, señores —les dije. Por lo visto estaban totalmente alineados y alienados con el “Pensamiento Gonzalo”. Al concluir la obra comenté:—Veo al señor Morote un poco serio. ¿O me equivoco, “Nicolás”?—¡Nooo, doctor! Estaba disfrutando después de mucho tiempo de buena música, con tranquilidad...—¡Qué bien! Entonces, en vista de que usted es hincha del trío Los Panchos, ¡escucharemos tres de sus canciones favoritas!—¿Cuáles? —pregunta curiosamente Morote.—“Rayito de Luna”, “Reloj” y “Me voy pa'l pueblo” —respondo astutamente para observar su actitud.—Usted parece adivino, doctor Montesinos. ¿Cómo sabía que soy un hincha del trío Los Panchos, y en especial de esas tres canciones?—Un pajarito me ha contado al oído que usted para cantando “Reloj no marques las horas, porque voy a enloquecer...” ¿Verdad o me equivoco, señora Pantoja? —le pregunto a María Guadalupe Pantoja Sánchez como para involucrarla, ya que era la persona que me pasó la información. Ella me responde con un tono de ironía:—¿Yo, señor? ¡No, señor! ...Todos ríen a mandíbula batiente. “¡Nicolás, descubrieron tus secretos!”, dice alguien por allí. Un Morote ruborizado reacciona y les dice a modo de réplica:—¡La próxima vez los haré cantar en honor del presidente Gonzalo “Me voy pa'l pueblo”! ¡Así es que están notificados!Todos ríen nuevamente...Entre tanto, al profesor Víctor Zavala Cataño se le veía callado, a pesar del importante rol que cumple dentro de Sendero Luminoso. Zavala era el arquitecto, el artífice del lenguaje de las imágenes y de los mensajes gráficos que utiliza esta red para llevar a cabo sus acciones de agitación y propaganda. Era una persona cultivada en letras y humanidades y tenía información de que a él le gustaba escuchar la suite “El Cascanueces” de Tchaikovsky, por lo que le dije:–Profesor Zavala, ¿qué le parece si escuchamos “El Cascanueces” de Tchaikovsky?Zavala se despabiló:–Totalmente de acuerdo con usted, me encantaría.–Por favor, a ver si nos proyectan el video respectivo –ordené a los técnicos. Me respondieron: “Claro, acá va”. Luego todos, en silencio, ensimismados, escucharon a Tchaikovsky.A estas alturas resultaba evidente la forma tan alturada como se desenvolvía la reunión y el respeto por los derechos fundamentales que les dispensaba a los internos pertenecientes a la dirigencia senderista. Por ello y para concluir la celebración, dispuse se pasara precisamente la música que simboliza el sistema contra el cual iniciaron la lucha armada.Empezamos con la canción “Satisfaction” de los Rolling Stones, lo cual sorprendió a los presentes: salir de Tchaikovsky y pasar, abruptamente, a Mick Jagger. Luego pasamos a oír música norteamericana como “Collar de Perlas”, “Pensilvania 6 - 5000" de Glen Miller, para seguir con Elvis Presley y “Return to Sender”; posteriormente continuamos con Elton John cantando “Don't go Breaking” y para finalizar oímos a Stevie Wonder interpretar “Part Time Lover” y “Happy Birthday”, que quise adrede sea la última canción para luego concluir con el obsequio de una torta de chocolate por el cumpleaños con 58 velas –como símbolo de paz en el Perú– a Abimael Guzmán. El pastel llevaba en letras blancas el característico y tradicional saludo de onomástico y un eslogan del Gobierno:“FELIZ CUMPLEAÑOS”“Perú país con futuro volviendo la paz”.Antes de despedirme, Guzmán toma la palabra y me dice:–Doctor Montesinos, quien habla, como Jefatura, la camarada Miriam como dirigente, y los militantes del Partido Comunista del Perú aquí presentes, quisiéramos hacerle entrega de esta carta de reconocimiento a su persona y antes de dársela permítame le dé lectura...–Gracias, doctor Guzmán. Por favor, proceda a su lectura... Guzmán dio lectura a la carta que a continuación transcribo: “Señor Doctor:Vladimiro Montesinos TorresSeñor Doctor:La ronda de conversaciones que en función de llegar a un acuerdo de paz los suscritos hemos desarrollado con usted es evidente y objetivamente un hecho de gran trascendencia, pues de su consecución y principalmente de su aplicación derivaría concluir la guerra que por más de 13 años vive el país.Las reuniones han sido desenvueltas en medio de obvias e insalvables diferencias ideológicas y políticas, como corresponde a quienes ubicados en orillas opuestas tratan un problema común. No obstante sus fructíferos resultados muestran la mutua comprensión de la necesidad insoslayable en las condiciones actuales de un acuerdo que plasme la paz que ha devenido en necesidad del pueblo, de la nación y de la sociedad peruana.Reiteramos una vez más que a nuestro partido hoy, principalmente por problemas de dirección, la realidad objetiva de la lucha de clases le demanda bregar por un acuerdo de paz.Es innegable la extraordinaria importancia de la ronda de conversaciones concretada aun si miopemente sólo se diera su simple realización, mas el logro y cumplimiento de sus objetivos haría de ella un hecho trascendental de la historia peruana contemporánea.Por esto, doctor Montesinos, expresamos a usted nuestro reconocimiento a su amplitud de comprensión y sagaz capacidad, a su tesonero esfuerzo y dedicación desde vuestra colina a la causa de la consecución de la paz en cuyos avances le corresponden una decisiva actuación.El Presidente Gonzalo, como jefatura, la camarada Miriam, como dirigente, ambos integrantes de la dirección central del Partido Comunista del Perú y los siguientes firmantes como militantes, le decimos y garantizamos que el partido siempre habrá de tener presente el papel fundamental que usted ha cumplido y continúe desempeñando en la histórica, compleja y difícil brega por la obtención de un acuerdo de paz y su cabal y completa aplicación en beneficio del pueblo, la nación y la sociedad peruana.Penal Militar Naval del Callao, 3 de diciembre de 1993.Firman: Abimael Guzmán Reynoso, Albertina Iparraguirre Revoredo, María Pantoja Sánchez, Laura Zambrano Padilla, Martha Huatay Ruiz, Osmán Morote Barrionuevo, Walter Vargas, Flumencio Jayo Díaz, José María Castillo Bellido, Víctor Zavala Cataño, Edmundo Daniel Cox Beuseville.” Imagen de un hecho histórico. El autor del libro, Vladimiro Montesinos Torres, con Abimael Guzmán Reinoso, Elena Iparraguirre y todos los mandos políticos y militares de Sendero Luminoso, en donde el líder senderista reconoce el esfuerzo del autor a la causa de la consecución de la paz en el país.Al concluir la lectura les agradecí, y solicité autorización para filmar nuevamente la lectura de la carta con todos los presentes, incluyéndome, a fin de que ese hecho quede documentado como testimonio histórico para la posteridad. Luego me despedí hasta el día de Navidad.En efecto, retorné por breve término para el 24 de diciembre de 1993 con los panetones y el chocolate por Navidad, siendo esta la última reunión que sostuviéramos —en conjunto—, pues en los primeros días de enero de 1994 todos los internos, menos Guzmán e Iparraguirre, retornarían a sus penales de origen por mandato del Consejo Supremo de Justicia Militar. Esto se hizo ante la solicitud del Servicio de Inteligencia Nacional con el propósito de continuar adelante con su tarea de conseguir alinear a los militantes de Sendero con la propuesta de Guzmán.Ahora bien, durante todo el año de 1994 y el primer semestre de 1995, la dirigencia senderista desplazada por las prisiones del país trabajó, intensamente, a fin de conseguir el objetivo de alinear a los demás dirigentes y militantes. Esto fue verificado a través de la supervisión encubierta de agentes pertenecientes a la Dirección Nacional de Operaciones del Servicio de Inteligencia Nacional, quienes lograron constatar la mecánica como venía operando clandestinamente la comunicación desde los centros de reclusión hacia el exterior utilizando a los familiares como faja de transmisión de mensajes.Así tenemos que en la ejecución de esta tarea —de largo aliento—se fue progresivamente determinando las modalidades y métodos de acción de los contactos, así como hacia donde se orientaban sus directivas, las que, básicamente, se dirigían a los tres escenarios siguientes:— Primero, a los asentamientos humanos que conforman los barrios de la capital a los que se denominan “conos”, donde Sendero Luminoso había venido realizando un fuerte trabajo proselitista, y donde tenía presencia e influencia entre los pobladores desplazados por la violencia. Allí había desarrollado una fuerte presión sobre las dirigencias barriales para coparlas y luego infiltrarlas y es en este sector en el que incrementaron las acciones de propaganda y los discursos para apoyar la decisión de Abimael Guzmán. El seguimiento paralelo por parte del SIN permitió conocer la cadena de contactos y reclutar informantes.— Segundo, a las universidades, particularmente a los programas y facultades de Ciencias Sociales, a las viviendas y comedores universitarios en cuyos locales, y con las dirigencias estudiantiles realizaron un trabajo de captación de activistas para alinearlos con la nueva decisión de Guzmán, hecho que igualmente posibilitó detectar la red de contactos y reclutar informantes.— Tercero, a los sindicatos, a fin de lograr que los obreros apoyen las decisiones de la dirección política senderista. Para alcanzar este objetivo recurrieron a determinados elementos que tenían ascendencia como sindicalistas con el propósito de alinear a la mayor cantidad de personas afines a su lucha programática y que controlan las huelgas sostenidas por organizaciones sindicales contra sus empleadores. Esta situación también hizo posible poder conocer los contactos establecidos y reclutar informantes.Todo este esquema ha viabilizado clara e ineluctablemente la división de Sendero Luminoso y por ende la ruptura orgánica de la agrupación al haberse generado en su interior un Bloque Escisionista que llevó indubitablemente a su fraccionamiento progresivo desde los últimos meses del año 1993 hasta la actualidad y por el que los seguidores de esta línea iniciaron un plan para desconocer a su antigua dirección política partidaria, a la cual recusaban, y sólo esperaban el momento y las condiciones para ejecutarlo, creándose la tendencia “Proseguir” que persigue cambiar la dirección, la línea política, el Partido y el carácter de la guerra que desde su perspectiva debe seguir desarrollándose en el Perú.Todo este año y medio de arduo trabajo de campo de la Dirección Nacional de Operaciones para ir consolidando la ruptura orgánica de Sendero Luminoso entrañaba un doble propósito. Que yo continuara reuniéndome, periódicamente, con Abimael Guzmán Reinoso y Elena Albertina Iparraguirre Revoredo en la Base Naval del Callao —a fin de informarles sobre los avances del trabajo de sus dirigentes en las prisiones y la reacción de los otros dirigentes y militantes fuera de los penales— y obtener nueva información de interés para enriquecer la Base de Datos del Servicio de Inteligencia Nacional durante las sendas conversaciones.¿Qué consecuencias había tenido al interior de la red terrorista Sendero Luminoso las dos cartas de Abimael Guzmán Reinoso y la posterior adhesión de los dirigentes y militancia en prisión con la propuesta de realizar conversaciones para un Acuerdo de Paz que conlleven a concluir la guerra interna que hacía 13 años vivía el Perú?Luego de la sorpresa y desconcierto inicial que produjo al interior del senderismo la difusión de las cartas, y después de que la dirigencia comprobó de manera directa que las misivas eran auténticas y que Abimael Guzmán Reinoso, en su calidad de presidente y jefatura del partido les constreñía a aceptar los términos para solicitar un Acuerdo de Paz, se abrió un debate interno en dicha organización terrorista poniéndose de este modo a prueba el peso específico de Guzmán para imponer su jefatura y liderazgo.Estas dos cartas, que solicitaban la concreción del citado acuerdo, y el posterior respaldo unánime a esta decisión de la Jefatura por parte de dirigentes y cuadros actualmente recluidos en diversos penales del país, han producido consecuencias devastadoras al interior de la red terrorista Sendero Luminoso, pues a la crisis organizativa derivada de la captura de gran parte de su dirigencia, se sumaba ahora una crisis ideológica de gran magnitud y trascendencia que ha generado un cisma, y la consecuente ruptura orgánica de la organización en dos líneas antagónicas.Podría decirse que los efectos de estos hechos continuados se han producido en dos niveles o planos. En primer lugar, en el ámbito de sus colaboradores y simpatizantes, así como en el de su masa de maniobra —que está constituida por una gran cantidad de campesinos y pobladores que viven en las zonas marginales urbanas—, y en segundo lugar, en el ámbito mismo de su propia militancia.Con relación al primer nivel, tenemos que considerar que una cantidad significativa de colaboradores y simpatizantes con Sendero Luminoso se han retraído por temor a ser identificados por los servicios de inteligencia, y otra cantidad, mayoritaria, se ha acogido a los beneficios que concede la Ley de Arrepentimiento brindando valiosa información al Sistema de Inteligencia Nacional (SINA).Estos hechos son de singular importancia para la lucha contra el terrorismo, pues siendo la red Sendero Luminoso un partido de cuadros que operan clandestinamente, su militancia real y efectiva es reducida, ya que los requisitos para ser admitido como miembro de la red son totalmente rígidos y muy exigentes, de ahí la necesidad de la organización de contar con el apoyo político de aquellos que en su argot denominaron “apoyantes”. Estos sin ser militantes, cumplían diversas tareas, tanto en el campo como en las ciudades, realizando ataques terroristas, labores de agitación y propaganda, apoyo logístico, misiones de inteligencia y guerra psicológica.Este último grupo era, por lo general, reclutado por los operadores senderistas en las universidades, sindicatos y organizaciones vecinales. Constituían la cantera de donde la red hacía la reposición de sus bajas directas. Su importancia para la organización era fundamental, no sólo por el elevado número de sus integrantes, sino por la variedad de misiones que estos cumplían. Al retraerse una parte de los colaboradores y simpatizantes por temor a ser identificados por los servicios de inteligencia, y al acogerse otra a los beneficios de la Ley de Arrepentimiento, la red terrorista Sendero Luminoso se debilitó, pues el apoyo que recibía de estos sectores se redujo a la mínima expresión.Por otra parte, en cuanto al primer nivel se refiere, otro sector de importancia para la red senderista lo constituían los campesinos y pobladores que radican en los asentamientos y zonas urbano–marginales, los cuales eran empleados por la organización como masa de maniobra para la ejecución de múltiples tareas. En el caso concreto de los campesinos, la red utilizaba el método de reclutamiento forzoso o ganaba su simpatía a través de la atención de sus necesidades básicas; luego los encuadraba en la fuerza de base para que operen como milicia rural con responsabilidades en un ámbito geográfico restringido.Esta fuerza de base es la que tenía por tarea el derribamiento de torres de alta tensión, el levantamiento de cosechas, el arrasamiento de propiedades rurales, el proporcionar información, vigilar caminos y accesos a los poblados, dar cuenta de la presencia de personas extrañas, observar el comportamiento de autoridades y eventualmente participar en la realización de juicios populares. Esto último lo hacía Sendero Luminoso para hacerlos partícipes de hechos delictuosos e involucrarlos y sujetarlos al partido. Los cuadros más significativos y capaces de este grupo eran elegidos por los comandantes de operaciones para incorporarlos a la fuerza local que ejercía jurisdicción sobre una zona territorial más amplia.Los pobladores que radicaban en los asentamientos y zonas urbano-marginales eran empleados por la red terrorista para acciones de agitación y propaganda, tales como pegar carteles, volanteo, infiltraciones en mítines y marchas legales y en determinadas circunstancias eran utilizados para maniobras de distracción en zonas distintas de donde se ejecutaba el ataque principal. Cabe agregar que transcurrido un corto período de formación política en una Escuela Popular, los elementos de este grupo que destacaban en las misiones asignadas, pasaban a integrarse a los destacamentos, que es el equivalente urbano de la fuerza local campesina.Todo lo arriba reseñado nos puede dar una idea del vasto sector poblacional en que operaban libremente elementos potencial y activamente vinculados al senderismo. Es del caso señalar que luego de haberse producido la división de dicha red terrorista en dos líneas antagónicas, observamos que transitoriamente estos elementos han dejado de seguir sus órdenes y consignas, o de mostrar simpatía al partido, pues se había roto la unidad monolítica que siempre mostró Sendero Luminoso.Con relación al segundo nivel, e ingresando al ámbito propio de la militancia real de la red terrorista Sendero Luminoso, consideramos que sufrió un durísimo golpe debido a dos factores: elprimero, de orden táctico, ante la crisis organizativa por la captura, procesamiento y condena de la dirigencia histórica; y el segundo, de orden estratégico, debido a la crisis ideológica que ha producido un cisma al interior de la red. Esto, repetimos, trajo como consecuencia una ruptura organizativa que ha dividido la agrupación en dos líneas antagónicas.Para una mejor comprensión de esta situación es menester señalar algunos antecedentes previos que nos permitirán entender, cabalmente, cómo se ha venido dando la dinámica interna en Sendero Luminoso. En efecto, con la aprobación de su V Gran Plan “Desarrollar Bases en función de la Conquista del Poder” –que comprende de agosto de 1989 a agosto de 1992– y estando a la concepción de la dirección central senderista que apuntaba a la consecución del equilibrio estratégico, la red terrorista se vio en la imperiosa necesidad de abrir sus puertas con el claro propósito de captar nuevos militantes. Este era un requerimiento urgente para atender las demandas de su crecimiento territorial y organizativo. Según Abimael Guzmán Reinoso, la dirección de su partido era consciente de que dicha decisión les acarrearía múltiples problemas derivados de la escasa formación ideológica de los recién incorporados, más aún si no estaban imbuidos en la tradición revolucionaria que es propia de los fundadores históricos de la red.Asimismo, precisa Guzmán, que ante el desafío de las nuevas tareas debía correlativamente modificarse los clásicos procedimientos o métodos artesanales que habían aplicado hasta ese entonces, para poder ingresar al empleo de los adelantos científicos y tecnológicos que permitieran convertir a su organización –que operaba como una red– en una auténtica maquinaria de guerra que tenga la capacidad de pasar a una fase o etapa cualitativamente superior en su objetivo por la conquista del poder.Es por ello que, utilizando un aforismo de Mao Tse Tung, el cabecilla senderista Guzmán siempre insistía en las reuniones con el comité central, que “quien quiere lo nuevo debe asumir los problemas de lo nuevo”. Con esto buscaba señalar que si bien su partido seguía siendo un partido de cuadros, debía abrir sus puertasy permitir el ingreso de elementos que no tenían la formación ideológica ni el fanatismo o sumisión de los iniciadores, con los riesgos que ello implicaba. Esto fue advertido por el propio Guzmán y explica las contradicciones que ahora se han producido al interior del senderismo.Para Guzmán una cosa es haber fundado y organizado un partido, tras una encarnizada lucha interna como la que él libró con el PCP-Bandera Roja, y otra cosa, totalmente diferente ingresar a una organización como Sendero Luminoso que lleva ya varios años de lucha armada y había logrado extenderse por casi todo el Perú. El trabajo de fundar y organizar Sendero Luminoso, en su concepto lo marcó a él y a un grupo pequeño en el que todos sus integrantes se conocían entre sí o estaban relacionados por vínculos familiares, aceptando voluntariamente la autoridad de la jefatura partidaria. La visión del partido y de la lucha armada tenía obligatoriamente que ser distinta entre los fundadores y los nuevos. Los primeros, con él a la cabeza, se habían dedicado totalmente a la tarea de la construcción del partido, dejando de lado familia, estudios, trabajo, viviendo en la clandestinidad para posteriormente dar el paso de levantarse en armas. No sólo ellos estaban en el partido, sino que el partido estaba en ellos, como una marca imborrable. Esto no ocurría con los “nuevos camaradas”.A mayor abundamiento de ese hecho concreto debemos señalar –de acuerdo a la versión de Guzmán– que realmente lo nuevo le ocasionó a Sendero Luminoso problemas internos serios que, debido a la dinámica de su crecimiento organizativo no se pudo controlar ni evaluar en su real magnitud, pese a los indicadores de alerta temprana de la dirección política a su dirigencia partidaria. Estos serios problemas internos emergieron a la superficie luego de las cartas de Guzmán y la posterior adhesión de la dirigencia a dicha decisión. Los problemas han salido a la superficie y se han expresado en la apertura de rumbos distintos, en diversas formas de interpretar la posición de la jefatura, y en las múltiples y recíprocas imputaciones que se vienen dando bajo el cargo de “traición al partido”.Universalmente reconocido en todos los partidos marxistas-leninistas, es el hecho de tener orgánicamente desarrollados los mecanismos para que la dirección central nunca deje de funcionar. Hoy puede señalarse, empero, que al interior de Sendero Luminoso coexisten dos líneas antagónicas, sin ninguna posibilidad de entendimiento, por el hecho de haberse dividido la organización. La piedra de toque de esta situación es la manera distinta como se observa y analiza la actitud de Abimael Guzmán Reinoso y de Elena Albertina Iparraguire Revoredo, después de la solicitud de éstos de un Acuerdo de Paz al ingeniero Fujimori. Es, precisamente, este antagonismo –de “Sendero de adentro” y “Sendero de afuera”–expandido entre los militantes al tomar posición a favor o en contra del acuerdo, lo que los ha llevado a una ruptura orgánica, pese a proclamar estas dos líneas su adhesión al “Pensamiento Gonzalo”. Ambas facciones han intercambiado calificativos, y así, en tanto a los primeros se les denomina línea oportunista de derecha (LOD), a los segundos se les llama línea liquidacionista de izquierda (LLI).Ahora bien, ¿cuál es la posición de la línea oportunista de derecha (LOD)?Debemos partir de la premisa que las dos cartas suscritas por Abimael Guzmán Reinoso y Elena Albertina Iparraguirre Revoredo, evidentemente fueron dirigidas a la militancia de su partido y no a la opinión pública, consecuentemente la evaluación de las mismas fue dándose en el marco de las categorías de análisis que emplean los marxistas-leninistas para sopesar su viabilidad en el contexto de la guerra que venía desarrollando dicha red terrorista contra el Estado peruano.En ese orden de ideas, dicha línea está conformada en primer lugar, por todos aquellos dirigentes y militantes de Sendero Luminoso que se encuentran actualmente detenidos en los diversos establecimientos penitenciarios del país cumpliendo largas condenas y; en segundo lugar, por determinados dirigentes en libertad que operan en la clandestinidad, así como por un número variado de colaboradores, simpatizantes y masas de sectores rurales y urbano-marginales del país que le son afines, todos los cuales fueron adhiriéndose y acatando progresivamente el pedido que les formulara Guzmán al solicitar un Acuerdo de Paz.Vemos, pues, que al interior de esta red terrorista es un sector considerable el que acató el llamado de la dirección política de su partido, acatamiento basado no sólo en principios, sino por la posibilidad de obtener algún tipo de ventaja dentro de la situación en que se hallan, motivo por el que todos los seguidores de la referida línea han venido planteando desde fines de 1993 la realización de un “Segundo Congreso” partidario para la aprobación de las bases bajo la consigna de “Asumir y combatir por la nueva Gran Decisión y Definición”.Este hecho significaba que había llegado el momento de pasar a la lucha política, efectuando un cambio de eje ante la inviabilidad de seguir desarrollando la guerra por problemas de dirección. Y es recién a partir de fines del año 2000 que los seguidores de dicha línea están planteando la nueva consigna motivadora de luchar “Por una solución política a los problemas derivados de la guerra y buscar una amnistía general para la reconciliación nacional”, propuesta que se mantiene hasta la actualidad.Debemos señalar con toda claridad que las reales intenciones de “Sendero de adentro” –denominado por sus rivales partidarios como la línea oportunista de derecha (LOD)– es seguir desarrollándose, ahora, dentro de otras condiciones y si bien viene buscando trasladar el eje de lucha militar a la lucha política, eso obedece a que está –sin límite de tiempo– en espera de una mejor oportunidad para reiniciar la lucha armada y por ende las operaciones de guerra asimétrica; es por eso que para ellos es muy simple deponer las armas, declararse arrepentidos a fin de poder reintegrarse a la sociedad, disolver el partido, y al día siguiente pasar a ser ciudadanos con derecho a organizarse políticamente, a presentar incluso candidaturas, al igual que los partidos políticos legales.Ante este cuadro de situación nos preguntamos: ¿los seguidores de esta línea nos están ofreciendo un caramelo envenenado? Pronto lo sabremos.Ahora, ¿cuál es la posición de la llamada línea liquidacionista de izquierda (LLI)?Para los seguidores de esta línea es absolutamente válido el llamado que formulara Guzmán a la militancia partidaria cuando lo presentaron a la prensa encerrado en una jaula con traje a rayas y el número 1509 colocado a la altura del pecho. Por tanto, ese hecho implica que deben proseguir con las tareas determinadas por el III Pleno del Comité Central; esto es, continuar aplicando el IV Plan de Desarrollo Estratégico de la guerra popular para la conquista del poder, seguir desarrollando el VI y penúltimo Plan Militar a fin de construir la conquista del poder y formar y desarrollar el Frente Popular de Liberación y el Ejército Popular de Liberación.Consecuentemente, consideran que las cartas de Guzmán dirigidas al ingeniero Fujimori son una patraña y por tanto la militancia debe verlas como una capitulación de la jefatura y dirección política de su partido, pues si bien la caída de su líder ha significado un rudo golpe, ello no implica necesariamente que ese hecho los lleve a la rendición, pues es práctico elegir o nombrar un “suplente” a fin de garantizar la vida interna partidaria.De otra parte, sostienen que como Guzmán ha sido condenado a la pena de cadena perpetua, la lucha armada no puede esperar, pues sería la muerte del partido y echar por la borda el sacrificio de miles de militantes que habrían dado su vida en vano. Además, señalan que el mismo “Gonzalo” en diversas oportunidades ha referido: “si cae un hombre no cae el Partido. El Partido muere sólo cuando se desvía la línea”.Por tanto, desde esta última perspectiva, la posición de Abimael Guzmán Reinoso y Elena Albertina Iparraguirre Revoredo constituye una desviación de la línea correcta y consecuentemente es una “traición al Partido”. Y es por eso que hoy vemos que el grupo disidente de “Sendero de afuera” está conformado por dirigentes de diverso nivel y determinada militancia en libertad que si bien no niegan la validez del “pensamiento Gonzalo”, por haberlos dotado —según ellos— de todos los instrumentos de análisis necesarios para salir adelante, y al estar dadas las instrucciones para la conquista del poder, la instauración de un Estado de Nueva Democracia y la implantación del comunismo —y existiendo, desde su punto de vista, todos estos instrumentos— la línea correcta puede y debe seguir aplicándose para proseguir la lucha armada, aun cuando Guzmán ya no esté presente y los haya traicionado, por lo que proponen una especie de “gonzalismo sin Gonzalo” a fin de desmitificar al fundador, tal como sucedió en China.Lo señalado precedentemente plantea irónicamente una situación coincidente en muchos aspectos con lo acaecido en China Popular a la caída de Mao Tse Tung. En efecto, hay que recordar que estando vivo Mao, la dirección central lo aisló y dio por terminado el capítulo de la Gran Revolución Cultural Proletaria. Esta etapa fue impulsada por Mao para neutralizar a quienes buscaban la renovación de los veredictos justos, pero el líder fue finalmente confinado al papel de dios viviente aunque sin ningún poder, a la vez que izaban el “maoísmo como guía”.Cabe señalar que los seguidores de esta línea reafirman públicamente que la lucha armada es una ley universal de la historia, y por lo tanto proseguirán con sus acciones armadas en el país, como en efecto viene sucediendo aún después de la caída de Guzmán y la “camarada Miriam”. El representante significativo y emblemático de la línea liquidacionista de izquierda fue Oscar Alberto Ramírez Durand (a) “Feliciano”, el tercer integrante del comité permanente —que todavía no había sido capturado— y quien en un primer momento adujo que las cartas de Guzmán eran apócrifas, calificándolas además de patraña montada por el gobierno de Fujimori. Posteriormente, ante la evidencia de que efectivamente Guzmán e Iparraguirre eran los autores, pasó a cuestionarlos imputándoles que habían abandonado la línea correcta del partido.En dicha ocasión, y por tal motivo, “Feliciano” manifestó que él, en su condición de único miembro del comité permanente en libertad, asumía la dirección partidaria y decidía continuar la lucha armada. Lo hizo luego de efectuar las coordinaciones entre aquellos comités que subsistían y consideraban que Guzmán había claudicado al capitular ante el presidente Fujimori. En este sentido conformó el “Comité Central de Emergencia” con la siguiente composición:• Oscar Alberto Ramírez Durand (a) “Feliciano”.• Margie Evelyn Clavo Peralta (a) “Nancy”.• María Rodríguez Neyra de la Mata (a) “Rita”.• Pedro Quinteros Ayllón (a) “Luis”.• Rodolfo Cárdenas Ruiz (a) “Gabriel”.• Jorge Eduardo Olivares del Carpio (a) “Roldán”.• Maruja Arango Chávez (a) “Berenice”.Asimismo, dispuso que el grueso supérstite de su aparato armado hiciera un repliegue instalándose en la zona de ceja de selva, pasando a defender el Comité Regional del Huallaga. Paralelamente el Comité Metropolitano reconstituido quedó encargado de las tareas de capacitación política, dándosele máxima prioridad a la infiltración en las organizaciones sindicales y barriales de la capital.La presencia —en ese entonces— de Oscar Alberto Ramírez Durand en el comité permanente, en el buró político y en el comité central, elegido en el Primer Congreso del Partido, fue un claro indicativo de que la tendencia militarista había ganado presencia, aun cuando por sucesos partidarios anteriores había sido sancionado varias veces, viéndose obligados los representantes de esta tendencia a efectuar una autocrítica interna como ocurrió, entre otros casos, por los excesos de Lucanamarca del 3 de abril de 1983. En esa fecha, por una decisión de la dirección central, aproximadamente ochenta elementos de un destacamento operativo de la red terrorista Sendero Luminoso, armados con hachas, cuchillos y armas de fuego de gran alcance, iniciaron un ataque a lo largo de un trayecto que comprendió las zonas de Yanaccollpa, Ataccara, Llacchua, Muylacruz, culminando en el pueblo de Lucanamarca, todas pertenecientes al distrito de Santiago de Lucanamarca, provincia de Huancasancos, Ayacucho. Cuando Abimael Guzmán y su mujer fueron increpados duramente por la matanza de Lucanamarca, con la intención de probar su reacción emocional ante una presión de palabras tan chocantes contra ellos, buscando hacerlos sentirse avergonzados cuando no arrepentidos, ellos en ningún momento mostraron signos de arrepentimiento.Esa atroz incursión senderista produjo un total de 69 muertos, entre los cuales habían ancianos, hombres, mujeres y niños, todos los cuales fueron brutal y salvajemente asesinados por elementos de Sendero Luminoso. Esta operación se realizó dizque como una respuesta al “uso de las mesnadas y la acción militar reaccionaria”, según reconociera el propio Abimael Guzmán Reinoso en la llamada “Entrevista del Siglo” en que acepta que “fue la propia Dirección Central la que planificó la acción y dispuso las cosas.”De ahí que la presencia de “Feliciano” en las máximas instancias de la red Sendero Luminoso no tenía otra explicación que el predominio gradual de una corriente militarista, pese a que para dicha red terrorista “la política manda sobre el fusil” y es esa tendencia la que impera en la línea liquidacionista de izquierda, tanto más que la dirigencia disidente denominaba a “Feliciano” como “el hermano mayor” hasta antes de su captura. Hoy esta misma línea es la que prosigue con el desarrollo de la lucha armada.Finalmente, los seguidores de esta línea señalan que se debe distinguir entre lo que se llama “Pensamiento Gonzalo”, como construcción ideopolítica, y el “Presidente Gonzalo” como militante y jefe del Partido, pues son distintos. En tal virtud, estiman que no hay razón alguna para que Abimael Guzmán Reinoso no haga su autocrítica, como es lo propio en los partidos comunistas y como él mismo lo ha exigido en todos los eventos internos al plantear la lucha de las dos líneas. Dentro de ese orden de ideas señalan que si los dirigentes actualmente detenidos, no van a poder actuar como miembros de una luminosa trinchera de combate, dando así el ejemplo a la militancia, entonces deben ser considerados como “bajas operativas”.En otro enfoque del tema que nos ocupa, la pregunta que fluye es: ¿qué pasos viene dando el grupo disidente que está a favor de proseguir la lucha armada luego de la capitulación de Guzmán y la ruptura orgánica de Sendero Luminoso?Se conoce que viene realizando las siguientes acciones:— Primero, recomponer gradualmente sus aparatos de dirección nacional y regional;— Segundo, replegar sus cuadros hacia la ceja de selva, lugar que le brinda visibles ventajas para desarrollar sus operaciones terroristas, en la perspectiva de contar con un santuario donde podría luchar por muchos años;— Tercero, estudiar, analizar y discutir la documentación partidaria, sobre todo en base a los acuerdos adoptados en eventos pasados, a fin de determinar el estado actual de la guerra;— Cuarto, evaluar a los cuadros y militantes antiguos a fin de establecer su nivel de adhesión a la nueva línea del partido; a la vez que desarrollar una activa campaña en las universidades, sindicatos y asentamientos humanos para la incorporación de nueva militancia. Dicho trabajo de captación se está efectuando a través de los organismos generados que actualmente funcionan en todo el país;— Quinto, crear una red urbana reclutada en los asentamientos humanos, a fin de mantener una activa presencia para la ejecución de futuros atentados, cuando así lo decidan sus planificadores y comandos operacionales;— Sexto, desarrollar acciones de guerra psicológica a fin de sensibilizar a la opinión pública, sobre todo a la internacional, con el objetivo de presentar a las Fuerzas Armadas peruanas como violadoras sistemáticas de los Derechos Humanos para frenar su iniciativa. Para lograr este propósito judicializan todo tipo de denuncias contra personal de las mismas como parte de la ofensiva legal y guerra política;— Séptimo, mantener bases de apoyo en zonas geográficas aisladas del Huallaga, así como en los valles de los ríos Apurímac y Ene.Vemos, pues, que “Sendero de afuera” es un grupo fanatizado que tiene capacidad destructiva y en la actualidad está tratando de recomponerse políticamente, mientras sus cuadros militares vienen operando en las zonas cocaleras convirtiéndolas en sus santuarios con miras a proseguir la lucha armada en todo el país.Respecto al ataque terrorista a Lucanamarca al que hemos hecho referencia anteriormente, es menester señalar —con fines analíticos—que se dieron todos los elementos configurativos del tipo de Guerra Asimétrica, pues dicho evento fue sorpresivo, de gran letalidad, altamente espectacular, produjo terror psicológico en la población, generó una enorme difusión en los medios de comunicación, siendo el campo de batalla el conjunto de la sociedad atacada en que no se ha distinguido lo civil de lo militar, por lo que para conocer las razones de esa brutal y salvaje matanza dirigida exclusivamente contra blancos civiles desarmados, recurrí directamente a la propia fuente que decidió tal barbarie terrorista.Y es así que en una de las tantas reuniones que sostuviera con Guzmán y la “camarada Miriam”, les pregunté a bocajarro y sin ambages lo siguiente:—Doctor Guzmán, quisiera hacer ciertas preguntas quizá incómodas para ustedes, pero a modo de reflexión y en aras de conocer la verdad de los hechos les pregunto: ¿por qué la dirección central ordenó la matanza de Lucanamarca el 3 de abril de 1983 contra una población civil indefensa? ¿Ustedes no tienen ningún remordimiento ni sienten vergüenza por haber ordenado dicha operación que causó la muerte de niños, ancianos, mujeres y hombres indefensos?... —mi interrogación era hecha con un tono de voz alto como para que notaran que estaba indignado por esos hechos crueles, y a su vez observar la reacción de mis interlocutores.Se produce un breve silencio y se miran mutuamente Guzmán y la “camarada Miriam”, como preguntándose ambos: ¿qué le pasa a Montesinos?, ¿por qué se molesta? Luego Guzmán toma la iniciativa y con absoluta frialdad y sin alterarse me responde:—Vea, doctor Montesinos, usted es militar y conoce las leyes de la guerra más aún que quienes la hemos conducido contra el Estado peruano, sin embargo también comprendemos que desde la óptica y perspectiva de su colina usted, sin que ello intente calificarlo de algún modo, sienta rechazo contra nosotros por esos hechos de la guerra, pero ambos lo entendemos, ¿no es así camarada Miriam?—Por supuesto, presidente Gonzalo. Es así porque guerra es guerra, doctor Montesinos, y usted debe haber estudiado eso en la Escuela Militar de Chorrillos... ¿no?—Mi pregunta concreta es: ¿por qué tomaron ustedes dos, semejante decisión de ordenar una matanza contra niños, ancianos desvalidos, mujeres indefensas y hombres desarmados? ¡Eso no es guerra, eso es barbarie y salvajismo de su parte contra seres humanos indefensos!... —dije con cierta rabia contenida ante la frialdad de mis interlocutores.—Mire, doctor Montesinos, en una guerra toda acción produce una lógica reacción del contrario. Ahora, quienes producen la acción no pueden conocer ni imaginar la magnitud de la respuesta del oponente.—Sí, doctor Guzmán, pero usted me está respondiendo con generalidades y conceptos doctrinarios, y yo le pregunto concretamente: ¿por qué dieron la orden para la matanza de Lucanamarca?—Nosotros desde la colina que representamos queríamos con ese golpe contundente que los militares se frenaran en su maniobra ofensiva, y entendieran que estaban frente a otro tipo de combatientes y a un nuevo modo de entablar la guerra, que era algo desconocido para una mentalidad militar tradicional o convencional como la de ellos, que se regía por reglamentos desfasados y una doctrina clásica para guerra entre Estados. Eso, creo, es lo positivo. El aspecto negativo del hecho es que hubo de nuestra parte excesos por la vehemencia del camarada Feliciano, que fue desbordado en el control de la operación que le encargó la dirección central partidaria. Pero basándonos en lo que sobre el particular dice Lenin, y considerando además a Carlos von Clausewitz, en su tratado “Dela Guerra”, en toda guerra la masa en pleno combate puede rebasar y manifestar su profundo sentimiento de odio. Eso es normal y está perfectamente explicado por Lenin. Por ese motivo pueden cometerse excesos... pero el quid del asunto es llegar a un punto y no pasarlo, porque si lo sobrepasas te desvías.—De acuerdo a su razonamiento y propia lógica, doctor Guzmán, usted reconoce que hubo excesos en Lucanamarca. Entonces si esto es así: ¿quién sobrepasó la medida correcta y se desvió?Al unísono, como resortes comprimidos que se liberan, contestan Guzmán y “Miriam”: ¡Fue el camarada Feliciano! ... pero antes desearía ahondar el tema —dice Guzmán después de ponerse ambos una coraza frente a los excesos.—Sí, doctor Guzmán... ¡Pero le insisto! ¿Quién planificó el ataque?—Fue la propia dirección central la que planificó la acción y ordenó el ataque, como le acabo de explicar. En tanto el camarada Feliciano tuvo la responsabilidad en el control de la operación.—¿Eso quiere decir que ustedes dos planificaron la matanza de Lucanamarca? —repregunté, dando la sensación de estar muy molesto por esos hechos, ante lo cual Guzmán respondió:—¡Doctor Montesinos... por favor, comprenda... no es una matanza lo que planificamos... fue una acción de defensa frente al uso de parte del Estado de sus mesnadas y por la acción militar reaccionaria de las Fuerzas Armadas contra nosotros!Mientras la “camarada Miriam” apoyando a Guzmán agrega:—¡Reiteramos que fue un acto de legítima defensa con el que respondimos de manera imaginativa, fue una acción contundente contra el enemigo para hacerle entender que la cosa no era fácil!—Pero, doctor Guzmán, señora “Miriam”, —insistí— ¿por qué atentar contra la población civil indefensa tomándola como un blanco de ataque? Claro, yo puedo entender una acción de ustedescontra personal militar e instalaciones de las fuerzas del orden... pero lo otro... francamente no entiendo. ¡Eso para mí es una crueldad de parte de ustedes dos!Me miraron medio sorprendidos por mi actitud y palabras tan duras, pues hasta entonces nunca les había hablado tan crudamente como lo estaba haciendo, que era para probar su reacción emocional ante una presión de palabras tan chocantes contra ellos, buscando hacerlos sentirse avergonzados cuando no arrepentidos, pero la verdad monda y lironda es que en ningún momento mostraron signos de arrepentimiento. Tanto es así que Guzmán me contestó sin rubor alguno:-Doctor Montesinos, si a nuestros camaradas les vamos a imponer determinadas restricciones, en el fondo no queremos que las aguas se desborden, y lo que necesitábamos era que las aguas precisamente se desborden... luego volverían a su cauce normal. ¡Eso está muy bien explicado por Lenin! Es así como ambos, en nuestra condición de dirección central, entendemos el exceso.-¿No lamentan, entonces, doctor Guzmán, esas muertes?... ¿Por qué son ustedes tan sectarios en su organización? Y perdonen lo que les diré, pero para mí los dos son unos rígidos mentales con una visión muy tubular de la vida.-Bueno... esa es su opinión, doctor Montesinos, y la respetamos, pero no la compartimos.-¿Qué le pasó a “Feliciano” por sobrepasarse en Lucanamarca? -pregunto simulando seguir enojado con ellos y con el mismo plan de observar su reacción.-Tuvo que hacer su autocrítica en el seno del partido como corresponde a todo militante comunista cuando comete un error de desviación como en este caso. Pues él, como responsable de controlar el desarrollo de la operación, no lo hizo, incumpliendo un mandato de la dirección política, con el resultado conocido.Concluido esto, me despedí de ellos, pues sentía en ese instante un gran rechazo frente a la actitud de gente tan fría y despiadada comoGuzmán y su cómplice, la “camarada Miriam”. Durante el trayecto de la Base Naval del Callao a la sede del Servicio de Inteligencia Nacional en Las Palmas, le pedí al conductor del vehículo que prendiera el equipo de música y pusiera el disco con el “Concierto para piano en La menor” de Grieg. Al escuchar la melodía del piano recordé a mi querido padre y mi época de adolescencia, cuando él me hacía escuchar en la ciudad de Arequipa todos los sábados por las mañanas este hermoso concierto que nunca olvidaré y que, años más tarde, utilizaría como un elemento psicológico en la operación de confrontación de ideas con la cúpula senderista a fin de lograr su capitulación y posteriormente la ruptura orgánica de dicha red terrorista.Posteriormente, y luego de un intenso trabajo de seguimiento, los órganos de inteligencia de las fuerzas del orden lograron dos resonantes éxitos: la ubicación y captura de un grupo conformado por Margie Evelyn Clavo Peralta (a) “Nancy”, de Rodolfo Cárdenas Ruiz (a) “Gabriel” y de Jorge Eduardo Olivares del Carpio (a) “Roldán”, el 22 de marzo de 1995; y, meses después, el 23 de agosto de 1995, la ubicación y captura de otro, integrado por Maruj aArango Chávez (a) “Berenice”, con lo cual quedó severamente golpeado el grupo escisionista de dicha red terrorista y casi desactivado su llamado Comité Central de Emergencia conocido como “Sendero de afuera”, bajo la conducción de Oscar Ramírez Durand (a) “Feliciano”.En razón de que la segunda etapa de la Operación Especial de Inteligencia “Misti-92" estaba vigente, y siendo un objetivo prioritario conseguir que un número mayor de los que aún continuaban enrolados bajo el mando de “Feliciano” se aparten de esa línea divisionista, y a fin de impedir el consecuente reagrupamiento y organización operacional de la facción disidente, y considerando el hecho objetivo de que existe una división al interior de Sendero Luminoso, era necesario efectuar una Operación Especial de Inteligencia complementaria que debía estar orientada a erosionar la credibilidad de “Feliciano” y alejarlo de sus bases.Para alcanzar este objetivo se tendría que propiciar un deslinde ideológico entre quienes habían seguido la línea definida porAbimael Guzmán Reinoso versus quienes adherían al bloque escisionista de Oscar Ramírez Durand, y a la vez promover el que dicho deslinde se realice al interior del grupo de “Feliciano”, a fin de conseguir su aislamiento definitivo y posterior captura por las fuerzas del orden.Teniendo en cuenta este marco de referencia, y considerando que había concluido el proceso penal contra estos integrantes del llamado Comité Central de Emergencia, resultaba oportuno y conveniente a los fines de la misión diseñar un nuevo Plan de Operaciones con el citado propósito.El plan formulado a mediados de junio de 1995 se denominó “Deslinde 95" y le puse ese nombre porque lo que en esencia y sustancia buscaba, reitero, era producir un cisma ideológico al interior de la línea divisionista para aislar a “Feliciano” y debilitar al grupo “Proseguir” en la continuación de la lucha armada.Estando al Segundo Objetivo de Inteligencia de lograr la división o escisión de la red terrorista Sendero Luminoso, la misión asignada en el nuevo plan fue la siguiente:El Servicio de Inteligencia Nacional, se encargaría de desarrollar una Operación Especial de Inteligencia, destinada a lograr una aproximación entre Abimael Guzmán Reinoso y Elena Albertina Iparraguirre Revoredo, como representantes de la posición a favor del Acuerdo de Paz, con Margie Evelyn Clavo Peralta y otros, como representantes de la posición escisionista que está a favor de proseguir con la lucha armada en el Perú, a fin de que efectúen un deslinde ideológico que permita demostrar que Oscar Ramírez Durand ha optado por el camino equivocado y que con su manera irracional de actuar está conduciendo al partido a la liquidación total. Una vez logrado dicho propósito, es decir que la representante del grupo disidente y, eventualmente, los otros cabecillas detenidos que están en la misma línea sean convencidos de ello, había que propiciar hagan un llamamiento público a su militancia para cesar todas las operaciones de lucha armada contra el Estado en la convicción de que continuar con esas acciones carece de toda posibilidad de éxito.En la fase de ejecución del supradicho plan, como Concepto de la Operación se debía mantener la máxima confidencialidad, y considerando el éxito obtenido en el anterior Plan de Operaciones “Misti-92", se estableció que sea yo quien como Oficial del Caso se encargue personalmente de la conducción y desarrollo de esta nueva acción.Para el cumplimiento de la misión, se determinó que la Operación Especial de Inteligencia debía desarrollarse en cuatro etapas:– La primera, gestionar ante el Consejo Supremo de Justicia Militar autorice el traslado de Margie Evelyn Clavo Peralta (a) “Nancy” al penal de la Base Naval del Callao;– La segunda, que se mantenga aislada a dicha interna de lo otros dirigentes recluidos en dicho penal militar a fin de que el Oficial del Caso pueda previamente evaluarla y luego “direccionarla” para la siguiente etapa;– La tercera, promover un encuentro de Margie Evelyn Clavo Peralta, con Abimael Guzmán Reinoso y Elena Albertina Iparraguirre Revoredo, con la finalidad de producir un deslinde ideológico entre ambas partes , y así obtener el rompimiento de la “camarada Nancy” con la línea escisionista que dirigía Oscar Ramírez Durand;–La cuarta, una vez obtenido el resultado de la tercera etapa persuadir a la “camarada Nancy” para realizar una declaración pública, que sería difundida por la televisión haciendo su autocrítica pronunciándose contra la línea de “Feliciano” y efectuando un llamado a quienes todavía lo seguían para que depongan su actitud, posibilitando así el aislamiento político y operacional de “Feliciano”.Como tareas del Plan se fijaron las siguientes:– Primero, la identidad del elemento del Servicio de Inteligencia Nacional que intervenía en la Operación Especial de Inteligencia, por razones de seguridad, sólo sería conocida por el señor Presidente de la República y el Jefe del Servicio de Inteligencia Nacional;– Segundo, debía mantenerse en estricto secreto el desarrollo de la Operación Especial de Inteligencia;– Tercero, no habría ningún canal intermedio de comunicación;– Cuarto, el responsable del desarrollo de la Operación como Oficial del Caso sería el encargado de informar al señor Presidente de la República, y al Jefe del Servicio de inteligencia Nacional, sobre el grado de avance y de los resultados que se haya alcanzado;– Quinto, las reuniones de Abimael Guzmán Reinoso y Elena Albertina Iparraguirre Revoredo con Margie Evelyn Clavo Peralta, se efectuarían en un ambiente especialmente acondicionado del penal de la Base Naval del Callao;– Sexto, el Oficial del Caso sería el responsable de procesar y consolidar la información que se obtenga y en los términos que considere pertinentes presentaría informes de evaluación sobre los avances y desarrollo del Plan;– Séptimo, una vez aprobado el Plan de Operaciones “Deslinde 95" se pasaría a la fase de ejecución. Se daría inicio a la primera etapa gestionando ante el Fuero Privativo Militar el mandato para el traslado de Margie Evelyn Clavo Peralta a la Base Naval del Callao, así como su internamiento en el penal de máxima seguridad.Una vez recluida la referida interna en el citado centro penitenciario, se pasaría a la segunda etapa, que consistiría en mantenerla provisionalmente aislada de Guzmán y la “camarada Miriam”, para evaluarla como Oficial del Caso y prepararla así para la siguiente etapa.En tal sentido, se gestionó sea trasladada a la Sala de Conferencias de la Dirección de Inteligencia Naval con el objeto de realizar el encuentro previsto con el Oficial del Caso.Y así tenemos que por un espacio de tres días permaneció sola. Estaba bajo observación indirecta y durante las horas laborables en dicho ambiente se encontraba viendo televisión, leyendo periódicos y revistas del día o escuchando música que ella misma sintonizaba en un minicomponente acondicionado para que pudiera establecer por sí sola el “equilibrio racional- emocional” sin ninguna presión, y lejos del rigor que imponía la vida en una prisión de máxima seguridad.Con esta acción se buscaba crear un estado emocional de aceptación de parte de “Nancy”, lo que a su vez permitiría apreciar el nivel de inteligencia emocional cuando interactuara conmigo, situación en que mediría el control de impulsos, la agilidad mental, la motivación, la autoconciencia, su coeficiente intelectual, la empatía, el entusiasmo y su nivel de adaptación social.Al cuarto día me aparecí sorpresivamente en la puerta de la Sala de Conferencias y antes de ingresar le digo:–¡Buenos días, señora Margie Clavo! ¿Podría pasar para conversar con usted?–Sí, señor. Buenos días, pase usted –me contesta algo desconcertada, pero muy educadamente.–Señora, me presentaré: soy Vladimiro Montesinos Torres, funcionario del Servicio de Inteligencia Nacional, y he venido para conocer sus necesidades, requerimientos y atender, en la medida de mis posibilidades, sus peticiones.–Muchas gracias, señor.–Señora, ¿puedo sentarme acá frente a usted?–Sí, señor –contesta algo tímida, por lo que para lograr una empatía le digo:–Vea, antes de conversar, quisiera mostrarle dos libros y cuatro películas que le he traído para que usted seleccione a su libre albedrío con cuáles desea quedarse.–Ah... muchas gracias, señor Montesinos. ¿Podría ver los libros y las películas?–Por supuesto. Aquí tiene de Erich Fromm, “Podrá sobrevivir el hombre”, y de Samuel Huntington, “Choque de civilizaciones”.–Muchas gracias, señor. ¿Me puedo quedar con ellos? –pregunta con cierto recelo, como pensando que le podría negar tal petición.—Señora Margie, ¡se los obsequio!... Quédese con los dos libros y en algún momento hablamos de Erich Fromm, pues estoy leyendo otra de sus obras, “El miedo a la libertad”. Cuando termine se la pasaré.—Ay, qué bueno, señor, ¡veo que a usted le agrada la lectura!—Sí, por eso a menudo leo la famosa “Entrevista del Siglo” que dio el doctor Guzmán al periódico “El Diario”.—Ja, ja, ja, ja... —ríe.—¡No puedo creer que usted lea la entrevista al doctor Guzmán!—Pero, Margie... ¡tengo que conocer el “Pensamiento Gonzalo” de vuestro presidente!...— Ja, ja, ja, ja... —vuelve a reír y agrega: ¡Pero es una entrevista muy antigua!—Es cierto... pero hay que conocer su línea de pensamiento como dirección política del partido, y en ese sentido creo que “Feliciano” está equivocado en proseguir la lucha armada. ¡Es un hombre miope! ¿No le parece? —le brindé mi concepto inicial para ver su reacción.—Bueno... habría que analizar la situación. Cuando usted guste, señor. Esto es si a usted le interesa ahora profundizar el tema —respondió. Ante esas expresiones y en vista de que el momento no era adecuado todavía, cambié el giro de la conversación y sorpresivamente le digo:—En cuanto a las películas, como sé que a ustedes los del partido les gusta bailar el sirtaki, lo vi cuando clausuraron la Tercera Sesión del Primer Congreso, le he traído “Zorba el griego” con Anthony Quinn, Alan Bates e Irene Papas, para que la vean con el doctor Guzmán y la señora Iparraguirre y en recuerdo bailen otra vez los tres. ¿Qué le parece?—¿Qué? ¿Voy a ver al doctor Guzmán y a la señora Iparraguirre?—Sí... en algún momento tendrá la posibilidad de saludarlos —le contesto para observar la reacción, y ella responde:—Si ustedes así lo disponen... Viendo que todavía tenía cierta resistencia, le manifiesto:—Las otras películas que le dejaré son: “Sacco y Vanzzetti” con Gian María Volonte, “La Dolce Vita” con Marcello Mastroianni y Anita Ekberg, una mujer muy hermosa en su tiempo, y finalmente la última, “II Sorpasso” con Vittorio Gassman. Véalas y en la próxima visita comentamos.—Correcto, señor. ¡Nunca pensé que usted sería una persona generosa!—Gracias, Margie. A propósito, ¿qué necesita usted?—Que se me permita hacer caminatas en el penal. Usted sabe que “mente sana en cuerpo sano”... ¡es la clave de la vida!... En eso los atenienses son sabios con su aforismo “mens sans in corpore sans” —sentencia y ríe nuevamente.—Téngalo por hecho. Antes de retirarme haré las gestiones que sean menester.—Gracias... gracias, señor Montesinos. ¡Espero verlo nuevamente!—Descuide, “¡volveré!” como dijo el famoso general Mac Arthur. Hasta otro día —me despedí. Luego me retiré para coordinar le permitiesen realizar caminatas todo el tiempo que necesitara sin limitación alguna. Acto seguido fui a buscar a Guzmán y a la “camarada Miriam” para ponerlos al corriente de la situación.Luego de los saludos protocolares les narré el primer encuentro con Margie Clavo Peralta y les aseguré que pronto la verían, ante lo cual “Miriam”, con la zalamería propia de una mujer, siempre curiosa por saber los detalles, me dice:—Doctor Montesinos, ¿está más gordita o sigue igual?—Eso no le podría contestar, señora Elena, pues es la primera vez que la veo, y no tengo un referente anterior de ella salvo la del video en que están todos ustedes bailando. A propósito, le dejé la película “Zorba el griego” para que la vean ustedes con ella.—¡Ay, doctor Montesinos, qué ocurrente e ingenioso es usted! —exclama “Miriam”.–Pero claro, les estoy preparando el camino a los dos, de modo que la encuentren expedita durante el deslinde ideológico. Luego veamos si podemos lograr como un paso final que salga a la televisión para que formule su autocrítica pública y rompa con “Feliciano” por haberla engañado: sería un éxito. ¿Qué les parece el esquema?–¡Huy, qué bien! –dice “Miriam”. –¿Y usted qué opina, doctor Guzmán?–De acuerdo, doctor Montesinos... comparto su optimismo y esperamos ver pronto a la camarada Nancy, que es una buena compañera.–Okey, señores... Ahora los dejo juntitos, contentos, ¡y que la pasen bien!Sonríen ambos como dos tortolitos, pero luego me hacen pensar que en realidad estaba ante un dúo más temible que Bonnie and Clay.De retorno a la sede central del Servicio de Inteligencia Nacional me puse a revisar la “Ficha Básica de Personalidad” de Margie Evelyn Clavo Peralta (a) “Nancy” que existía en la Base de Datos del SIN para refrescar la información que tenía sobre ella y ver el rol que había cumplido dentro de la organización, así como su trayectoria personal. Pude constatar su antigua militancia en la red terrorista, militancia que databa desde inicios de la lucha armada senderista: había participado desde muy joven en la Primera Escuela Militar que llevará a cabo el Comité Central. Esta escuela funcionó clandestinamente del 2 al 19 de abril de 1980, en la zona Este de Lima, en una casa de Chaclacayo, y bajo la dirección del propio Guzmán. En su clausura suscribieron el compromiso siguiente:“Los comunistas de la I Escuela Militar del Partido, sello de los tiempos de paz y apertura de la guerra popular, nos ponemos en pie de combate como sus iniciadores, asumiendo bajo la dirección del Partido y ligados al pueblo, la forja de las invencibles legiones de hierro del Ejército Rojo del Perú. ¡El futuro está en el cañón de los fusiles! ¡La revolución armada ha comenzado! ¡Gloria al marxismo–leninismo - pensamiento Mao Tsetung! ¡Viva el Partido comunista del Perú! ¡Por el camino del camarada Gonzalo, iniciemos la lucha armada!”En la ceremonia de clausura de dicho evento Guzmán pronunció el discurso de cierre denominado “Somos los Iniciadores” y todos los participantes pusieron sus correspondientes seudónimos en la parte inferior de una bandera roja con la hoz y el martillo, en la cual figura la siguiente anotación: “INICIADORES-ILA 80. Desarrollar la militarización del Partido y llevar a cabo el boicot de las próximas elecciones de mayo de 1980".Esto lo pude constatar personalmente durante una visita que hiciera a las instalaciones de la DINCOTE.Es al finalizar dicha Escuela que la red terrorista Sendero Luminoso aprobó el plan de inicio de la lucha armada en el Perú, bajo las consignas: ¡Lucha armada, gobierno de obreros y campesinos! ¡Centro es el campo, ciudad complemento! ¡Sabotajes! ¡Abajo el Gobierno Reaccionario!Cabe señalar que a todos los partícipes de la Primera Escuela Militar, Abimael Guzmán Reinoso les entregó un diploma, una boina verde con una estrella roja y un botón de bronce que lleva la inscripción: “1 Cía. Del EGP” (Primera Compañía del Ejército Guerrillero Popular), según constaté personalmente cuando inspeccioné, el 1 de febrero de 1991, la casa de Buenavista en Monterrico, San Borja. Esa casa había sido intervenida por la DINCOTE, la que luego incautó diverso material y documentación clave de Sendero Luminoso; en dicho inmueble funcionaba el Departamento Central (DC), uno de los organismos de dirección de la red terrorista.Asimismo, la “camarada Nancy” participó en el Congreso del Partido, evento en que fue nombrada por Guzmán –al ser integrante del Comité Central Histórico– como primera suplente del Buró Político. Por lo tanto la “camarada Nancy” ocupaba el sexto lugar en orden de jerarquía.A finales del año 1992 fue integrante del Comité de Dirección del Comité Regional del Sur y luego, a la caída de Guzmán, por decisión de “Feliciano”, pasó a ser miembro del Comité Central de Emergencia, ente que tenía la misión de organizar, dirigir, disponer todo lo concerniente a las tareas de tipo ideológico, político, organizativo y militar de la ahora llamada “línea liquidacionista de izquierda”.En su ficha figura que tenía un antecedente que databa de 1985, cuando fue detenida en Lima bajo la identidad falsa de Lucy Aydee Aranguren Gil, conjuntamente con Deodato Hugo Juárez Cruzat y Sybila Arredondo, viuda de Arguedas. Obtuvo la libertad el 15 de enero de 1986, por mandato del Vigésimo Cuarto Juzgado de Instrucción de Lima.Durante el nuevo encuentro que tuve con Margie Evelyn Clavo Peralta, la noté más suelta y menos tensa que durante nuestra primera reunión. Por ello y casi como jugando le dije:—¿Le gustó “La Dolce Vitta”?—Vea, señor Montesinos, esa es una película de la clase dominante de Italia, en donde se ve su decadencia. La verdad: no me interesó.—Ya sabía que así sería... Por eso, en compensación, le traigo esta otra película que estimo será de su interés: “El discreto encanto de la burguesía” del gran maestro Luis Buñuel. Es un filme progresista.—Vaya, ¡vaya qué título para más sugestivo! —Dígame, señora Margie, ¿cómo se siente?—Bien... dentro de la situación en que se vive. —¿Ha podido realizar sus caminatas diarias?—Ah... se me olvidaba agradecerle por su gestión ante las autoridades del penal.—Es mi obligación que usted tenga tranquilidad espiritual antes de conversar con los dos miembros de la dirección política de su partido. Así usted estará en óptimas condiciones para esclarecer su posición ideológica respecto a la decisión que han tomado ellos. ¿No le parece?—Bueno, nunca es malo conversar, ¿no?—Sí, pero, Margie, aquí el meollo del tema radica en que usted apoya la postura errónea de “Feliciano” y sobre eso hay que conversar.—Sí, claro, conversaremos cuando usted me diga.—Esa es una posición correcta, señora Margie. Me parece que en su decisión de conformar el llamado “Comité Central de Emergencia” ha pesado en usted la antigua amistad que tiene con “Feliciano” desde su época de estudiantes en la Universidad Nacional de Ingeniería. ¿Esto es correcto?—En parte sí... efectivamente nos conocemos desde cuando estudiábamos ambos en la Universidad Nacional de Ingeniería...—Yo sé que “Feliciano” al concluir sus estudios de secundaria en el Colegio San Francisco de Arequipa vino a vivir a Lima, e ingresó a la Universidad Nacional de Ingeniería, concretamente a la Facultad de Ingeniería electrónica. ¿Es verdad, señora Margie?—Es correcto. Lo conocí porque ambos estudiábamos en el mismo salón en la Facultad de Ingeniería.—De repente fueron enamorados ustedes...—Nooo, para nada. Somos buenos amigos de universidad y punto.—Pero Margie, “Feliciano” tiene fama de ser un mujeriego empedernido en el partido, y me parece raro que compartiendo el Mismo salón, él no se haya fijado en usted. Ciego no es... ¡cojo tampoco lo era en esa época!—Ja, ja, ja, ja... —se ríe Margie— ¡Usted es bien ocurrente, señor!—Señora Margie, no es eso: usted es una persona interesante y “Feliciano” no creo que como arequipeño que es, no se haya percatado de su persona. ¡Eso no lo creo! —agregué con zalamería para observar sus reacciones e inteligencia emocional.—¿Por qué piensa usted eso? ¡Deme una razón para ello!—Se la daré. Si le gano, usted estará en deuda conmigo... ¿De acuerdo?—De acuerdo, señor Montesinos. —Vea... la información que dispongo es que cuando ustedconoce a Oscar Ramírez Durand en la UNI, y todavía no utilizaba el seudónimo de “Feliciano”, es su persona quien lo convenció para que fuera miembro del Partido Comunista. ¿Es correcta mi información?–Huy, ¿cómo conoce ese pequeño detalle usted?–Pero es verdad ese hecho, Margie...–Sí, señor Montesinos, es verdad. Yo fui la persona que lo convenció para integrarse al Partido Comunista.–Es más, le brindaré otra información, señora Margie.–¿Cuál? ¡Usted me sorprende con cada cosa que sabe y dice!–Mire, ¿es verdad que el joven Oscar Ramírez alquiló un pequeño cuarto frente a la universidad ubicado en la calle Genaro Unger N° 207, San Martín de Porres?–¿Cómo conoce usted ese dato tan preciso?–¿Quiere que siga contándole cositas de ustedes, Margie? –No, no señor; estoy impresionada con usted.–Entonces, si usted Margie tuvo el ascendiente como para haberlo convencido de que se convierta en miembro del Partido Comunista es porque él le hacía caso desde ese entonces. Y si esto es así, mi conclusión lógica es que hubo una breve relación sentimental entre ustedes, ¿verdad?–Ay, señor, ¡qué mal pensado es usted! ...–No, Margie, no soy mal pensado, sólo me baso en hechos. Por ejemplo, algunos vecinos del inmueble de Genaro Unger en San Martín de Porres los vieron entrar solos al cuarto y permanecer largo tiempo sin salir. ¿Qué estaban leyendo? ¿”El Capital” de Marx, “El Imperialismo fase superior del capitalismo” de Lenin o haciendo meditación trascendental y yoga a la vez?La “camarada Nancy” bajó la cabeza y la mirada, noté en su rostro un intenso rubor.–Prefiero no contestar... me reservo ese derecho. ¿Está bien?–Vea, hay un viejo aforismo que dice: “quien calla otorga”. ¿Es aplicable a su caso?–Ja, ja, ja, ja... –ríe y la risa parece del embrollo en que la he metido con mis preguntas.Yo río también, como para que se distienda. Luego ella me dice:–¡Qué insistente y persistente es usted !–Mire, Margie, usted integra el Comité Central de Emergencia a pedido de “Feliciano” y asume la posición de proseguir la lucha armada en el país aceptando que él lidere la línea liquidacionista de izquierda, porque entre ustedes hay una relación personal, no digo ahora amorosa... pero por ahí empezó la amistad de ambos y luego lo demás cae por su propio peso. Ese es mi punto de vista.–¡Frío!, ¡frío!, como dicen, ja, ja, ja, ja... –vuelve a reír, pero esta vez su risa es un escudo nervioso, frágil.–Viendo su rostro Margie... y estando a sus respuestas mi percepción me dice que “donde camotes se asaron, cenizas quedaron”.–No opino... no digo nada.–Bien, supongamos que no hubo nada más allá que una amistad de juventud. Entonces, ¿por qué si no tiene usted ningún compromiso con él, no procede de una vez a efectuar un deslinde con la posición militarista de “Feliciano” y acata la decisión de la jefatura de su partido?–Eso tiene que ser materia de una conversación con el doctor Guzmán y la camarada Miriam, quiero que me expliquen las razones de su decisión, y si tienen la razón aceptaré disciplinadamente los mandatos de la Jefatura del Partido.–Correcto, así será. Pronto se verán los tres y aquí viene la pregunta del siglo:Margie Clavo finge un rostro lleno de pavor:–¡Por favor, no más preguntas!... ja, ja, ja, ja...–Esta es una pregunta muy simple: ¿verán ustedes tres la película “Zorba el griego”?–Quizás, quizás– contesta con cierto tonito irónico, ante lo cual retruco:–Quizás, quizás, quizás. Esa es una famosa canción interpretada por Nat King Cole y parte de su letra –tarareo– dice: “Estás perdiendo el tiempo, pensando, pensando...”–Ja, ja, ja, ja... ¡vaya, vaya, señor!... de repente tiene usted un video donde aparece Nat King Cole cantando a dúo con su hija Natalie la linda melodía “Unforgettable”...–¡Se lo traeré en una próxima oportunidad! ¿De acuerdo?–¡De acuerdo, señor Montesinos!–Dos preguntas finales. Por razones de orden histórico es necesario dilucidar si la Primera Escuela Militar se realizó en Chuschi o en Lima...–Se llevó a cabo en la zona Este de Lima por disposición del comité central bajo la dirección del doctor Guzmán. ¿Cuál es la segunda pregunta, señor?–Margie: ¿qué documentos se revisaron el penúltimo día en la parte final de la Escuela Militar? ¿Recuerda?–De lo que recuerdo, la “Lucha en la Convención 1962-1963", el “Movimiento Campesino de 1963-1964", las “Guerrillas de 1965 y el inicio de la lucha armada”, es lo que tengo en mi memoria, pues ha pasado mucho tiempo.–Gracias, señora Margie. Ahora me despido de usted, pues tengo otra reunión.–Hasta luego, señor. Gracias por su visita.Posteriormente me volví a reunir con Guzmán y la “camarada Miriam” y los puse al tanto de la entrevista sostenida con la señora Clavo, especialmente de la gran receptividad y disposición que había encontrado en ella para que pudieran reunirse entre los tres y efectuaran el deslinde ideológico respectivo. Como se dice, dejaba en la cancha de ambos el que pudieran demostrarle que “Feliciano” había optado por el camino equivocado al crear la facción “Sendero Rojo”, autoproclamarse jefe de la misma y propugnar la continuación de la lucha armada con sus seguidores refugiados en la ceja de selva del territorio peruano.Como noté que Guzmán estaba receptivo a seguir conversando después de la información que le brindara, opté por hablar de “Feliciano” para tratar de obtener alguna información adicional a la que disponíamos, por lo que de improviso le dije:–Doctor Guzmán, ¿cómo llega “Feliciano” a militar en su partido, quién lo contacta y presenta ante ustedes?–Vea, doctor Montesinos, usted se habrá dado cuenta de la estrecha amistad entre la camarada Margie Clavo y el camarada Feliciano...–Claro que sí, por eso le estoy preguntando a fin de cruzar la versión de ella con la de ustedes.–Me parece correcto, doctor. ¿Qué desearía conocer sobre ese particular?–Le reitero las preguntas: ¿cómo llega “Feliciano” a ser un militante en Sendero, quién lo contacta y presenta ante ustedes?–Miriam conoce a la camarada Nancy en la Universidad Nacional de Ingeniería y después de poco tiempo la recluta como militante, y es ella quien nos cuenta que conoce a un compañero que es natural de Arequipa, con el que tenía una relación sentimental. Este compañero se llamaba, y se llama, Oscar Ramírez Durand. Se le sugiere nos lo presente para ver la posibilidad de integrarlo como militante del Partido.–¡Qué interesante! ¿Entonces es Margie Clavo Peralta quien presenta a “Feliciano” ante “Miriam” y luego a usted? ¿Es correcto?–Sí, doctor Montesinos, es correcto. Miriam lo conoce y evalúa, y luego nos lo presenta a mí y a la camarada Norah, quien entabla inicialmente amistad con él.–¿Y luego qué pasó, doctor Guzmán?–Durante las conversaciones que sostuviéramos con él nos dijo que se sentía orgulloso de ser un provinciano arequipeño, recién llegado a Lima, que había logrado ingresar a la UNI en el primer intento para estudiar ingeniería electrónica.—Qué interesante la anécdota. ¿Qué otros hechos recuerda de esa época? —repregunté con el fin de poder obtener mayor información básica sobre “Feliciano”.—Le cuento, doctor Montesinos, que en un principio él simpatizaba ideológicamente con la posición de Vanguardia Revolucionaria. Vanguardia había formado círculos de estudios políticos sobre la realidad nacional en las diferentes universidades del país. Allí participaban los estudiantes en el debate político.—Dígame, ¿cómo fue que “Feliciano” decantó su afinidad por Vanguardia Revolucionaria para integrarse a Sendero Luminoso?—La historia es más o menos así: mientras nosotros conversábamos con Ramírez, sabiendo que era de Arequipa, en el Partido había un paisano mío llamado Javier Guevara, conocido como el camarada Alejandro, integrante del Comité Central, a quien le preguntamos si conocía a Oscar Ramírez Durand. Este nos manifestó que sí, por haber estudiado juntos en el colegio religioso San Francisco de Asís, en Arequipa.—¡Cómo es la vida! —me dije a mí mismo y para no cortar el relato pregunto:— ¿Y qué pasó después?—Bueno, el camarada Alejandro contó que a Feliciano le decían en el colegio “Peluca Ramírez”, o simplemente “Peluca”, que le gustaba salir siempre en la revista “Calienes”, una publicación interna del colegio San Francisco de Asís de Arequipa. Nos dijo también que había pertenecido al círculo estudiantil “Titanes Franciscanos”. Además nos contó que era un alumno muy aplicado, que le gustaba las matemáticas y la lógica, y que en estos cursos obtuvo las más altas calificaciones.—¿En esa época les enseñaban los cursos de Religión y Educación Cívica?—De lo que recuerdo nos contó el camarada Alejandro, me parece que esos cursos los llevaron en quinto de secundaria.—¿Cómo fue que “Feliciano” se incorpora posteriormente a Sendero Luminoso?—Según el camaradaAlejandro, cada vez que Feliciano regresaba a Arequipa de vacaciones se reunían para conversar temas de política, y así lo fue introduciendo en los lineamientos ideopolíticos del Partido, de modo que para nosotros nos fue más fácil reclutarlo como militante, pues ya simpatizaba con la posición política de la organización. Además el camarada Alejandro lo recomendó ante el Comité Central y con nuestro apoyo se incorporó al Partido. Esa es la historia. ¿Qué le parece?—Muy interesante, pero tengo una inquietud...—¿Cuál, doctor Montesinos?—¿Qué es del “camarada Alejandro”, esto es de Javier Guevara, que no se escucha nada de él?—Pero... qué se va ha escuchar si está muerto... —respondió con cierta tristeza.—¿Alguno de ustedes sabe cómo y cuándo falleció Alejandro?—formulo la pregunta en plural para observar quién de los dos la contesta, y es así que ante el silencio de Guzmán, la “camarada Miriam” me dice:—El camarada Alejandro murió heroicamente, dirigiendo la lucha de los presos políticos de El Frontón, el 19 de junio de 1986. Fue durante la famosa matanza de los penales acaecida en la época del gobierno de Alan García Pérez.—Bueno, lo siento por él y por todos los que perdieron la vida en esa fecha, y por supuesto por todo el personal de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional del Perú, los huérfanos, las viudas, los mutilados, los desplazados que injustamente son víctimas de esta guerra que debemos concluir para que retorne la paz en el Perú—les dije en tono admonitorio.—En eso estamos, doctor Montesinos. Comprendemos, perfectamente, su posición y esa es la razón por la cual bregamos juntos, claro está, desde nuestras respectivas colinas para el Acuerdo de Paz.—Pasando a otro tema, dígame doctor Guzmán, ¿la relación sentimental entre “Feliciano” y Nancy se mantuvo durante un largo período?—No, pues, al poco tiempo el camarada Feliciano rompió la relación, ya que conoció a otra camarada y se enamoró de ella; sin embargo, nunca dejaron de ser buenos amigos.—Si esto es así, ¿usted cree que “Feliciano” por su amistad de antigua data con Nancy la haya convencido para integrar el “Comité Central de Emergencia” y cuestionar vuestra decisión?—De eso no me cabe la menor duda, pues el camarada Feliciano con tal de conseguir sus objetivos personales es capaz de todo.—¿Cómo definiría usted a “Feliciano” en dos palabras?—Inescrupuloso y arribista. Son las palabras que grafican su personalidad y además... —dice un Guzmán molesto, pero no termina.—¿Además qué, doctor Guzmán? —le repregunto.—Se cree un Rubirosa. Es un mujeriego empedernido, al punto de perder la cabeza por una mujer.Ante esta expresión interviene “Miriam” y dice:—La camarada Norah y yo, como mujeres, siempre le advertíamos que no jugara con los sentimientos de nuestras camaradas, pues conocíamos la costumbre que tenía de portarse como un galán en las diversas reuniones partidarias.—Con su permiso, doctor Guzmán, quisiera hacerle una pregunta delicada a la señora “Miriam”.—Adelante —responde Guzmán.—¿”Feliciano” alguna vez pretendió enamorar a la camarada Norah? Ya que era una mujer tan bonita y agraciada, pienso que le echó ojo...—Nooo, doctor Montesinos, usted no ha conocido a Norah; ella era una mujer de mucha personalidad y carácter. Feliciano le tenía terror cada vez que la veía. Parecía un autómata diciendo: “Sí, camarada Norah”, “Como usted disponga, camarada Norah”...—¿Ah sí?—Era un “chicheñó”, como el de la tradición de Ricardo Palma.—Ahora le preguntaré por usted, pero por favor, no se moleste señora “Miriam”. ¿Alguna vez el “camarada Feliciano” trató de enamorarla?—Jamás, doctor Montesinos. Le habría dado una cachetada y hubiera pedido se le someta a disciplina en el Partido —contesta una enfática “camarada Miriam” ante un Guzmán pensativo y quizás incómodo frente a mis preguntas. Cambié de giro en la conversación.—Doctor Guzmán, ¿cree que “Feliciano” está en capacidad de producir documentos o hacer pronunciamientos para enriquecer la teoría revolucionaria que usted desarrolló en el partido?—Nooo... doctor Montesinos. ¡El camarada Feliciano no tiene perspectiva estratégica, y nunca ha elaborado ningún documento partidario. Es un hombre ejecutante. No es un individuo pensante. Por eso siempre estaba en el campo, pues es una persona de acción, para ello es muy bueno. Más allá, no le da el cerebro para tanto.La “camarada Miriam” se ríe de buena gana festejando la ocurrencia de Guzmán.Viendo que esta parej ita de camaradas seguían con una excelente disposición a responder temas sobre “Feliciano”, es que insistí con mis preguntas.—Si para ustedes es un axioma el dicho de Mao de que “la línea lo dice todo”, ¿cómo es que “Feliciano” y su grupo han tomado un camino distinto? ¿Quién está equivocado, “Feliciano” o ustedes?—Mire, doctor Montesinos... Feliciano siempre ha sido una persona díscola en todo orden de ideas. Él ha optado por el rumbo incorrecto por que no entiende que la esencia de la guerra popular es cuestión de dirección política. ¿Cómo se le puede pedir a un hombre que toda la vida ha sido yunque que a la hora nona se convierta en martillo? Es obvio que ha elegido el camino equivocado, pues la perspectiva de la guerra no es ahora el desarrollo sino simplemente su mantenimiento.–Gracias por su explicación, doctor Guzmán. ¿Entonces es correcta la información de que “Feliciano” es sólo un mando con formación militar, o también tiene capacidad organizativa, liderazgo y preparación ideológica como para nuclear en torno suyo al bloque escisionista?–Efectivamente, al camarada Feliciano le falta capacidad ideológica y política y experiencia de orden estratégica, es sólo un mando con formación militar, pese a que es un hombre eficiente, e inteligente. Pero es anárquico, rebelde, egoísta y sobre todo muy indisciplinado. Vea, le haré una infidencia para que usted tenga una idea cabal de lo que es este camarada...–¿Cuál...? –pregunté con gran curiosidad y sorprendido por este súbito arrebato de confianza.–El Comité Central durante una reunión plenaria le encargó en marzo de 1992, la tarea de buscar personalmente un lugar seguro en el interior del país para proceder al traslado de la dirección política partidaria. Cumplido ese objetivo, tendría que retornar a Lima a fin de dar cuenta del cumplimiento de la misión asignada. Luego nos desplazaríamos con toda seguridad al área protegida para evitar ser detectados por las fuerzas del orden que nos venían siguiendo los pasos...–¿Y qué pasó?–Bueno, simplemente que nunca retornó a Lima, y es por esa negligencia y por su arribismo enfermizo que se produce nuestra caída el 12 de septiembre de 1992, esto es cinco meses después de que el camarada Feliciano recibió la tarea de buscar una zona segura. Por tanto, históricamente él es responsable de esta situación. Razón tenía la camarada Norah cuando señalaba: “el camarada Feliciano nunca mira de frente a la cara de uno, siempre lo hace con una mirada de reojo”. “Obsérvalo”, me decía. ¡Cuánta razón tenía!–Vaya, vaya... Por lo visto “Norah” era una mujer con gran intuición, según infiero de sus comentarios.–Vea, doctor Montesinos, yo le contaré otro hecho que pinta de cuerpo entero a “Feliciano” –comenta airadamente la señora Iparraguirre.–A ver, a ver, que nos cuenta usted “Miriam”.–Cuando estuvimos al final de la tercera sesión de nuestro primer congreso partidario, todas las camaradas mujeres presentes me pidieron que por ningún motivo se debería permitir que el camarada Feliciano estuviera a solas con alguna compañera, pues haciéndose el borracho era casi un hecho que intentaría abordar, contra su voluntad, a cualquiera de mis camaradas. Por eso el camarada Germán (Hugo Deodato Juárez Cruzatt) había recibido el encargo del presidente Gonzalo de hacer respetar a las compañeras de los deslices de este individuo.A estas alturas ya tenía muy clara la evidente enemistad que existía entre la pareja Guzmán-Iparraguirre y el “camarada Feliciano”. Ella, supuestamente, se debía en gran medida a la responsabilidad que le tocaba en la detención de ambos por la DINCOTE, por no haber cumplido un encargo vital del Comité Central.Ya no ahondé más en este interrogatorio. Hay, obviamente, preguntas que quedaron sin respuesta: ¿Fue intencional ese hecho? ¿Es una negligencia inexcusable de “Feliciano”? ¿O es que Guzmán trata de echar la culpa de su detención a “Feliciano” para no reconocer el error de no haber salido oportunamente de Lima?Concluida la conversación, les indiqué que Margie Evelyn Clavo Peralta estaba autorizada para reunirse con ellos y que con ese propósito disponían de todo el tiempo necesario a fin de efectuar el deslinde ideológico respectivo. Una vez culminada esa fase, les pedí me avisaran por intermedio del jefe de servicio para reunirnos en conjunto los cuatro y analizar luego el curso de acción que adoptaríamos en adelante.Transcurrido un tiempo razonable, el 11 de septiembre de 1995, el Director de Inteligencia Naval me comunicó que había sido informado por el jefe de servicio del penal militar de la Base Naval del Callao, que el interno Abimael Guzmán Reinoso estaba solicitando que lo visitara, pues estaban listos para conversar conmigo.De inmediato alerté al personal técnico del SIN que nos desplazaríamos inmediatamente al exterior con destino al Callao por la ruta que elegiría antes de salir.Presuroso me alisté y partí contento por la ruta tres, pues era sabedor que ese día nos encaminábamos en la línea de consolidar la división de Sendero Luminoso con la posible presentación de la “camarada Nancy” en un medio televisivo.Al llegar a la Base Naval me dirigí a las instalaciones de la Dirección de Inteligencia Naval. En la Sala de Conferencias ya se encontraban reunidos Abimael Guzmán Reinoso, Elena Albertina Iparraguirre Revoredo y Margie Evelyn Clavo Peralta, quienes al verme se pusieron de pie. Nos saludamos.—Bien, señores, aquí estoy para escucharlos y conocer si llegaron a un entendimiento.—Sí, doctor Montesinos, le comunicamos que después de muchas conversaciones Miriam y yo hemos hecho reflexionar a la camarada Nancy, quien valientemente ha reconocido ante la Jefatura que había incurrido en un grave error y desviación de la línea correcta. Ella ha formulado su autocrítica como corresponde a todo miembro del Partido, y por tanto está en actitud de salir a la televisión y efectuar su autocrítica pública y denunciar a Feliciano por engañar a un grupo de camaradas al haber formado un bloque divisionista que traiciona a nuestro Partido.—Es una buena noticia, doctor Guzmán. Lo felicito a usted, a “Miriam” y a la señora Margie Clavo en particular por reconocer su error. Errar es humano y de hombres es reconocerlo, lo cual es aplicable al presente caso, pues cuando hablamos de hombres no se trata exclusivamente del género masculino. Muy bien. ¿Qué dice usted, señora Margie?—Sí, doctor Montesinos (era la primera vez que se dirigía de esa manera a mi persona), como muy bien le acaba de explicar el presidente Gonzalo, en presencia de la camarada Miriam, he reconocido todos mis errores y desviación en que incurrí, y como comunista que soy, me ha correspondido realizar la autocrítica que me corresponde. Como dice la Jefatura de mi Partido, estoy listapara salir en un medio televisivo para hacerlo públicamente en forma voluntaria porque considero es mi obligación y deber como comunista, con el Partido al que pertenezco.Cambié completamente de conversación a fin de evitar que siga “flagelándose”, y para que perciba que no le daba demasiada importancia a su rectificación. Quedó un poco desconcertada cuando le dije:—Correcto, señora Margie, en verdad es una decisión correcta la suya... A propósito, tenía pendiente con usted un video de Nat King Cole cantando a dúo con su hija Natalie: “Unforgettable”... Como usted sabe, este cantante falleció y la hija en homenaje a su padre hizo que técnicamente se combinaran las voces de ambos como si estuvieran interpretando juntos esa hermosa melodía... De modo que, como toda promesa es deuda, aquí tiene el video; se lo obsequio.El rostro se le iluminó a la “camarada Nancy”:—Muchísimas gracias, doctor Montesinos, por este gesto suyo.—No es nada... Para el doctor Guzmán le traigo este video de Ima Sumac, con música que escuchaban cuando se clausuró la Tercera Sesión del Primer Congreso de su Partido. ¿Recuerdan?—Por supuesto, señor doctor —contestó Guzmán eufórico, y refrescando la memoria agregó:—A la camarada Norah le agradaba escuchar a Ima Sumac... ¿Recuerdas Miriam?—Ay, sí Presidente, claro que lo recuerdo... Cuando se despida el doctor Montesinos escucharemos los tres a Ima Sumac.—Ahora para usted, “Miriam”, le traigo este video de Frank Pourcel titulado “Recordar es vivir”. Pueden escuchar “El cóndor pasa”, “Zorba el griego”, “La bamba” y “La flor de la canela”, entre otras canciones.—Gracias, gracias doctor. Usted siempre atento a los pequeños detalles.Esta última frase de la respuesta de “Miriam” (“Usted siempre atento a los pequeños detalles”) me hizo pensar, precisamente, en la minuciosidad del trabajo que se requería en estos casos. Había logrado mi propósito de incentivar a los tres objetivos con un paciente acopio de información, con un consiguiente cotejo de ésta y... con la música. La música, un arte aparentemente inofensivo, medio de disfrute y solaz, se convertía en el contexto de esta operación en una ciertamente eficaz, y hasta poderosa, arma para enfrentar a quienes luchaban contra el Estado con este tipo de Guerra Asimétrica como variable principal de la Guerra de Cuarta Generación.Abrigué la confianza, equivocadamente, que más tarde, los estudiosos y analistas de este proceso podrían darse cuenta que por parte del Estado y una institución como el SIN se usaba este tipo de medios y recursos para obtener o alcanzar algo tan trascendente como la capitulación del sanguinario y genocida grupo terrorista Sendero Luminoso. Sus más altos e importantes cabecillas y mandos no eran objeto de tortura alguna, ninguna forma de atentado contra la vida y la salud, ninguna humillación que vulnere sus derechos humanos, como insinuarían —o incluso afirmarían— más adelante los enemigos recalcitrantes del régimen con igual maldad que imaginación. Como queda claro por la descripción de estos hechos, absolutamente verídicos, documentados y comprobables, el Estado se situaba en un alto terreno moral, lo que implicaba una conjunción de ideas y tecnología, como se ha explicado párrafos ut supra.Estos desconocidos pasajes del proceso de pacificación constituyen, pues, un desmentido contundente frente a la irresponsable afirmación de que en tiempo de Fujimori existió una política sistemática de violación de derechos humanos. Ésta, de haber existido, se habría aplicado, en primer término contra los cabecillas. Contra ellos se habrían utilizado métodos vedados, esos métodos que condena la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH) suscrita el 22 de noviembre de 1969 en la ciudad de San José de Costa Rica y que es una de las bases del Sistema interamericano de protección de derechos humanos.Ahondaré más en el asunto, apelando a la comparación de procesos de pacificación contemporáneos. Esta comparación es menester hacerla para no caer en gruesas, cuanto injustasgeneralizaciones y arbitrariedades. La pacificación del Perú, a despecho de los falsificadores y embusteros que han pretendido falazmente presentarla como “El reino de la barbarie”, fue ejemplar. Aun con los casos aislados por todos conocidos, no puede ser, ni remotamente, comparada con otras experiencias de América del Sur. Pero contra todo criterio de justicia y de objetividad se ha evitado una comparación justa y necesaria a partir del examen y seguimiento minucioso del proceso.Este libro tiene, precisamente, entre sus objetivos revelar desconocidos pasajes, y lo más importante, dejar al descubierto una metodología del trabajo de inteligencia de las más avanzadas del mundo. Que se aplicó en el Perú y que, por obra y gracia de la conspiración del silencio, de la falsificación y la manipulación de individuos y organismos ligados de alguna u otra manera al terrorismo internacional, se ha ocultado al mundo.Dadas las dimensiones, alcances, objetivos logrados y metas por alcanzar de Sendero Luminoso antes de la captura de Abimael Guzmán, una respuesta tradicional, de represión indiscriminada habría producido otros resultados: miles de terroristas muertos y una represión sangrienta como ocurriera en Taiwán a partir de 1947 durante el régimen de Chiang Kai—shek, quien aplicó el terror anticomunista, y cuarenta años de represión y ley marcial. Y no puede dejarse de mencionar lo ocurrido en la Indonesia de Suharto a mediados de los años 60, donde se imputa al terrorismo de Estado muertes que se estiman entre 100 mil y 1,5 millones. ¿De qué estamos hablando, entonces, cuando se afirma que en el Perú de los 90 hubo una política sistemática de violación de derechos humanos? Pues, simplemente, del “Reino de la Mentira”, de una conspiración y orquestación para desfigurar hechos históricos en una magnitud y con una tendenciosidad nunca antes conocida en el Perú.En fin, sólo la Historia y los historiadores del futuro (espero que cercano) podrán abordar científicamente, con la objetividad debida, un proceso hasta ahora desconocido en sus aspectos fundamentales. Y ahora regreso ami relato de las fases de la operación cuyo objetivo era lograr una capitulación de Sendero Luminoso.Después de darles en la yema del gusto, a “Gonzalo” y “Miriam”, tocaba el turno de obtener lo que buscaba de la “camarada Nancy”: que apareciera en las pantallas televisivas. Para ello tuvo que preparársele adecuadamente con las preguntas del caso y realizar los ensayos respectivos a fin de que su autocrítica se enmarque exactamente en los lineamientos trazados.El 17 de septiembre de 1995, en la edición del programa “Contrapunto”, el Canal 2 de televisión difundió la entrevista y declaración de arrepentimiento de la citada Margie Clavo (a) “Nancy”, de conformidad a lo establecido en el Plan de Operaciones “Deslinde 95". “Nancy” hizo un llamamiento político a la militancia de Sendero Luminoso que seguía a Oscar Ramírez Durand (a) “Feliciano”, para que cese las operaciones en la convicción de que proseguir la lucha armada carece de toda posibilidad de éxito.Al día siguiente, 18 de septiembre, todos los medios de expresión escrita dieron la más amplia cobertura a la presentación televisiva de Margie Clavo Peralta, dejando constancia, en forma casi literal, del tenor de su declaración y destacando, por cierto, la importancia que para los fines de la Pacificación Nacional habría de tener este suceso en el futuro inmediato. Quedaba claro que era precisamente éste, el efecto deseado que se buscaba: que la noticia le llegara a “Feliciano” en la zona donde venía operando a fin de ir aislándolo progresivamente y derrotar políticamente a la línea liquidacionista de izquierda que él dirigía y trataba de “proseguir” con la lucha armada en el país.Este hecho fue de singular trascendencia en la medida de que era la primera vez que un dirigente de tan alto nivel dentro de la organización de Sendero Luminoso —como es el caso de Margie Clavo Peralta (a) “Nancy”, miembro del Comité Central Histórico y del Buró Político, designada por unanimidad en el Primer Congreso Nacional realizado por Sendero Luminoso— aceptaba presentarse ante la audiencia nacional para efectuar su autocrítica pública, reconociendo la serie de errores y desviaciones en que ha incurrido y pasar a continuación a hacer una denuncia contra Oscar Ramírez Durand (a) “Feliciano” (quien también fuera miembro de la Dirección Histórica senderista). A “Feliciano” lo acusó de haberfraguado una serie de documentos e inventado acuerdos, como es el caso de un inexistente Tercer Pleno del Comité Central y la aprobación de un supuesto Cuarto Gran Plan Estratégico, con la clara intención de mantener en el engaño a un pequeño grupo de “camaradas” que se habían marginado del llamado a un Acuerdo de Paz que en su momento públicamente hiciera el “Presidente Gonzalo”.En dicha entrevista, Margie Clavo Peralta también acusó a Ramírez Durand de conformar una “dirigencia usurpadora”, de adherir a una “línea liquidacionista” y de haber conformado un “bloque escisionista”, con el evidente propósito de apoderarse de la dirección partidaria y tratar inútilmente de suplantar al “Presidente Gonzalo”. Reconoció, autocríticamente, que había sido utilizada por “Feliciano”, quien la usó como un “mascarón de proa” para convalidar una serie de acuerdos y decisiones fraguadas y que ella había caído en ese error “cegada por el poder personal”, de lo que se encontraba sinceramente arrepentida.Ahora bien, estando a las informaciones brindadas por la “camarada Nancy”, de que las huestes de “Feliciano” venían operando en las apartadas zonas de selva baja, específicamente en Vizcatán y el codo del Ene, y que no se encontraban en capacidad de tener acceso a la señal de televisión; pero que, en cambio uno de sus hábitos consistía en escuchar todas las mañanas los noticiarios de las radios —y que para tal fin “Feliciano” tenía un personal adiestrado y dedicado a recabar información por esa vía— es que, como responsable de la conducción de la Operación, gestioné que la Dirección de Información Electrónica del SIN, estableciera cuáles eran las emisoras de radio que tenían capacidad para que sus ondas lleguen a ser escuchadas en esas zonas apartadas del país.Con esta última información se coordinó que se hiciera la difusión de la entrevista a Margie Clavo Peralta durante quince días consecutivos con una pauta de saturación planificada por la Dirección Nacional de Operaciones Sicológicas del SIN, para que cundiera el desconcierto dentro de los seguidores de “Feliciano” en esas áreas geográficas, entre los que estaban los “camaradas Alipio” y “José”, sus lugartenientes en el comando.Concluida con esta etapa de la operación con miras a lograr la ruptura orgánica de Sendero Luminoso y encontrándose sentenciado Jorge Eduardo Olivares del Carpio (a) “Roldán”, otro miembro del Comité Central de Emergencia que presidía “Feliciano”, decidí que debía efectuarse una aproximación con Guzmán e Iparraguirre (representantes de la posición orgánica) a fin de que efectúen un deslinde ideológico encaminado a demostrar que “Feliciano” había optado por el camino equivocado.Para esta fase de la operación decidí cambiar de método de trabajo a fin de que los senderistas no se percataran de los procedimientos de inteligencia utilizados en cada caso en particular. Por eso sólo les informé a Guzmán y la “camarada Miriam”, que Jorge Eduardo Olivares del Carpio sería trasladado al penal militar para que ellos hagan el trabajo de efectuar directamente el deslinde ideológico correspondiente. Igualmente les comuniqué que la “camarada Nancy” retomaría al penal de mujeres en Chorrillos, y luego de un mes sería trasladada al establecimiento penitenciario de Yanamayo, portando una pieza del par de gemelos a fin de continuar la tarea de alinear a los dirigentes y militantes senderistas fuera de prisión, con la decisión de la jefatura.Es así que luego de las coordinaciones del caso, y por disposición del Consejo Supremo de Justicia Militar, se obtuvo el traslado de Jorge Eduardo Olivares del Carpio (a) “Roldán” hacia la Prisión Militar de Alta Seguridad de la Base Naval del Callao, para que cumpla la condena a que había sido sentenciado oportunamente y con el objeto de que pueda entrevistarse con Abimael Guzmán Reinoso y Elena Iparraguirre, recluidos en dicho penal.Siguiendo el procedimiento anteriormente experimentado con Margie Clavo Peralta, se consiguió crear en Olivares del Carpio Peralta la impresión de que sus encuentros con Abimael Guzmán, a la hora del paseo diario de treinta minutos en el patio interior del penal, habían sido totalmente casuales. Así, en el primer encuentro, Olivares del Carpio aparentó no darse cuenta de la presencia de Guzmán, pero en los días posteriores ya no pudo mantener la misma actitud, pues de por medio estaba el enorme peso que implicaba cruzarse con quien hasta hacía poco tiempo había sido el cabecillamáximo de su organización partidaria. Del gesto respetuoso, pero disimulado, de saludo, gradualmente fueron iniciándose conversaciones discretas, en el entendido que estaba eludiendo la vigilancia permanente.A partir de estos primeros encuentros diarios, y supuestamente al margen de la vigilancia establecida, el intercambio de palabras fue haciéndose más frecuente, hasta que en determinado momento el mismo Olivares del Carpio solicitó que se le permitiese tener una reunión, la misma que por cierto contó con la “aceptación” de Abimael Guzmán Reinoso y Elena Albertina Iparraguirre Revoredo.Ante esta circunstancia, como responsable de la conducción de la operación, dispuse que se procediera a la realización de la entrevista solicitada, para lo cual se escogió el ambiente en el que anteriormente se habían realizado las conversaciones con Margie Clavo Peralta, aprovechando que se encontraba adecuadamente acondicionado con el equipo electrónico necesario, lo que permitía estar al tanto del cabal y exacto contenido de los temas que iban a tratar Abimael Guzmán y Elena Iparraguirre con Olivares del Carpio. La reunión se realizaría con la mayor amplitud y tranquilidad, sin que los tres cabecillas senderistas advirtieran que estaban siendo puntualmente observados, vigilados y escuchados.Para los objetivos previstos por el Plan de Operaciones “Deslinde 95", estas conversaciones orientadas a convencer a “Roldán” que había optado por el camino equivocado, eran de fundamental importancia. “Roldán”, además de pertenecer a la línea más fanatizada dentro de su organización partidaria, de tener una actitud de odio y revancha hacia el gobierno de Alan García Pérez porque años antes había experimentado la pérdida de un hermano, conocido con el alías de “Gringo”, en un enfrentamiento con las fuerzas del orden en el departamento de Puno, era el Coordinador Nacional de la facción disidente de “Feliciano”, circunstancia que le facilitaba la comunicación y el conocimiento de todos los comités y la militancia que aún continuaba en la lucha armada. Esto último explicaba bien el porqué era importante y de gran valor para el objetivo de la Pacificación, el que Olivares acatara las indicaciones de Guzmán Reinoso y decidiera apartarse de “Feliciano”.Conforme fueron desarrollándose las reuniones, gradualmente Olivares del Carpio fue cambiando de posición. Fue evolucionando desde una actitud de intransigencia hacía una actitud más comprensiva de los argumentos esgrimidos por Guzmán Reinoso quien, con sus razonamientos encuadrados dentro de categorías marxistas de análisis, le fue demostrando cómo es que con su “caída” habían variado por completo las condiciones y que, objetivamente, en la coyuntura, se carecía de la menor posibilidad de éxito. Esto era lo objetivo: lo que aguardaba a los liquidacionistas era la derrota si es que pretendían proseguir una lucha sin horizonte, sin conducción ideológico—organizativa y sin la dirigencia adecuada, pues “Feliciano”, al margen de carecer de las condiciones necesarias para reemplazar a la conducción de la Dirección Nacional, había optado por un camino ajeno a los principios del partido, limitándose a la violencia por la violencia misma y olvidando que ésta es un simple medio y no el objetivo de Sendero Luminoso.Guzmán Reinoso, igualmente estuvo en capacidad de demostrarle a “Roldán” cómo es que “Feliciano” con su actitud rebelde y pertinaz lo único que estaba consiguiendo era sabotear las posibilidades de arribar a un Acuerdo de Paz, y que la porción de la militancia que aún le seguía, fuese siendo gradualmente liquidada por las fuerzas del orden, en tanto se mantuvieran sin deponer las armas.Olivares del Carpio fue aceptando y haciendo suyos cada uno de los argumentos planteados por Guzmán e Iparraguirre, hasta llegar a un punto en el que reconoció haber sido engañado por “Feliciano”, quien les “vendió” a él y a otros la idea de que la aparición televisiva del “Presidente Gonzalo” sólo había podido ser posible con el uso de elementos químicos y de un “lavado de cerebro”; hecho que fue tajantemente desmentido por Guzmán, quien le expresó que su pronunciamiento público había sido resultante de un análisis largamente meditado que lo había llevado al convencimiento de que, producidos los hechos conocidos de su “caída”, ya no existían las condiciones requeridas para una continuación exitosa de la lucha armada y mucho menos por cierto para el logro del gran objetivo de la conquista del poder.A partir de estos razonamientos, Olivares del Carpio reconoció que no tenía respuesta coherente para demostrar lo contrario y sustentar sus anteriores posiciones de crítica y desacato, por lo que debía, hidalgamente, aceptar que había incurrido en una grave desviación y en un oportunismo vergonzoso al aceptar el cargo de Coordinador Nacional e integrarse a un Comité Central apócrifo, montado por Ramírez Durand “Feliciano” con el claro propósito de desconocer a la jefatura y de presentarse como el nuevo conductor de la organización.Llegados a este punto y culminado el deslinde ideológico, de acuerdo a prácticas partidarias anteriormente establecidas, Olivares del Carpio se declaró dispuesto a hacer su respectiva autocrítica, pues su posición anterior obedecía a sus caprichos personales, sin tener en consideración la línea política general y los principios fundamentales del partido.Finalmente, Olivares del Carpio expresó que además de renegar de su anterior línea errada, adhería ahora al llamado de la jefatura a favor de un Acuerdo de Paz y que, para que no quedase la menor duda respecto a la sinceridad de su nueva posición, se encontraba dispuesto a hacer una autocrítica pública con el objeto de que aquellos camaradas equivocados que aún siguen a “Feliciano”, retomen la línea correcta, posibilitando así que se avance en el logro del buscado Acuerdo de Paz y que se desenmascare el oportunismo del apócrifo Comité Central de Emergencia.A esta altura de las conversaciones, hice una evaluación de la situación y arribé a la conclusión de que Jorge Eduardo Olivares del Carpio (a) “Roldán” se encontraba ya en condiciones de salir a la luz pública, a través de un medio televisivo, para que hiciera su autocrítica, deslindando y condenando la conducta de “Feliciano” e invocando a sus camaradas equivocados a abandonar la línea oportunista y muestren su adhesión al Acuerdo de Paz propuesto por la Jefatura.De otro lado, considerando que como resultado de las conversaciones sostenidas Olivares del Carpio había aceptado Ique incurrió en una grave desviación de derecha y en “rastrerooportunismo” al desoír el llamado de Guzmán para que se depongan las armas a favor de un posible Acuerdo de Paz, ese error tenía que corregirse. Y la manera de corregir el error y respetar la auténtica Dirección Nacional Histórica designada por unanimidad en el Primer Congreso del Partido era que, aprovechando que como Coordinador Nacional estaba en capacidad de contactar con todas las bases senderistas, las visitara para difundir la correcta decisión de la Jefatura.Olivares del Carpio reconoció que al desacatar la invocación de la jefatura para adherir a un Acuerdo de Paz, había cometido una grave falta contra la disciplina partidaria; de todo lo cual estaba sinceramente arrepentido y expresaba su plena disposición para reincorporarse y trabajar a favor del citado Acuerdo de Paz, por lo que frente a esta posición nuevamente intervine para entrevistarme con los dos líderes terroristas y el converso “camarada Roldán” a fin de definir el curso de acción a seguir de allí en adelante.Para ello, contando con la anuencia de Guzmán Reinoso e Iparraguirre Revoredo, convencimos a Olivares del Carpio a fin de que, a través de un medio de difusión masivo, saliera ante la opinión pública haciendo una declaración autocrítica y formulando un llamado a la militancia senderista que aún persistía en desconocer lo solicitado por la jefatura, para que depongan las armas, se aparten de la errada línea que estaba desarrollando “Feliciano” y adhieran a la búsqueda de un Acuerdo de Paz, posibilitando así el fin de la violencia sediciosa en todo el país.Objetivamente, y sin duda alguna, este sería un logro de significativa trascendencia para la división o ruptura orgánica de Sendero Luminoso, como ya lo hemos anotado. Olivares del Carpio en su condición de Coordinador Nacional era quizá el único dirigente senderista de la facción de “Feliciano” que por las cualidades propias de su cargo había estado en capacidad de tomar contacto, conocer y ser conocido por todos los senderistas dispersos en el país y que aún continuaban siguiendo la línea desviacionista y violenta de “Feliciano”.En este entendido y aplicado el procedimiento establecido para las presentaciones públicas de aquellos dirigentes senderistas que aceptaran hacerlo, decidí que la de Olivares del Carpio (a) “Roldán” se hiciera en el Canal 4 de televisión, por corresponderle en el orden secuencial que previamente se había acordado, y que, paralelamente se elaborara un listado de preguntas a ser respondidas por éste, luego, por cierto, del adecuado ensayo previo para evitar errores, confusión o improvisaciones.En orden a lo señalado se tomó discreto contacto con un directivo del Canal 4 de televisión, el cual dispuso que un periodista del programa “La Revista Dominical” se encargara de la conducción de la entrevista. En cumplimiento de la orden emitida, dicho periodista concurrió a las instalaciones del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) y tomó contacto con mi persona a fin de hacer las coordinaciones necesarias y acordar los pasos conducentes al aseguramiento de una difusión exitosa.Fue en el Penal Militar de Alta Seguridad de la Base Naval del Callao y en mi presencia, así como del personal técnico del Servicio de Inteligencia Nacional, que se efectuaron los varios ensayos en los que Jorge Eduardo Olivares del Carpio (a) “Roldán” hacía una declaración dirigida al público externo, contestando el listado de preguntas que previamente se había elaborado, todo ello igualmente ante la presencia de Abimael Guzmán Reinoso y de Elena Iparraguirre Revoredo.Una vez que se tuvo la seguridad de que, gracias a los ensayos previos, la presentación pública de Olivares del Carpio iba a realizarse con toda normalidad y que, de acuerdo al contenido de las preguntas previamente formuladas, dicha presentación tendría una gran resonancia e impacto en la opinión pública y fundamentalmente en la militancia senderista, se procedió a tomar contacto nuevamente con el Canal 4 de televisión, haciéndoles saber que ya se estaba en condiciones de proceder a la grabación de las declaraciones de Jorge Eduardo Olivares del Carpio (a) “Roldán”.Como responsable de la operación recomendé que la presentación en televisión debía ser más dinámica y atractiva.Debe destacarse que en orden a que Jorge Eduardo Olivares del Carpio venía ejerciendo el cargo de Coordinador Nacional dentro de la dirección senderista, era casi seguro que su mensaje y llamamiento público para que los aún rebeldes senderistas se acojan al llamado Acuerdo de Paz y abandonen las huestes de “Feliciano”, habría de tener una muy amplia acogida, pues el mencionado Olivares por razón de su puesto mantenía relaciones personales y muy cercanas con las bases aún disidentes del senderismo, lo que no ocurría necesariamente con Margie Clavo Peralta cuya elevada jerarquía dentro de la organización terrorista no siempre le permitía “bajar a bases”, como ellos le llaman a la comunicación con su militancia.Olivares del Carpio fue sumamente enfático en la presentación de su autocrítica pública destacando que había sido “vilmente engañado” por “Feliciano”, quien le manifestó que el llamamiento para un Acuerdo de Paz efectuado por el “presidente Gonzalo” había sido arrancado a la fuerza y mediante el uso de la coacción psicológica y productos químicos por parte del Gobierno; cosa que estaba convencido que era más que una “burda patraña”, pues el mismo Abimael Guzmán y la “camarada Miriam” le habían explicado personalmente de la inutilidad de continuar una lucha armada que, en esas circunstancias carecía de sentido y horizonte.Olivares del Carpio fue muy convincente en el llamado que hizo a los senderistas que aún seguían en armas para que no continuaran siendo engañados y se quitaran del rostro el velo de “rastrero oportunismo” y el afán de destacar que absorbe a “Feliciano”, lo que lo estaba conduciendo a éste por una peligrosa pendiente a cuyo término sólo podrá hallarse la destrucción del partido que con tanta sangre, esfuerzo y sacrificio pudo construir el “presidente Gonzalo”. En este sentido, fueron muy duros los calificativos que empleó para acusar a “Feliciano” de todos los errores cometidos, imputándole directamente el estar buscando la destrucción de la organización al sabotear e impedir que pueda concretarse el llamado hecho por la jefatura del partido para arribar a un Acuerdo de Paz que ponga a fin a tantos años de lucha armada.En esta línea de pensamiento, Olivares del Carpio fue claro al señalar que la conformación de un “bloque escisionista” por “Feliciano”, era la más patente expresión de que había conformado una línea verdaderamente oportunista cuyo único objetivo era negar la validez del “pensamiento Gonzalo”, y conformar una dirigencia usurpadora, que sólo acate sus absurdas consignas de continuar la lucha armada, aún a sabiendas de que no podía desarrollarse por problemas de dirección.Después de la amplia difusión dada por la prensa a la presentación televisada de la autocrítica del “camarada Roldán” y estando a las graves imputaciones que hiciera contra Oscar Ramírez Durand, se decidió que la entrevista fuera reproducida por las emisoras de radio durante treinta días consecutivos para que el mensaje llegará a todo el territorio nacional y pudiera ser escuchado por los integrantes de la llamada facción “Sendero Rojo” que dirigía “Feliciano” en aquel entonces.Realizado el deslinde ideológico entre los seguidores de la línea definida por Abimael Guzmán Reinoso versus quienes adherían al bloque escisionista que lideraba Oscar Ramírez Durand, y a su vez logrado que dicho deslinde se efectúe igualmente de manera pública en el propio seno del grupo de “Feliciano”, habíamos cumplido con la misión asignada al Servicio de Inteligencia Nacional en la Operación Especial de Inteligencia “Deslinde 95". Por ende, habíamos alcanzado el segundo Objetivo de Inteligencia que me propusiera: lograr la división o escisión de la red terrorista Sendero Luminoso, produciendo la ruptura orgánica de la agrupación.A partir de ese entonces se intensifica de manera muy fuerte la pugna ideológica que ya se venía dando en el seno de dicha red terrorista –desde que abimael Guzmán Reinoso dirigiera las dos cartas al presidente Fujimori solicitando un Acuerdo de Paz en octubre de 1993–, pues se había hecho más visible la pelea pública entre estas dos facciones al haberse producido la ruptura orgánica de la agrupación.Por un lado, estaba el llamado bloque escisionista “Proseguir” que cobró notoriedad cuando su cabecilla Oscar Ramírez Durand (a) “Feliciano” se declaró en contra del Acuerdo de Paz y encabezó esta corriente formando desde la clandestinidad un Comité Central de Emergencia para continuar con la llamada guerra popular en el país. “Feliciano” estableció como su centro de operaciones la zona de Vizcatán y desde allí se enfrascó en una pugna interna con los seguidores de su otrora líder Abimael Guzmán Reinoso.De otra parte, se encontraban quienes bajo el liderazgo de Abimael Guzmán apoyaban la nueva Gran Decisión y Definición, que era bregar por un Acuerdo de Paz y encaminarse a la realización del II Congreso del PCP-SL, pues en su criterio al haber sufrido el partido el más duro golpe en su dirección y siendo la esencia de la guerra popular una cuestión de dirección política, la perspectiva de la misma ya no sería viable.La pugna entre estas dos líneas ha sido más intensa en todos los penales del país, y entre los líderes de Sendero Luminoso en libertad. A partir de esto, cada línea trató y trata aún, de consolidarse y ganar terreno y seguidores en esa pugna ideológica.En vista de que Olivares del Carpio había desempeñado el cargo de Coordinador Nacional dentro de la dirección senderista del bloque “Proseguir”, consideré pertinente tener una entrevista personal con él, para tratar de obtener información sobre la llamada facción “Sendero Rojo” que lideraba “Feliciano”.Con ese propósito coordiné con el Director de Inteligencia Naval a fin de que dispusiera el acondicionamiento de una sala de reunión –en sus propias instalaciones–, la cual debía contar con determinada ambientación que reúna las características de un clásico salón de visitas arequipeño, es decir, por ejemplo, que cuente con adornos de sillar blanco y cuadros del volcán Misti y la campiña de la Ciudad Blanca, y como música de fondo se pusiera melodías del famoso compositor mistiano Benigno Ballón Farfán. Para ello proporcioné un conjunto de fotos que facilitara armar un escenario de contacto ad hoc.Ese era, estimé, el ambiente ideal para entrevistarme con Olivares del Carpio, pues de acuerdo a los reportes de inteligencia que disponía, su padre es una persona apasionada de la música del citado compositor arequipeño, y por propia versión del progenitor de Olivares, tenía la costumbre de hacer escuchar a todos sus hijos desde muy pequeños la música de Ballón Farfán.De modo que para el encuentro se montó una escenografía adecuada que me permitiese romper con los parámetros mentales de Olivares, pues éste salía recién del rígido ambiente del penal militar de la Base Naval del Callao, la ergástula llamada Némesis por los marinos, para ir a un ambiente que le recuerde su infancia, a sus padres, hermanos. Con esta parafernalia esperaba que brotara en lo más íntimo de su ser la nostalgia por el terruño: Arequipa, la blanca y heroica ciudad.Cuando ingresé a la sala de reunión se sorprendió al verme hojeando un folleto con las pinturas de Teodoro Núñez Ureta, un gran pintor arequipeño, y me dijo:—¡Señor Montesinos, lo veo a usted en este momento y me da la sensación de estar en mi casa de Vallecito, en Arequipa!... y es como que si su persona hubiera venido a visitar a mi querido padre...De entrada me di cuenta que había sido todo un acierto preparar como escenario un ambiente que le sea familiar al entrevistado, pues ello posibilitaba romper con las barreras que mentalmente, como corazas, construye un detenido de esta naturaleza.—¡Tome usted asiento, Jorge Eduardo, y recordemos los bellos lugares de nuestra tierra arequipeña, su comida y tradición!—¡Gracias, señor Montesinos! ¡En verdad me siento como en casa! —dijo sin ocultar todavía su emoción, ante lo cual respondí:—Eso es precisamente lo que deseaba, señor Olivares, pues yo también extraño nuestra ciudad y sus costumbres, y qué mejor que estar reunidos entre paisanos, ¿no? —le respondí con una frase hecha, previamente estudiada y que tenía como marco un protocolo establecido para generar empatía con el objetivo a fin de que nos pueda brindar información.—Sí, señor Montesinos, qué gusto poder conversar con usted. —Jorge Eduardo, le tengo una sorpresa.—¿Cuál, doctor Montesinos?—Mandé a preparar en el restaurante “Rincón Arequipeño” un chupe de camarones traídos de Ocoña, y como entrada un delicioso adobo con pan común de tres puntas, ¿qué le parece?—¡No me diga, paisano! ¡Yo pensé que nunca más probaría los camarones de Ocoña con tocola y todo en un sabroso chupe! ¡Qué delicioso es eso! ¿Verdad, señor Montesinos?—Bien, Jorge Eduardo, comencemos por el adobo que nos recuerde a Cayma un día domingo de madrugada en que toda la muchachada se reunía para el desayuno formando cola, ¿recuerda?—¡Sí, doctor, claro que recuerdo!Mientras comíamos el adobo con el pan de tres puntas acompañado de una taza de té con canela y matizado con anís Muñoz Nájar, se oían los yaravíes arequipeños como música de fondo. En un momento observo que Olivares del Carpio baja la cabeza, y le digo:—¿Qué le pasa, Jorge Eduardo? —él levanta la caray con los ojos llorosos y la voz entrecortada me responde:—Disculpe usted, señor Montesinos... No sabe usted cuánto extraño a mi padre y a mi familia, en particular a mi hermano que murió en combate en Puno durante el gobierno de Alan García.—Comprendo, sé que es duro. Es fuerte. Lo entiendo, señor Olivares. Pero los hombres somos animales de costumbres y como tales nos adaptamos a cualquier situación. Piense usted que todo pasa. Creo que estas lágrimas deben servirle un poco para reflexionar y meditar.—Gracias, gracias doctor Montesinos. ¡Uno es hombre, pero hay momentos en la vida que uno se quiebra!—Lo sé en carne propia, Jorge Eduardo, y es más, sé como se siente uno cuando piensa que está atrapado y sin salida. ¡Pero...! —me quedé callado a fin de observar sus reflejos.—¿Pero qué, doctor Montesinos?—Vea, las cosas pueden mejorar para usted y su familia. Esodepende única y exclusivamente de su decisión. Pero antes probemos este sabroso chupe de camarones. Recuerde usted la famosa frase de Napoleón: los ejércitos andan sobre sus estómagos. O como solían decir nuestras abuelitas en Arequipa: barriga llena, corazón contento.—Ja, ja, ja, ja... —ríe y me dice a su vez:—¿Qué debo de hacer, señor? ¡Dígame!—Mire... yo necesito información de la gente del bloque “Proseguir” que actualmente lidera Oscar Ramírez Durand (a) “Feliciano”. Usted ha tenido contacto directo con ellos en su calidad de Coordinador Nacional. Ello ayudaría a que concluya la guerra interna en el Perú, como de manera correcta ha planteado el doctor Guzmán Reinoso.—Estoy de acuerdo. ¿Qué necesita usted, señor Montesinos? Pero, por favor, que no se entere el doctor Guzmán y menos la gente de Feliciano. Este paisano es hijo de un militar, pero le cuento que es un hombre muy desalmado, que no vacila mandar a matar sin ningún escrúpulo. Es una persona ambiciosa de poder. ¡Un doble cara! ¡Un hipócrita en quien no se puede jamás confiar! La traición es su característica.—Vaya, vaya, qué tal joyita es “Feliciano”. Aunque le parezca increíble a usted Jorge Eduardo, el doctor Guzmán y la señora Iparraguirre coinciden con la apreciación suya respecto de Oscar Ramírez.—Pero, señor Montesinos, ellos lo han tratado personalmente durante varios años...—Entonces, Jorge Eduardo, con mayor razón ellos saben de qué pie cojea “Feliciano”...—Ja, ja, ja, ja... claro, pero no por lo que es un cojo de verdad. Recuerdo que mi padre siempre nos decía: no hay cojo bueno. Según él, todos los cojos son malos. Ese dicho es perfectamente aplicable a Feliciano.—Bien. Necesito que usted, señor Olivares, nos apoye con toda la información que conozca para poder ubicarlo. ¿Estamos de acuerdo?—Estoy básicamente de acuerdo, pero debo saber las condiciones.—Me parece correcta su posición, señor Olivares. Para conocimiento suyo está vigente la Ley de Arrepentimiento que permite conceder a los peticionarios diversos beneficios, tales como la exención, reducción y remisión o atenuación de la pena en función del valor de la información proporcionada, y de acuerdo a un procedimiento establecido en dicha norma.—¿Podría leer dicha ley? —me pregunta ansiosamente.—Por supuesto, Jorge Eduardo, se la haré llegar más tarde para que usted la lea conjuntamente con su reglamento respectivo, pues ahí se establece detalladamente el procedimiento y los requisitos, a fin de acogerse a los diversos beneficios que usted puede obtener.—Muchas gracias, señor Montesinos. ¿Y ante quién debo solicitar mi pedido?—La persona que le proporcionará la ley y su reglamento, será la encargada de orientarlo y asesorarlo en su pedido. Daré instrucciones para que sea el agente de enlace entre nosotros, de modo que cualquier requerimiento suyo deberá ser canalizado a través de este elemento. ¿Okey?—¡Gracias! Pero, señor Montesinos, cuando retorne al penal, ¿cómo me contactaré con ese señor?—El agente de enlace entre nosotros será la misma persona que lo contactará oportunamente en el establecimiento penitenciario como una visita común y corriente. En casos de emergencia tiene la facultad de poder verlo en visita extraordinaria a cualquier hora y en el día que sea necesario el contacto.—¡Muy bien! Pero tengo algunas necesidades básicas, tales como los útiles de aseo, ropa, medicinas y algo de dinero para mis gastos que son mínimos.—No se preocupe de eso, señor Olivares. Esa persona será como un familiar suyo al cual usted le formulará sus pedidos y él tendrá la obligación de atenderlos. Ese es mi compromiso. Es más, dejaré instrucciones para que le faciliten la comunicación telefónica con su familia en Arequipa.—Gracias, señor Montesinos.—Le recomiendo sea prudente en su conversación telefónica para evitar cualquier inconveniente. Escuche las voces de sus seres queridos y transmítales tranquilidad, que la necesitan. Hágame caso, Jorge Eduardo. Yo sé por qué le doy esa recomendación. ¿Okey?Apreciando que mi interlocutor a estas alturas de la conversación estaba en la predisposición anímica de colaborar y a fin de ponerlo en un estado de mayor aceptación, opté por darle un incentivo motivador adicional antes de formularle determinadas preguntas sobre “Feliciano” y el bloque escisionista “Proseguir”:—Señor Olivares, tenga mi teléfono celular y llame usted directamente a Arequipa para saludar a su familia.—¿De verdad, señor Montesinos?—¡Tome, y haga la llamada a la Ciudad Blanca!—Bien, bien —contesta Olivares con voz nerviosa, como si no lo creyera.Extiende la mano y recibe mi pequeño aparato celular y anteponiendo el código de Arequipa desesperadamente efectúa la llamada demostrando estar nervioso y angustiado, pues mientras timbraba el teléfono se puso a caminar de un lado a otro en el ambiente donde nos encontrábamos los dos solos. En tanto, como música de fondo se escuchaba las letras de una conocida melodía: “blanca ciudad, hermoso cielo azul...”. Era algo como para romper el corazón a cualquier persona, al punto que sin querer me dejé jalar por la nostalgia del recuerdo de Arequipa.—¡Aló, aló! ¿Quién habla? —pregunta un ansiosísimo Olivares. De repente exclama:—¡Hermanita querida, soy yo, Jorge Eduardo! ¡Me han prestado un teléfono para poder llamar!Un silencio invadía la habitación mientras Olivares escuchaba las palabras de su interlocutora al son de otro yaraví arequipeño que el técnico de sonido hábilmente había puesto conociendo el desarrollo de la situación, pues desde un monitor seguía todos nuestros movimientos y detalles de la reunión.—¡Sí hermanita, estoy bien de salud! ¡No te preocupes! ¡Lástima que estás sola y no pueda hablar con todos ustedes! ¡Diles que los extraño, los quiero! ¡Apenas pueda los volveré a llamar! ¡Por favor, no llores, te lo ruego! Quiero escucharte alegre y despedirme con una sonrisa tuya. Así, ya ves, tú eres valiente. ¡Los quiero a todos! ¡Hasta pronto! —Y así, un Olivares sonriente pudo establecer recién por primera vez una comunicación telefónica con su familia desde que fue detenido. El incentivo había funcionado.—¡Gracias, doctor Montesinos! Es usted un buen paisano que sabe comprender los momentos difíciles por los que pasamos los seres humanos en algún momento de nuestras vidas.—Vea, Jorge Eduardo, los arequipeños tenemos una característica común por ancestro: somos solidarios con nuestros paisanos, aun cuando estemos en posiciones antagónicas como en este caso.—Sí, señor Montesinos, estoy de acuerdo con usted, pero hay una excepción.—¿Cuál, Jorge Eduardo? —le pregunto como si estuviera muy interesado en conocer su respuesta.—¡Feliciano, doctor! ¡Ese señor no es solidario con nadie!—Tiene usted toda la razón, Jorge Eduardo, pues al parecer es un paisano desclasado. A propósito, ¿cuando personal de la DINCOTE procede a la detención del señor Abimael Guzmán Reinoso y la señora Elena Iparraguirre Revoredo, dónde estaba usted?—Mire, doctor Montesinos, cuando el presidente Gonzalo y la camarada Miriam caen detenidos el 12 de septiembre de 1992, yo estaba en Huancayo en una reunión de compañeros del partido en el colegio Santa Isabel. De repente ingresa un compañero y nos dice a bocajarro: “Camaradas, tengo una mala noticia que acabo de escuchar por Radio Programas del Perú, que la reacción ha detenido a nuestro Presidente y varios camaradas”.—¿Qué hicieron ustedes en ese instante ante semejante noticia? —pregunté como demostrando curiosidad, para poder conocer las reacciones de las dirigencias de redes terroristas en situaciones de crisis y de gran presión. Olivares me contestó:—Buscamos una radio portátil para escuchar las noticias, y todos los compañeros, por medidas de seguridad, nos replegamos a las casas francas que disponía el partido en el área ante cualquier contingencia. Y, además, cortamos todo tipo de contacto hasta tener mayor información.—Señor Olivares, dígame, ¿qué personas son las que forman parte del entorno más cercano del “camarada Feliciano” actualmente?—Okey. El Comité Central de Emergencia que formó Feliciano para continuar con la lucha armada estaba integrado por Oscar Ramírez Durand, Margie Evelyn Clavo Peralta, María Rodríguez Neyra de la Mata, Pedro Quinteros Ayllón, Rodolfo Cárdenas Ruiz, Maruja Arango Chávez y quien le habla como Coordinador Nacional.Esta versión terminó por confirmar la información que manejábamos en el Sistema de Inteligencia Nacional sobre la formación del Comité Central de Emergencia por “Feliciano” después que se hiciera de público conocimiento las cartas que dirigiera Abimael Guzmán al presidente Fujimori. Asimismo, corroboró el conocimiento que teníamos sobre las identidades de las personas que lo conformaban. Por tanto, Olivares del Carpio estaba brindando una información veraz sobre la facción “Sendero Rojo” que dirigía Oscar Ramírez Durand. Ante ello opté por profundizar un poco la conversación a fin de ver qué otra información podría brindarme bajo las reglas de un contrainterrogatorio.—Jorge Eduardo, y en la zona donde normalmente se desplaza “Feliciano” para realizar sus operaciones, ¿qué personas lo secundan o apoyan?—Correcto. La línea militar la maneja exclusivamente con el camarada Alipio...—Disculpe que lo interrumpa Jorge Eduardo, pues necesito los nombres y apellidos para saber de qué personas hablamos, ¿okey?—De acuerdo, continuaré con mi relato. El nombre del camarada Alipio es Leonardo Huamán Zúñiga, un nativo de Iquicha (Huanta) que fue reclutado desde muy joven por Oscar Ramírez Durand,y a quien ha entrenado en tácticas de combate. Es un individuo extremadamente violento al igual que su patrocinador y mentor. El hecho de permanecer al lado de Feliciano le ha permitido conocer la zona de Vizcatán en profundidad. Feliciano lo tiene como su lugarteniente y lo emplea para sus operaciones, pues es un buen cuadro militar.—¿Usted conoce, señor Olivares, qué grado de instrucción tiene Leonardo Huamán Zúñiga (a) “Alipio” y su actual estado civil?—De lo que sé, sólo tiene instrucción primaria. No es una persona muy instruida, lo cual no quiere decir que por esa limitación sea un mal combatiente.—Eso lo entiendo perfectamente, señor Olivares. Por favor, siga...—Es una persona soltera, pero tiene una conviviente. —¿Cómo se llama?—Eso no sé, señor Montesinos, pues es un ámbito muy personal, que así no más no se puede conocer. Le dicen la camarada Zenia. Es lo que pude escuchar.—Muy bien. ¿En la parte política, qué personas secundan a “Feliciano”?—El camarada José...—Deme nombres, señor Olivares, luego me dice sus apelativos de combate.—Eso haré, señor Montesinos. El nombre de José es Víctor Quispe Palomino.—¿Quién es esa persona? Descríbala, por favor, señor Olivares.—Es un ayacuchano de más o menos unos 35 años actualmente. Según pude enterarme, su familia que es muy numerosa radicaba en Umaro, en el distrito de Vizchongo, provincia de Vilscashuamán, que queda al sur del departamento de Ayacucho.—¿Qué rol juega la persona de Víctor Quispe Palomino, a quien usted lo identifica como el “camarada José”?—En buena cuenta viene a ser el segundo al mando después de Oscar Ramírez Durand.—¿Qué grado de instrucción tiene el “camarada José”? ¡Si sabe, dígamelo, señor Olivares!—¡Por supuesto, señor Montesinos! Él ha realizado estudios en el programa de ciencias sociales en la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga en Ayacucho.—¿Qué especialidad? ¿Sabe?—No sé si es Sociología o Antropología Social, pero eso fue en la época que el presidente Gonzalo era profesor en dicha universidad.—¿Qué conoce de su familia, señor Olivares?—El papá de Víctor Quispe Palomino, llamado Martín Quispe Mendoza, es un profesor de enseñanza primaria en Ayacucho. Es un antiguo militante del partido que aprovechó su calidad de maestro para introducir la ideología senderista en la zona de Umaro, donde vivía con su numerosa familia.—¿Sabe cuántos hermanos tiene Víctor Quispe Palomino?—Sí, señor Montesinos. En total son cinco hermanos. —Deme los nombres, Jorge Eduardo.—Sí, señor. Jorge Quispe Palomino, conocido como el camarada Raúl; Martín Quispe Palomino, llamado camarada Gabriel; la camarada Rina y otra hermana que al parecer no tiene militancia partidaria, cuyos nombres no recuerdo.—¿Víctor Quispe Palomino es soltero o casado? Independientemente de su estado civil, ¿quién es su pareja?—Bien, señor Montesinos: Haydée Zúñiga Córdova es su pareja actual.—¿Qué sabe usted, Jorge Eduardo, de esta mujer?—Ella es hermana de Javier Zúñiga Córdova, conocido como camarada Dalton, quien labora directamente bajo las órdenes de su cuñado Víctor Quispe Palomino.—Señor Olivares, ¿existe alguna vinculación o hecho resaltante que vincule a Víctor Quispe Palomino (a) “José” con alguno de los integrantes del Comité Central de Emergencia, excluyendo a usted y a Ramírez Durand?—¡Correcto! La relación que más conozco es con Margie Evelyn Clavo Peralta.—¿Cómo es eso, Jorge Eduardo?—Por versión de la propia camarada Clavo Peralta, tengo la información que en el año de 1985, en circunstancias que ella estaba acompañada de Víctor Quispe Palomino para hacer contacto en una calle del distrito de La Victoria en Lima, con Tito Valle Travesaño y Sybila Arredondo, la viuda de Arguedas, fueron intervenidos por personal policial de la DINCOTE, siendo detenidos y fichados. Pero lo curioso es que después el Poder Judicial ordenó la libertad de Quispe Palomino. De modo que tiene un antecedente policial y consecuentemente manifestaciones policiales de las que debería usted tomar conocimiento.—¡Gracias, Jorge Eduardo! Solicitaré una copia de ese atestado policial para tener mayores detalles. Otra inquietud...—Sí, señor Montesinos...—¿Usted conoce o ha tomado conocimiento si entre Margie Clavo Peralta y Oscar Ramírez Durand existió alguna relación sentimental?—¡Claro! En el partido se sabía que fueron pareja sentimental desde cuando ambos eran alumnos en la Universidad Nacional de Ingeniería. ¡Han sido incluso compañeros de carpeta! A mí, quien me llama y convence para integrar el Comité Central de Emergencia, es Margie Clavo Peralta.—En orden de importancia, en su criterio Jorge Eduardo, ¿cuál es la prelación jerárquica en la facción “Proseguir” que lidera “Feliciano”?—En mi concepto, señor Montesinos, el orden sería así: como jefe del bloque escisionista Proseguir está Oscar Ramírez Durand; en segundo lugar, Víctor Quispe Palomino. Y recién en tercer lugar, Leonardo Huamán Zúñiga.—Entonces, hablando en lenguaje senderista, primero es el “camarada Feliciano”; segundo, el “camarada José”, y tercero, el “camarada Alipio”. ¿Es correcto?—Es correcto, señor Montesinos.—Finalmente, dígame, ¿cuál es el área geográfica donde se mueve y viene operando “Feliciano”? ¿Cómo es la forma de comunicación que tiene “Feliciano” para establecer contacto con los integrantes del bloque Proseguir?—Esta facción opera en los valles de los ríos Apurímac y Ene.—Le insisto, Jorge Eduardo, ¿cómo se comunica “Feliciano” con los elementos de la facción “Sendero Rojo”?—Ah... ya. Lo hace a través de equipos de radio marca Yaesu que dispone cada estamento en su área de operaciones.—Le pregunto, ¿el propio “Feliciano” se comunica personalmente por radio?—¡Nono, señor Montesinos! Él sabe que pueden intervenir las comunicaciones radiales y por eso delega en Alipio u otros elementos esa tarea, pero está muchas veces al costado del operador escuchando las transmisiones.—¿Pero alguna vez interviene personalmente en las comunicaciones radiales?—Sí, señor, en algunas ocasiones lo hace por emergencia. Él cuida que no conozcan su voz las fuerzas del orden.—¿Existe un código para la comunicación?—Sí, doctor Montesinos, pero como es algo técnico no lo recuerdo.—Pero algún detalle debe conocer usted, señor Olivares.—Vea, de lo que me acuerdo la señal de identificación son silbidos cortos que utilizan para el reconocimiento.—¿Cómo es eso, señor Olivares?—Al encender la radio se empieza a mover la frecuencia entre hora y hora por un espacio de cinco minutos en que se puede escuchar unos silbidos en la radio. Al captar esa señal, usted tiene que contestar con otro silbido corto. Después escucha una palabra de un nombre cualquiera. Ejemplo: Martha; eso significa que ambos pasan a otra frecuencia preestablecida con ese nombre. Recién a partir de allí se inicia la comunicación.—Precise, ¿por qué no habla “Feliciano”?—Por temor a ser interceptado o escuchado por alguna patrulla cercana.—Entonces ahora escucharemos varias cintas de audio que contienen comunicaciones radiales para que usted me indique si en alguna de ellas aparece, o mejor dicho, se escucha la voz de “Feliciano”.—Muy bien, señor Montesinos.Nos tardamos como tres horas escuchando extractos de múltiples comunicaciones radiales que teníamos en el banco de voces del Servicio de Inteligencia Nacional, sin resultado positivo, hasta que en una de esas, Olivares del Carpio me dice:—¡Señor Montesinos...! —¿Qué pasa, Jorge Eduardo?—¡Bingo señor, está es la voz de Feliciano! ¡Qué repitan la voz de audio en la última conversación!—¡A ver técnico!Me dirijo al especialista y perito en identificar voces radiales y le indico:—¡Repita usted de nuevo lo último que hemos escuchado!—¡Muy bien, doctor Montesinos! —me contesta el técnico de sonido.En eso se escucha extractos de un diálogo radial que decía: —¡Me copia, me copia!—¡Afirma! —contestan.—¡Qué novelas!—¡Todo bien!—¿Cuál es tu cota?—¡Estoy por Eco 2, para luego hacer pacay! (empalme)—¡Te espero cabreando, chaqui, chaqui!—Que module el Abuelo (se refería a Alcides) por Tito (otra frecuencia de radio).—¡Comprendido, QAP uno! —(espera un minuto) Luego se escucha silbidos cortos de Alcides.—¡Dale, dale...!—¡Dígame profe la hora para hacer pacay! —¡A las tres en Eco 11!—A las tres por Gato (otra frecuencia).Dicho esto se termina la grabación y me dirijo a Olivares para preguntarle:—Señor Olivares...—Sí, señor Montesinos... —me responde inmediatamente con una mueca en el rostro que denotaba alegría.—¿Está usted seguro que una de las voces corresponde a “Feliciano”?—¡Sí, señor Montesinos! ¡Estoy completamente seguro! ¡Es la voz de Oscar Ramírez Durand!—¡Gracias! Por mi parte he terminado. ¿Usted tiene alguna pregunta final?—¡No señor, gracias por todo!A partir de ese momento el personal que desde nuestras instalaciones en el SIN operaba las radios y monitoreaba las comunicaciones radiales del VRAE, tenía registrada una supuesta voz de “Feliciano”. Ahora cuando la escucharan durante el proceso de monitoreo podían dar parte al oficial de control de voces a fin de poder fijar la ubicación en una carta de situación y realizar una operación con radiogonometría destinada a su captura.La nueva misión del Servicio de Inteligencia Nacional era consolidar la ruptura orgánica de Sendero Luminoso y lograr la ubicación y captura de Oscar Ramírez Durand, para iniciar así la desarticulación del bloque “Proseguir” que venía operando en el valle de los ríos Apurímac y Ene.Respecto a los elementos pertenecientes a las redes terroristas de Sendero Luminoso y el MRTA que se habían arrepentido de sus actividades y renunciado a la militancia en estas organizaciones, el artículo 5 de la Ley de Arrepentimiento (Decreto Ley N° 25499) concordante con el numeral 43 de su Reglamento (D.S. N° 015-93— JUS) establecía que las autoridades del Ministerio Público, órgano jurisdiccional, y la Policía Nacional del Perú, según sea el caso, bajo responsabilidad, debían poner en conocimiento de la autoridad pertinente del Sistema de Inteligencia Nacional (SINA) toda la información sobre los casos de personas que hubieren participado o que se encontraren incursos en la comisión de los delitos previstos en el Decreto Ley N° 25475, el mismo que establecía la penalidad para los delitos de terrorismo.Considerando que el Servicio de Inteligencia Nacional era el ente central y rector del SINA, y estando a que el jefe del SIN a su vez era la máxima autoridad del SINA, encargado de dirigirlo y representarlo, por mandato de la Ley de Arrepentimiento éste fue la autoridad pertinente que recibía toda la información y documentación concerniente a los elementos de las dos redes terroristas que habían sido merecedores —luego de un procedimiento especial— de los beneficios de exención, reducción y remisión de pena.Ante dicha problemática y para el adecuado cumplimiento de esa nueva misión y de las funciones asignadas, el Servicio de Inteligencia Nacional contaba con una estructura organizacional interna basada en los principios doctrinarios de flexibilidad y funcionalidad, lo que permitía readecuarse eficaz y oportunamente en relación a sus objetivos previstos en la ley para hacer frente a los diversos factores de perturbación de la seguridad nacional.Por ello, la Ley del SINA facultaba al jefe del SIN para que, mediante Resolución Jefatural, apruebe y/o modifique suestructura organizacional, los cuadros para Asignación de Personal, Presupuesto Analítico y demás acciones que sean necesarias en concordancia con la organización establecida en dicha Ley y su correspondiente Reglamento.Estando a dichas facultades, el jefe del SIN mediante Resolución Jefatural dispuso la creación de la Dirección Nacional de Pacificación (DINPA) dentro de la estructura del Servicio de Inteligencia Nacional, como un Órgano de Línea teniendo como funciones generales las siguientes:—Primero, planear, organizar, dirigir y ejecutar la producción y explotación sistemática de Inteligencia proveniente de todas las informaciones y documentación referidas a personas acogidas a los beneficios de exención, reducción y remisión de la pena a que se refiere la Ley de Arrepentimiento.—Segundo, planear, organizar y dirigir la verificación de las actividades que realizan las personas acogidas a la Ley de Arrepentimiento para detectar cualquier infracción a los compromisos asumidos por los beneficiarios.—Tercero, centralizar la información relacionada con la problemática de los desplazados como consecuencia del accionar de las organizaciones terroristas.—Cuarto, planear, organizar, dirigir y ejecutar las acciones de coordinación con los organismos públicos y privados, para la obtención de informaciones relacionadas con la problemática de los desplazados por la violencia terrorista y la de los acogidos a beneficios de la Ley de Arrepentimiento.—Quinto, informar a las autoridades competentes las infracciones a la Ley de Arrepentimiento en que incurriesen los beneficiarios.Hemos visto que durante la vigencia de la Ley de Arrepentimiento han sido 8 226 las personas que solicitaron acogerse a los beneficios de dicha norma, por lo que las tareas que tuvo que desplegar el Servicio de Inteligencia Nacional para estar en condiciones de poder verificar las actividades desarrolladas por cada una de estas personas, implicó un gran esfuerzo, pues se tuvo que conformar una infraestructura a nivel nacional que nos permitió agrupar descentralizadamente por áreas geográficas a los beneficiarios de acuerdo al lugar de su residencia, y luego desplazar a un número considerable de agentes de campo a dichas áreas a fin de constatar in situ el tipo de actividad de cada beneficiario en particular.En base a una “lista de verificación” diseñada para el efecto, los agentes de campo debían llenar por cada persona natural los datos consignados en dichas listas y remitir sus reportes a las subsedes locales de donde dependían para que éstas ingresen la información a su Base de Datos, y luego a su vez los transmitan por la red de comunicación segura a la Base de Datos de la sede central de la DINPA en el SIN para su correspondiente procesamiento integral que contenían las fichas de cada una de las 8 226 personas de manera conjunta.Lo propio se hizo con todas las personas desplazadas —de su respectivos ámbitos geográficos y hábitat natural— por acción de la violencia que desataron las redes terroristas contra diversas comunidades campesinas asentadas en las serranías del país, las cuales se vieron obligadas al abandono de sus tierras y ganado, emigrando a ciudades de la costa en salvaguarda de su integridad personal y familiar.El fenómeno de los desplazados por la violencia terrorista produjo un inusual movimiento migratorio del campo a la ciudad —lo que paradójicamente era similar a la estrategia de Sendero Luminoso de ir del campo a la ciudad en el desarrollo de la guerra popular prolongada— con la consiguiente secuela de generar problemas internos en las ciudades que no disponían de una infraestructura mínima que soporte un flujo migratorio masivo que terminó por hacer colapsar los servicios de agua, desagüe, salud, vivienda y problemas en la alimentación.Aquí el Servicio de Inteligencia Nacional tuvo que jugar un rol preventivo por intermedio de la Dirección Nacional de Pacificación (DINPA) alertando a las autoridades competentes —en tiempo real—de esta problemática que estaba generando conflictos sociales endiversas zonas marginadas y pauperizadas de la capital y principales ciudades del país.No obstante que casi para fines de 1995 había logrado mis dos Objetivos de Inteligencia que son: la capitulación de los máximos dirigentes de la red terrorista, Abimael Guzmán Reinoso y Elena Albertina Iparraguirre Revoredo; y la división o escisión de esta red produciendo la ruptura orgánica de la agrupación; se debía continuar profundizando las acciones de inteligencia en el país para desarticular al bloque escisionista que conformaba la facción “Sendero Rojo”, la cual tenía como sus principales cuadros a Oscar Ramírez Durand (a) “Feliciano”, a Víctor Quispe Palomino (a) “José” y a Leonardo Huamán Zúñiga (a) “Alipio”.Ello presuponía dos tareas:--Primero, que la Dirección Nacional de Operaciones del SIN debía continuar con el desarrollo de sus actividades de inteligencia en los diversos establecimientos penitenciarios para tener permanentemente actualizado el cuadro de situación sobre el modus operandi de los integrantes del grupo “Sendero de adentro” y la red de contactos con que operaban para transmitir mensajes al exterior a los dirigentes en libertad y a su militancia utilizando a los familiares como faja de transmisión.–Segundo, que el SINA tenía que reorientar sus labores de obtención de informaciones a través de fuentes humanas y medios de recolección técnicos, coordinando el esfuerzo de búsqueda bajo las directivas impartidas por el SIN como ente central y rector de las actividades de la Comunidad de Inteligencia peruana, para conocer en profundidad las operaciones de “Sendero de afuera” y lograr prioritariamente la ubicación y captura del cabecilla del bloque escisionista “Proseguir”, Oscar Ramírez Durand (a) “Feliciano”, a fin de ponerlo a disposición de las autoridades judiciales competentes para su respectivo juzgamiento por los gravísimos actos de terrorismo cometidos en agravio del Estado y la sociedad.En base a estas dos vigas maestras durante el año de 1996 el SIN continuó con la ejecución de su plan anual de inteligencia parael adecuado y cabal cumplimiento de las funciones asignadas de producir, integrar, coordinar y realizar, en los niveles: nacional, dominio o campo de actividad y operativo, las actividades de inteligencia y contrainteligencia requeridas por la Seguridad y la Defensa Nacional. En virtud de ello monitoreaba todas las actividades del SINA en materia de lucha contra el terrorismo y narcotráfico como factores de perturbación de la Seguridad Nacional.Esto de ningún modo significó interrumpir las conversaciones que se venía desarrollando con Abimael Guzmán Reinoso y Elena Albertina Iparraguirre Revoredo desde fines de septiembre de 1992, pues si bien se habían logrado los dos objetivos de inteligencia –la capitulación y la ruptura orgánica de la red terrorista Sendero Luminoso– la guerra interna continuaba en el país y por tanto, para hacerle frente, había que seguir desarrollando las labores de inteligencia desde la perspectiva de la Guerra Asimétrica como variable principal de la Guerra de Cuarta Generación.Por ello, durante una nueva entrevista con Abimael Guzmán le pregunté –para tener mayores elementos– sobre la conducta adoptada por “Feliciano” de desconocer a la jefatura de su partido y formar un bloque escisionista.–Doctor Guzmán, ¿usted considera que el “camarada Feliciano” se aprovecha de la detención suya y de la señora Elena Iparraguirre para llegar al extremo de desconocer su liderazgo y autoridad?–¡Por supuesto, doctor Montesinos! La línea revisionista y el bloque escisionista ya quebrado –por la autocrítica pública de los camaradas Margie Clavo Peralta y Jorge Eduardo Olivares del Carpio– tiene como cabeza negra al camarada Feliciano, el cual aprovechando de nuestra detención se atrevió a asaltar el Comité Central usurpando la dirección proletaria marxismo-leninismo- maoísmo- pensamiento Gonzalo, para desenvolver y reeditar los viejos y siniestros cuatro cambios revisionistas que están llevando a la derrota la guerra popular y a la destrucción del partido.–¿Cuáles son esos cuatro cambios revisionistas, doctor Guzmán? ¡Explíqueme!–Con mucho gusto se los diré. Primero, cambiando la dirección roja por su dirección negra; segundo, cambiando la línea proletaria marxista– leninista– maoísta -pensamiento Gonzalo por su línea burguesa; tercero, cambiando el Partido Comunista por su partido revisionista; cuatro, cambiando la guerra popular por su guerra militarista burguesa enarbolando las negras banderas del movimiento fantástico de la cabeza, y el fusil manda al Partido.–¿Qué ha conseguido “Feliciano” con estos cuatro cambios revisionistas?–Vea, doctor Montesinos. Ha roto los principios proletarios de la lucha de clases, que el Partido manda al fusil y el poder es para el Partido y el pueblo, levantando el Partido contra mi persona–como su presidente– y la camarada Miriam, oponiéndose desenfrenadamente a la Nueva Gran Estrategia Política, socavando y saboteando cada paso y toda iniciativa dados por nuestra jefatura.–¿Esto quiere decir, ha abandonado la línea ideológica?–Claro, doctor Montesinos. Esta línea revisionista que oportunamente se ha desenmascarado y el bloque escisionista ya quebrado, han pasado a abandonar y renegar de manera abierta la ideología del proletariado, el marxismo-leninismo-maoísmo - pensamiento Gonzalo, llegando al extremo inaudito de sostener en su afirmación monstruosa que el presidente Gonzalo dirige a través del Partido y, así, autodenominarse maliciosamente portadores de mi pensamiento, atacando siniestramente de capitulación y violación de principios a la Nueva Gran Decisión y Definición de luchar por un Acuerdo de Paz y sentar las Bases para el Segundo Congreso.–¿Esto significa, doctor Guzmán, un cambio en la forma de hacer la guerra?–¡Indudablemente! Al pretender encubrirse con el velo de patraña para proseguir la guerra, han convertido la guerra popular en guerra militarista burguesa antimaoísta y antipensamiento Gonzalo,actuando con defensa pasiva al abandonar las bases de apoyo para emboscarse en los árboles enarbolando zonas inexpugnables, negando la gran condensación de la guerra popular hecha por el presidente Mao: “ellos combaten a su manera y nosotros a la nuestra”.–Si usted podría hacerle un emplazamiento al “camarada Feliciano”, ¿qué le diría?–¡Emplazamos públicamente al camarada Feliciano, cabeza negra del bloque escisionista y la línea revisionista ya quebrada a que, si algo le queda de trilogía comunista se autocritique, agache la cabeza ante la jefatura de su Partido, al Partido y la Revolución y que asuma nuestra responsabilidad de entrega como dirección y comité permanente histórico!–Doctor Guzmán, ¿podría usted explicar cuál es la trilogía comunista?–¡ Sí, señor! La trilogía comunista es: posición de clase, espíritu de Partido y desinterés absoluto; lo que precisamente adolece el camarada Feliciano.–Doctor Guzmán, hablando de las relaciones entre guerra y política, ¿qué es guerra para usted?–Guerra es política con derramamiento de sangre y es cruenta. En tanto la política es guerra sin derramamiento de sangre y es incruenta. En ese sentido la lucha de clases es una constante guerra de clases dirigida por la política y tiene las dos formas que acabo de mencionar.–¿Puede usted ampliar estos últimos conceptos?–¡Naturalmente, señor Montesinos! Las dos son formas de lo que llamamos la gran guerra política que en esencia es la lucha de clases y esta última constituye el desarrollo de la contradicción entre lo que se llama revolución y contrarrevolución. Aquí la sustancia es luchar, provocar disturbios, lucha que se manifiesta en el proceso de contradicción.–¿Podría usted, doctor Guzmán, ser más explícito en cuanto a su explicación sobre estas leyes?–Bien. Las leyes son una lucha de clases que configuran una contradicción cuyos extremos son, de una parte, provocar disturbios, lo que encierra la ruina; y de otra, lucha que encierra victoria. En ambos extremos hay fracaso de por medio y así mientras lo viejo lleva a la ruina, lo nuevo nos lleva inexorablemente a la victoria. Por eso no hay que temer al fracaso, pues el quid es siempre luchar.–En esta línea de pensamiento que usted esboza, doctor Guzmán, ¿cuáles serían las cuestiones indispensables para que pueda triunfar la guerra popular desarrollada por su partido?–Correcto. La dirección proletaria, base de masas, centralización estratégica, ejército de nuevo tipo, guerra popular prolongada, condiciones internacionales favorables.–Si analizamos cada una de estas cuestiones, dígame doctor Guzmán, ¿cuál es la principal para usted?–Naturalmente, doctor Montesinos, la principal es la dirección política, pues ella mantiene durante la guerra una línea política justa y correcta, la misma que debe tener la gran capacidad de poder desarrollar la guerra con dirección de clase y rumbo adecuado.–¿En el caso de vuestro partido, qué sucede ahora?–Sencillamente no existe las condiciones internacionales favorables, que si bien no son una cuestión principal, pero es necesaria. Además tenemos problemas de dirección proletaria y de centralización estratégica. En este último caso Feliciano y los camaradas en libertad no están analizando los nuevos problemas, el rumbo. La base de masas no es debidamente abordada y dirigida, como debería corresponder en las nuevas condiciones en que nos encontramos en la actualidad.–Doctor Guzmán, le rogaría que haciendo un gran esfuerzo de síntesis me diga ¿qué ha logrado el Partido Comunista del Perú -Sendero Luminoso al desarrollar la guerra popular contra el Estado peruano?–Gracias por esa pregunta. Como una cuestión previa le diré que nosotros hemos trabajado durante un largo tiempo antes de poder iniciar ILA-80 y luego desarrollar exitosamente la guerra popular en el Perú. En ese orden de ideas se ha golpeado el viejo y caducoEstado peruano en lo que nosotros llamamos las tres montañas.–Disculpe la interrupción, doctor Guzmán, antes de continuar, ¿me podría aclarar cuáles son las tres montañas?–Bien. La semifeudalidad, el destronamiento del sistema imperante, el combate al capitalismo burocrático. Con ello la guerra popular ha generado en el país a partir del gobierno del señor Fujimori, un Ejército Peruano de nuevo tipo. Y hablando en términos macros se ha logrado la formación de un nuevo Estado que la clase actual puede dirigir ahora y no como antes que no lo podía.–Doctor Guzmán, haciendo una digresión del tema que nos ocupa, ¿cómo lo trataron cuando estuvo usted detenido en la DINCOTE?–¡Vea, en términos generales el trato fue correcto y alturado de parte de todo el personal policial a cargo de las investigaciones!–¿Cómo lo trataron en particular los señores oficiales a cargo de la investigación? ¿Recuerda alguna anécdota de ese momento?–¡Bien! Observé que los señores Benedicto Jiménez Bacca, Marco Miyashiro Arashiro y Luis Valencia Hirano formaban parte del núcleo fuerte y selecto del personal de la DINCOTE, que estuvieron al comando de las operaciones contra nosotros y en nuestro criterio son muy buenos profesionales que han cumplido con su deber desde la causa de vuestra colina.–¿Recuerda usted, doctor Guzmán, alguna anécdota?–¡Sí, recuerdo unas frases del general Ketín Vidal Herrera que me llamaron la atención!–¿Cuáles, doctor Guzmán?–Un día vino a verme al ambiente donde me encontraba recluido y estando a solas me dice: “Doctor, me he dado cuenta que en cualquier posición a usted siempre se le ve así como a un profeta con su barba imponente, pues es usted un auténtico filósofo”.—¿Eso le dijo el general Vidal Herrera a usted, doctor Guzmán?—¡Sí, doctor Montesinos, esas fueron sus palabras!, pero...—¿Pero qué, doctor Guzmán? ¡Hábleme con confianza! ¿Qué más le dijo?—El último día que estuvimos detenidos en la DINCOTE, si mal no recuerdo fue el 25 de septiembre de 1992, el general Vidal Herrera vino a verme a la celda todo misterioso y se me acerca haciéndome una señal para que lo escuchara con atención...—¿Qué le dijo ese día el general Ketín Vidal Herrera?—Cómo dándome un consejo en un tono de voz muy bajo, entendiendo para que nadie lo escuchara, me dice: “seguramente van a querer filmarlo en diversas posiciones para aprovechar su imagen, en ningún momento deje que lo tomen acongojado y deprimido”.—¿Y usted qué le contestó, doctor Guzmán?—Sólo atiné a responderle con un monosílabo: ¡Ya!—¿Recuerda otro hecho anecdótico con el general Vidal herrera?—¡Claro que sí!—¿Cuál, doctor Guzmán?—¡Estando un día reunidos con la camarada Miriam, el general Vidal nos contó acerca de los consejos que le había dado a Maritza Garrido Lecca para el momento de brindar su manifestación ante su propio personal policial!—¿Cuáles eran esos consejos?—¡Que en su manifestación policial tenía que ser muy concreta en sus respuestas, pues hay cosas que no le van a poder demostrar, que en todo caso evada la respuesta con un “no me acuerdo”!—¡Vaya, qué interesante lo que usted me cuenta, doctor Guzmán! ¿Usted me autoriza para que algún día pueda hacer público estas anécdotas?—¡Por supuesto, pues son hechos reales que así pasaron!Según se podrá advertir, la continuación de la ronda de conversaciones tuvo la virtud complementaria de ir enriqueciendo la Base de Datos del SIN sobre Sendero Luminoso, pues con la información que progresivamente se iba obteniendo fue posible conocer en profundidad la línea de pensamiento de Abimael Guzmán Reinoso, el líder más emblemático de la organización.Para ello, a lo largo del tiempo he mantenido la ronda de conversaciones en calidad de interlocutor académico, y en esa perspectiva siempre les he manifestado tanto a Abimael Guzmán como a Elena Iparraguirre y a los otros líderes con quienes me entrevisté, que sus versiones —dadas ante mi persona— serían el mejor testimonio de la historia de su partido.Presentada así la situación en 1996, y a fin de lograr la consolidación de la ruptura orgánica de dicha red terrorista para que la escisión sea irreversible y las fuerzas del orden así como los órganos de inteligencia conformantes del SINA estén en mejor posición de poder enfrentar articuladamente a cada bloque —que al estar divididos y en una posición antagónica irreductible eran más vulnerables—, fue necesario implementar un plan de operaciones sicológicas.Debía aprovecharse la pugna ideológica, programática y organizacional en las filas del otrora inaccesible, impenetrable e inexpugnable Sendero Luminoso, para inflingirle una derrota en términos políticos, cubriendo todos los espacios dejados en blanco o abandonados por esta red a fin de asegurar en estos la presencia permanente del Estado. ¿Cómo? Atendiendo las necesidades básicas de aquellos sectores poblacionales marginados y pauperizados del país, en los cuales hábilmente venía operando esta red terrorista. Había que desplazarlos y combatirlos políticamente en esas zonas, donde los decisivos campos de batalla fueron la mente de los hombres y el alma de los pueblos.El plan de operaciones sicológicas (OPSIC) formulado en el verano de 1996 se denominó “Consolidación”, pues lo que el SIN buscaba eraprofundizar laruptura orgánica de la redterrorista SenderoLuminoso aprovechando el cisma ideológico que —por disposición del presidente Alberto Fujimori— habíamos logrado producir al interior de dicha agrupación generando dos bloques antagónicos. Uno conformado por los que seguían la línea programática definida por Abimael Guzmán Reinoso, que estaba en contraposición con el otro bloque, el escisionista de Oscar Ramírez Durand, en que este último a su vez había sufrido dos importantes deserciones: las de Margie Clavo Peralta y Jorge Eduardo Olivares del Carpio, que eran integrantes de su Comité Central de Emergencia.La Dirección Nacional de Operaciones Sicológicas (DINOS) como un Órgano de Línea del Servicio de Inteligencia Nacional fue la encargada de planificar y desarrollar la operación sicológica “Consolidación” en los ámbitos interno y externo, bajo mi dirección y supervisión en base a la directiva emitida por el jefe del SIN, en cumplimiento de los lineamientos de política establecidos por el ingeniero Fujimori en materia de lucha contra el terrorismo.Para el desarrollo de esta operación sicológica se tuvo que aplicar doctrinariamente los nueve principios de la guerra, que son:—Primero, el “Objetivo”, que era encaminar toda la operación hacia una meta claramente definida, decisiva y alcanzable que por disposición del ingeniero Fujimori fue ganar la mente de los hombres y el alma de los pueblos para desplazar a Sendero Luminoso del escenario nacional, y lograr la ansiada Pacificación Nacional.—Segundo, la “Ofensiva”, que significaba alcanzar y mantener en todo momento la iniciativa frente al adversario, explotándola convenientemente desde la perspectiva de la Guerra de Cuarta Generación que a de lucharse desde un alto terreno moral y en el campo de las ideas.—Tercero, la “Masa”, que significó concentrar todo el esfuerzo del aparato estatal en atender las necesidades básicas de la población en los puntos críticos y horas decisivas para quitarle el caldo de cultivo a Sendero Luminoso.—Cuarto, la “Economía de la fuerza”, asignando un mínimo de la potencia del aparato estatal necesario a los esfuerzos secundarios.—Quinto, la “Maniobra”, que conllevó a colocar a Sendero Luminoso en una posición de desventaja mediante la aplicación flexible del aparato estatal en aquellos lugares donde era necesario erradicar la violencia terrorista.—Sexto, la “Unidad de mando”, en que para cada objetivo de desarrollo se debía asegurar un esfuerzo cohesivo bajo un solo comando, a cargo de un funcionario de la administración pública.—Séptimo, la “Seguridad”, que debía observarse escrupulosamente para evitar que Sendero Luminoso pudiera obtener una ventaja inesperada.—Octavo, la “Sorpresa”, que consistía en enfrentar políticamente a Sendero Luminoso en un momento, una forma y un lugar inesperado con la presencia masiva del Estado.—Noveno, la “Simplicidad”, pues se debía preparar planes claros, sencillos y expedirse disposiciones simples y precisas para asegurar una comprensión cabal de parte de los funcionarios del Estado que los ejecutaban.La inteligencia requerida para implementar las operaciones sicológicas (OPSIC) consistió en la obtención de información precisa con respecto de determinado blanco auditorio en que se tenía que actuar. El conductor de la operación usa esta inteligencia para planear y efectuar la OPSIC. Este tipo de inteligencia debe incluir la identidad, ubicación, condiciones, vulnerabilidades, susceptibilidades y nivel de eficiencia respecto del auditorio al cual se dirige la operación sicológica. Estando a que la mayor parte de la inteligencia se generaba para fines operacionales de las fuerzas, el analista debía extraer de dicha inteligencia la información relacionada con las OPSIC.Para posibilitar que el esfuerzo nacional esté orientado básicamente a las tareas de desarrollo y al fortalecimiento y consolidación de la institucionalidad que permita crear las condiciones adecuadas para que la población pueda realizar sus actividades dentro de un clima de paz, de seguridad y de tranquilidad, la OPSIC buscó como su gran objetivo consolidar la fe de la ciudadanía en que la paz era una aspiración posible luego de una larga y nefasta etapa de dolor y destrucción que había vivido el país como consecuencia del accionar violento de las redes terroristas, las mismas que buscaban la destrucción del Estado para pretender implantar el comunismo en el Perú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario