martes, 1 de diciembre de 2009

CAPÍTULO V: LA CAPTURA DE ABIMAEL GUZMÁN REINOSO

Las capturas de Abimael Guzmán Reinoso (a) “Gonzalo”, de Elena Albertina Iparraguirre Revoredo (a) “Miriam” y de otros, efectuadas por la DINCOTE el 12 de septiembre de 1992, a las 20:45 horas en un inmueble ubicado en la. Calle 1 N° 459, Los Sauces, Surquillo, fueron el resultado de un trabajo —muy profesional— de largo aliento que venía desarrollando eficazmente dicha unidad especializada de la Policía Nacional del Perú, la misma que alcanzó logros importantes en la lucha contra las redes terroristas, aplicando exitosamente la teoría de inteligencia policial operativa. Esta tiene dos vigas maestras: inteligencia más investigación, que constituyen las dos fases de un mismo fenómeno en que el factor sorpresa, la oportunidad, la planificación certera y la seguridad —entre otros— son principios de primer orden para la ejecución de cualquier operación contraterrorista.
Los antecedentes se remontan al año de 1990, cuando el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) de la DINCOTE, al mando del mayor PNP Benedicto Jiménez Bacca, ejecuta su primera operación de inteligencia denominada “Isa” que concluyó el 1 de junio del mismo año con la intervención del inmueble sito en la Calle 2 N° 459 Urbanización Monterrico Norte, y donde caen dos aparatos de Sendero Luminoso: el Departamento de Apoyo Organizativo (DAO) y la célula de dirección del Grupo de Apoyo Partidario (GAP). Estos aparatos caen con sus respectivos comandos operacionales y en esa oportunidad son detenidos Elvia Nila Zanabria Pacheco (a) “Juana” y Carlos Manuel Torres Mendoza (a) “Javier” —responsable del GAP—, y por segunda vez, Sibyla Arredondo Guevara (a) “Luisa”, viuda del escritor José María Arguedas. Respecto de la “camarada Luisa” hay que puntualizar que su participación en Sendero Luminoso se hallaba fehacientemente acreditada con mediosprobatorios fílmicos. Ella fue objeto de investigación mediante los procedimientos de observación, vigilancia y seguimiento (OVISE).En esa ocasión se desempeñaba como ministro del Interior, Agustín Mantilla Campos, y como director de la Policía Técnica el teniente general Fernando Reyes Roca. Restaban tan sólo 56 días para que culminara su mandato gubernamental el doctor Alan García Pérez y ya el ingeniero Fujimori era presidente electo para el período 1990-1995, tras haber triunfado en la segunda vuelta electoral.
Ese año de 1990, el entonces coronel PNP Antonio Ketín Vidal Herrera, se desempeñaba como Director Nacional de Contrainteligencia del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), cargo que asumió debido a la recomendación que yo le formulara –en su oportunidad– al jefe del SIN, general de división EP Edwin Díaz Zevallos. Este me preguntó sobre la hoja de vida profesional de Vidal y yo le informé que lo conocía, porque habíamos sido compañeros de estudios en la Escuela Militar de Chorrillos (EMCH) en el año de 1961. Por circunstancias de la vida, Ketín Vidal no estuvo entre los cien primeros alumnos que pasaron de ser precadetes a cadetes de primer año en 1962, razón por la cual tuvo que salir de la EMCH para postular a la entonces Escuela de Oficiales de la PIP, a la que logró ingresar, graduándose años después como oficial de investigaciones. El Teniente General PNP, Fernando Roca Reyes tomó la iniciativa de pedir apoyo político para fortalecer el aparato de inteligencia policial contra el terrorismo. Su actitud, muy valiosa para el país, fue la misma de otros altos oficiales como la del coronel PNP, Benedicto Jiménez Baca. Los resultados a partir de entonces fueron exitosos en la captura de los mandos militares y logísticos, como también de la cúpula de Sendero Luminoso.
Foto de El Pacificador.Asimismo, le referí que durante su carrera profesional había prestado servicios en el área de inteligencia de su institución e incluso seguido –con otros miembros de las Fuerzas Armadas–un curso de capacitación en la Escuela de Inteligencia que tenía la KGB en Moscú durante la época en que Yuri Vladimirovich Andropov era su cuarto presidente, esto es entre 1967 y 1982, es decir, en plena guerra fría y bipolaridad, cuando la capacitación en el campo de la inteligencia estaba orientada esencialmente a la formación de oficiales del caso y analistas de inteligencia para el clásico espionaje entre estados.
Al preguntarme sobre el motivo por el cual estuvo el coronel Vidal en el retiro, le informé que en 1985, a inicios del gobierno aprista, fue pasado a la situación policial de retiro, conjuntamente con otros oficiales generales, superiores y subalternos de su institución, por la causal de reorganización institucional. Igualmente tuve que manifestarle que fue comprendido en el atestado policial N° 498- D-DINTID-PNP formulado por el Equipo Técnico de Investigación Policial (ETIP) que presidía el general PNP Raúl Chávez Gonzales por hechos relacionados con una investigación efectuada contra el general PNP José Jorge Zárate durante su gestión como director de la Policía Fiscal, al estar vinculado el supradicho general con Reynaldo Rodríguez López. En aquella ocasión el coronel Vidal era su ejecutivo en dicha unidad.Por estos hechos el coronel Vidal, y otros miembros de la Policía, fueron procesados ante la Vocalía de Instrucción del Consejo Supremo de Justicia Militar en cuya causa ejercí su defensa técnica, hasta que al resolverse la contienda de competencia entablada, la instrucción pasó a conocimiento del Fuero Común por disposición de la Corte Suprema de Justicia.
Teniendo como marco ese escenario el doctor Augusto Antonioli Vásquez, quien se desempeñaba como Asesor de la Alta Dirección del SIN en 1990, me formula a fines de junio de ese año una invitación por encargo del teniente general Fernando Reyes Roca, para reunirnos en el domicilio del citado funcionario policial, a fin de tratar sobre la problemática del terrorismo en el país y presentarnos a dos oficiales de su institución que eran conocedores de esa amenaza.Como el motivo de la reunión no era de carácter social, sino de trabajo respecto a un tema de interés nacional, acepté la invitación y ambos concurrimos al domicilio del referido general ubicado en la Calle Degas N° 134 San Borja. Al teniente general Fernando Reyes Roca lo conocía de vista por razones profesionales —como abogado independiente— desde la década de los 80. Entonces Reyes Roca tenía el grado de coronel de la Policía de Investigaciones del Perú. Yendo al punto: fuimos recibidos con gran cordialidad y se nos mostró la preocupación por el peligroso avance del terrorismo en el Perú, particularmente en Lima y en zonas como Huaycán, Raucana y diversos conos de gran densidad poblacional.Conocido con el criptónimo de “doble ropa” —por las primeras letras de sus dos apellidos— el general Reyes Roca era consciente que la falta de decisión política del gobierno constituía el gran vacío del que adolecían las fuerzas del orden para poder luchar contra las redes terroristas, tanto más que tampoco existían objetivos políticos concretos que permitieran diseñar una adecuada estrategia de pacificación en el dominio militar. Era más o menos consciente de que la causa de ello era la poca o nula comprensión de las autoridades acerca de la problemática del terrorismo en el país.
Por versión de dicho jefe policial tomarnos conocimiento que cuando se desempeñaba corno Director Superior de la Policía Técnica, había formado el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), dependiente de la Dirección de Investigación Contra el Terrorismo (DIRCOTE), el cual fue creado en marzo de 1990 por dos oficiales altamente calificados en la lucha contra el terrorismo: el mayor Benedicto Jiménez Bacca y el capitán Félix Castro Tenorio, ambos de la Policía Técnica y provenientes de la ex Policía de Investigaciones del Perú. Estos incorporaron al teniente José Sánchez Alva, al alférez Jorge Luna Chu y al suboficial Jaime Cubas Hidalgo, de la misma procedencia que los dos primeros, con la misión de capturar a Abimael Guzmán Reinoso y a los integrantes del comité central de la red terrorista Sendero Luminoso.
Nos habló de su experiencia en el comando de la DINCOTE y de las limitaciones y carencias que padeció al no haber contado, tampoco, con el apoyo logístico necesario ni la infraestructura organizacional requerida para este tipo de operaciones. En su tono de voz y gesticulación se podía auscultar un sentimiento de frustración profesional y personal que trató de transmitirnos.Luego de este claro mensaje, nos contó que a ese pequeño equipo de policías lo venía apoyando desde los primeros meses de 1990 por ser un personal incomprendido y marginado en su unidad, pese a que sus integrantes eran muy competentes. A ellos por intermedio de su secretario, el coronel PNP Arturo Marquina Gonzales, había dispuesto se les proporcionara un ambiente del tercer piso del edificio “Alcides Vigo Hurtado”, ubicado frente al local de la Prefectura en Lima. Nos pedía que evitáramos que a partir del 28 de julio de 1990, con el nuevo gobierno, se desintegrara y desactivara la oficina donde trabajaba este personal que de acuerdo a su criterio era, por su experiencia policial, el más idóneo en la lucha contra Sendero Luminoso. Para corroborar sus asertos nos solicitó nuestra anuencia para presentarnos a dos oficiales a fin de que éstos, personalmente y bajo el principio de inmediación, nos informen de su labor en la DINCOTE.Como dicha petición no sólo era comprensible, sino razonable, y estando a que la inmediación es la mejor forma de poder conocer directamente una versión, es que no tuvimos ningún inconveniente para reunirnos al día siguiente, a fin de escuchar las informaciones y ver lo que podríamos hacer en un futuro para apoyarlos en el cumplimiento de su misión. Tras esto nos despedimos.Vista nuestra aceptación, nos volvimos a reunir en su mismo domicilio al día siguiente, en cuya ocasión el general Reyes dispuso que ingresaran las dos personas a las cuales nos presentó como el mayor PNP Benedicto Jiménez Bacca y a un oficial cuya identidad y criptónimo guardo en reserva por razones de confidencialidad. Llamó a ambos, cariñosamente como “los cazafantasmas”, pues silenciosamente habían sido quienes en la DINCOTE diseñaron y ejecutaron exitosamente la operación de inteligencia “Isa” que concluyó el 1 de junio de 1990. Reiteró su solicitud de que los escucháramos, pues tenían buena información sobre Sendero Luminoso. Al mayor Jiménez ya lo conocía desde enero de 1990, cuando me fuera presentado en sus oficinas de la DINCOTE por un oficial de la Policía Técnica —que es un amigo común— debido al interés profesional que tuve para solicitarle me proporcionara una copia de una tesis suya sobre Sendero Luminoso, titulada: “Análisis Ideológico, Político y Militar de Sendero Luminoso, balance y perspectivas”.
En primer lugar, por razones de antigüedad, tomó la palabra el mayor Jiménez, refiriendo que gracias al apoyo del general Reyes Roca su equipo había logrado un primer e importante éxito en la lucha contra dicha agrupación terrorista. Para alcanzar este objetivo había aplicado la teoría de la inteligencia policial operativa cuya finalidad es desarticular a las organizaciones terroristas ubicando y deteniendo a sus principales líderes; en base a ella planificó su primera operación de inteligencia “Isa”.Al preguntarle desde qué fecha el personal bajo su comando venía operando con esta teoría, y si en la DINCOTE todos eran conocedores de este procedimiento de inteligencia, señaló que su equipo lo fundó el 5 de marzo de 1990 con cinco personas, con el apoyo de un agente de la Dirección de Inteligencia Naval, conocido por el criptónimo de “Popeye”. Al equipo lo denominó Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), y es con ese personal que provenía de las canteras de la entonces Policía de Investigaciones (PIP) que implementó y aplicó esa teoría para ejecutar su primera operación de inteligencia con muy buen resultado. De su labor sólo daban cuenta al general Reyes Roca, quien no sólo los apoyaba sino incentivaba personalmente dada su experiencia profesional en el campo de las investigaciones.
Respecto a la DINCOTE, manifestó que como Unidad especializada de la Policía Nacional estaba laborando sin rumbo ni horizonte, y no tenía una estructura organizacional adecuada ni menos objetivos por alcanzar, tanto más que había resistencia al cambio, pues no trabajaba con este nuevo método y, para colmo, existían muchas divergencias internas que impedían su normal desarrollo. Por estas razones su equipo operaba al margen, y bajo dependencia directa del general Reyes; sólo para cuestiones administrativas tenía relaciones con el ejecutivo de la DINCOTE.Para tener una idea cabal de su excelente trabajo se le preguntó quién era la persona dentro de su equipo que se encargaba de planificar las operaciones. Jiménez refirió que él personalmente se hizo cargo del departamento de operaciones; este tenía por finalidad el diseño, planificación y ejecución de las mismas sin límite de tiempo, “haciendo de la paciencia un arte y de la espera una virtud”. Estas palabras, tan sensatas, nos causaron al doctor Antonioli y a mi persona una grata impresión.El doctor Antonioli, un hombre de inteligencia muy agudo y directo, le formuló dos preguntas: ¿Por qué le puso el nombre de “Isa” a su primera operación? ¿Qué tipo de ayuda requería de nosotros para continuar su labor en el comando del Grupo Especial de Inteligencia?Respecto a la primera pregunta el mayor Jiménez señaló que “Isa” era el seudónimo que solía utilizar Judith Díaz Contreras, una integrante de Sendero Luminoso que conformaba el Grupo de Apoyo Partidario (GAP), la cual había sido intervenida por estar presuntamente vinculada a dicha organización terrorista, pero que luego de las investigaciones policiales correspondientes —efectuada por la DINCOTE— fue puesta en libertad con el parte respectivo, al no disponerse de los medios probatorios que acreditaran su responsabilidad penal.
Paradójicamente, en esa ocasión la mamá de un muchacho reclutado por “Isa”, al ver en situación de grave peligro a su hijo —ya involucrado en actividades terroristas— escribe una misiva y de manera anónima la deja en una dependencia policial. Esta carta denunciaba a esta mujer que bajo ese seudónimo operaba dentro de Sendero Luminoso. La misiva fue remitida por dicha entidad policial a la DINCOTE con el oficio de atención respectivo para conocimiento y fines pertinentes; en ella figuraba la identidad, la dirección domiciliaria y el número telefónico de “Isa”. Con todos estos elementos se desarrollaron —mucho tiempo después—las actividades de inteligencia tendentes a obtener los medios probatorios que permitieron desarticular a los dos aparatos de Sendero Luminoso antes mencionados.Con respecto a la segunda pregunta, contestó que lo primero era evitar que desintegraran a su equipo de trabajo a partir del 28 de julio de 1990, cuando asumiera el poder el ingeniero Alberto Fujimori. Abrigaba esperanzas de que más bien les permitieran continuar con sus actividades de inteligencia y les dieran apoyo económico y logístico para así poder seleccionar otro personal, a fin de entrenarlos con el conocimiento de su método de trabajo e incorporarlos posteriormente al GEIN.
Conocidos sus requerimientos y estando a las bondades de su excelente trabajo de inteligencia, nos comprometimos a brindarles nuestro apoyo. Para ese efecto trasladaríamos sus inquietudes y necesidades al ingeniero Fujimori; a éste le íbamos a informar sobre ese primer resultado en la lucha contra Sendero Luminoso, pues el nuevo Jefe de Estado tenía muy en claro que el terrorismo era el principal problema del país y por ello una de sus principales políticas de gobierno sería enfrentar este flagelo con una nueva estrategia totalmente diferente a la de los 80. En suma, nos despedimos comprometiéndonos a tener otra reunión en el mismo domicilio del general Reyes en fecha no fijada en ese momento.Ante las carencias de equipamiento de que adolecía la DINCOTE, y viendo sus necesidades, por iniciativa propia obsequié en ese acto una filmadora marca SONY de mi propiedad —que procedí a sacar de mi vehículo— y la entregué para que el GEIN la utilizará en sus actividades de OVISE. El mayor Jiménez y el oficial a cargo del departamento de apoyo técnico, recibieron el modesto, pero vital equipo, comprometiéndome a gestionar un mayor apoyo ante los ministros de Defensa, Interior y jefe del SIN, los cuales deberían conocer de primera mano el trabajo de la DINCOTE.No está demás reiterar que tanto el mayor Jiménez como el oficial que lo acompañaba, nos causaron una buena impresión por su elevado profesionalismo y, principalmente, debido a la seriedad con que trataban un problema tan grave para el país. Realmente fue una reunión enriquecedora que nos permitió conocer de primera mano una línea informativa sobre el nivel de operatividad de la DINCOTE, así como sus carencias y limitaciones para poder cumplir adecuadamente con su misión.
El 9 de julio de 1990, al producirse la escandalosa fuga de 47 internos del MRTA del penal Miguel Castro Castro, a través de un túnel de más de 300 metros que fue construido desde el exterior del penal sin haber sido detectado por las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia, y estando a la gravedad de los hechos, acordarnos con el doctor Augusto Antonioli Vásquez en convocar a una reunión de emergencia al general Reyes Roca. Nos reuniríamos nuevamente en su domicilio para que nos informara con respecto a esa fuga, pues tan sólo faltaban 19 días para el cambio de gobierno y nosotros tendríamos que afrontar ese problema que agravaba la situación de la seguridad interna.La reunión se llevó a cabo el 10 de julio de 1990, en horas de la tarde, pues el día anterior el general Reyes —como es de suponerse—estuvo ocupado viendo ese problema en el Ministerio de Interior. Esta vez la reunión fue un poco tensa, pues con el doctor Antonioli lo bombardeamos de preguntas inquiriéndole que cómo era posible una fuga masiva que no haya sido oportunamente detectada por ningún órgano de inteligencia policial, y menos se haya tenido un solo indicativo de la construcción de un túnel de 300 metros de extensión, lo que comporta un amplio despliegue logístico en personal e infraestructura. ¡Cómo era posible que ese hecho haya pasado inadvertido para la policía! Una de las fotos que el GEIN encontró en la casa de Monterrico. En ella aparecen los integrantes de los cuadros de mando de Sendero Luminoso y por primera vez se conoce la identidad de varios de ellos. Fotos de El PacificadorResultaba por lo demás sospechosa una inacción de las fuerzas del orden ante semejante hecho, que a priori podía considerarse como una fuga coordinada y encubierta por algún estamento del Estado. Sin embargo, el general Reyes negó tal hipótesis y en todo caso atribuyó esa supuesta negligencia al personal policial de seguridad de penales y, al propio INPE que tenía la administración de los establecimientos penitenciarios.Como nuestras preguntas no tenían ninguna respuesta lógica y coherente del general Reyes, y más bien se le notaba incómodo ante un interrogatorio que cualquier persona con un mínimo de sentido común, haría en base a la información de fuente abierta disponible, optamos por retirarnos cortando toda comunicación con dicho general, a quien nunca más lo volví a ver. En el año 2005 tomé conocimiento, por los obituarios que se publican en los diarios, de su sensible fallecimiento.
Al salir de la casa del general Reyes nos cruzamos con el mayor Jiménez y el oficial adjunto —a cargo del departamento de apoyo técnico. Les pedimos que no se preocuparan porque ya habíamos informado detalladamente de la primera reunión al ingeniero Alberto Fujimori, quien nos había dado el encargo especial que cuidáramos que no los cambien de colocación ni desactiven su equipo a partir del 28 de julio de 1990. Además, les hicimos conocer a Jiménez y su adjunto que el próximo mandatario había dispuesto que apenas tomáramos conocimiento de la designación del nuevo Ministro del Interior hablaríamos con él para garantizar su permanencia en la DINCOTE. Finalmente, le señalamos que cualquier otro contacto entre nosotros se haría a partir de esa fecha y que siguieran con su trabajo de inteligencia con toda tranquilidad y normalidad y dando cuenta a sus jefes actuales.
El caos y desgobierno que se vivía en los diversos establecimientos penitenciarios del país —al finalizar la década de los 80— había transformado a éstos de centros de readaptación de internos en “territorios liberados” por las redes terroristas. Esta crítica situación se vio lógicamente agravada por la fuga masiva de los 47 miembros del MRTA del penal de máxima seguridad Miguel Castro Castro. Frente a estos gravísimos hechos, el ingeniero Fujimori tomó inmediatamente dos decisiones trascendentales:La primera, nombrar como ministro de Justicia de su primer Gabinete, que juramentaría el 28 de julio de 1990, al doctor Augusto Antonioli Vásquez —funcionario del Servicio de Inteligencia Nacional— con la instrucción precisa de restablecer el principio de autoridad en todos los penales del país y coordinar con el nuevo ministro del Interior la recaptura de los 47 internos del MRTA que se fugaron escandalosamente del referido penal en la forma y circunstancias antes mencionadas.La segunda, nombrar como ministro del Interior a un general de división del Ejército Peruano en situación de actividad para que impusiera el orden y la disciplina en la Policía Nacional y adoptara todas las medidas del caso para la recaptura de dichos internos, coadyuvando con el ministro de Justicia en el restablecimiento del principio de autoridad en los diversos establecimientos penitenciarios y además para que redefina el trabajo de la DINCOTE y la DINANDRO a fin de que adecuen su estructura organizacional y operativa a la nueva estrategia integral de lucha contra las redes terroristas que actuaban en coalición con las del narcotráfico. Para el cumplimiento de esta delicada misión fue nombrado el general de división EP Adolfo Alvarado Fournier, estando a la propuesta que formulara al presidente Fujimori, el comandante general del Ejército, general Jorge Zegarra Delgado.Luego de juramentar el general Adolfo Alvarado Fournier como ministro del Interior el 28 de julio de 1990, su primer acto administrativo fue proponer al presidente Fujimori como Director General de la PNP al teniente general Adolfo Cuba y Escobedo, quien en mérito a la resolución suprema correspondiente, asumió el comando de la Policía Nacional. Al haberse definido la línea de mando y comando en el sector Interior y la PNP, y de conformidad con las disposiciones del Jefe de Estado, el doctorAugusto Antonioli Vásquez habló con el general Alvarado para que disponga no se efectúe ningún cambio de colocación o destaque de la DINCOTE a cualquier otra unidad policial al mayor Benedicto Jiménez Bacca y a todo el personal policial que conformaba el GEIN bajo su comando, y más bien se atienda sus requerimientos de personal y apoyo logístico.Lo propio se hizo con el nuevo director general de la PNP, teniente general Cuba y Escobedo, quien tomó debida nota de que por ninguna causal se debería de remover al personal del GEIN en la DINCOTE, y que este grupo operaba a órdenes del mayor Jiménez. Las respectivas gestiones ante el ministro del Interior y el DIRGEN constituyen la mejor evidencia que desde su primer día de gobierno el ingeniero Fujimori mostró la firme decisión política de apoyar y potenciar a la DINCOTE en la lucha contra las redes terroristas dentro del marco de una nueva estrategia integral. Prueba de ello es, como venimos señalando, que impidió que se desactivara el GEIN y se cambiara de colocación a cualquiera de sus integrantes. El Jefe de Estado tenía plena conciencia y estaba informado de que estos miembros de la PNP venían operando en la línea de trabajo correcta, y por tanto había que incentivarlos en lugar de desactivarlos.Teniendo en cuenta el importante logro obtenido por el equipo que comandaba el mayor Benedicto Jiménez Bacca en la ejecución de la operación de inteligencia “Isa” y constituyendo las redes terroristas que operaban en el país un grave factor de perturbación a la seguridad nacional, consideré necesario que en los más altos niveles de las Fuerzas Armadas se conociera directamente no sólo el resultado de dicha operación efectuada por este equipo de la DINCOTE, sino las carencias y limitaciones de esta unidad sistémica de la Policía Nacional, que era precisamente la encargada de combatir la amenaza del terrorismo.Con tal finalidad, se recomendó al presidente Fujimori que disponga que el ministro de Defensa, general de división Jorge Torres Aciego, convoque en su despacho a una reunión a la que deberían asistir los miembros del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y comandantes generales de sus respectivas instituciones, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y los jefes de los órganos de Inteligencia del sector Defensa. También deberían asistir por el sector Interior, el ministro del Interior, el director general de la Policía Nacional del Perú, el director general de Inteligencia del Ministerio del Interior; el jefe del SIN y yo como observador, para que todos escuchemos la exposición que debería hacer el mayor Jiménez Bacca sobre el particular.En cumplimiento de la disposición del presidente Fujimori la reunión se llevó a cabo en los primeros días del mes de septiembre de 1990 en la Sala de Acuerdos del Ministerio de Defensa con la asistencia de las siguientes personas:
• Gral. Div. EP Jorge Torres AciegoMinistro de Defensa, quien presidió la reunión.
• Tnte. Gral. FAP Arnaldo Velarde RamírezPresidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y Comandante General de la FAP.
• Almirante AP Luis Montes LecarosComandante General de la Marina de Guerra del Perú.
• Gral. Div. EP Jorge Zegarra DelgadoComandante General del Ejército.
• El jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.
• Los directores de Inteligencia de las Fuerzas Armadas.
• El jefe de la Segunda División de Inteligencia de las Fuerzas Armadas.
• Gral. Div. EP Adolfo Alvarado Fournier Ministro del Interior
• Tnte. Gral. PNP Adolfo Cuba y Escobedo Director General de la PNP.
• El director general de Inteligencia del Ministerio del Interior.
• Gral. Div. EP Edwin Díaz Zevallos Jefe del SIN.
• Vladimiro Montesinos Torres Observador y Analista.
El mayor Benedicto Jiménez Bacca con el apoyo de un oficial de su equipo y de elementos técnicos de la DINCOTE, expuso ante los asistentes los resultados de la operación de inteligencia “Isa”, mostrando la documentación de mayor importancia incautada por su personal en la intervención al inmueble sito en la Calle 2 N° 459 Urbanización Monterrico Norte. En dicha ocasión desarticularon dos aparatos de Sendero Luminoso (el Departamento de Apoyo Organizativo y el Grupo de Apoyo Partidario) y detuvieron a 34 cuadros de dicha red terrorista —entre ellos algunos integrantes del comité central—, incautando vehículos que utilizaban para su desplazamiento en Lima y para la ejecución de sus operaciones, armas de fuego, abundante propaganda subversiva, cuadros de reglaje de diversas personalidades y miembros de las fuerzas del orden, así como medicamentos que utilizaba Abimael Guzmán Reinoso para el tratamiento de la soriasis, cigarrillos marca Winston y vinos que consumía.La reunión sirvió también para que el citado mayor expusiera sobre lo que la DINCOTE conocía respecto a la estructura organizacional de Sendero Luminoso, su desarrollo, balance y perspectivas futuras, sus conexiones en el exterior. Lo más importante era el hecho de que se había comprobado que Abimael Guzmán estaba vivo y radicaba en Lima; antes de esta comprobación se pensaba que era un mito, pues no se tenía la certeza si vivía o no y si continuaba liderando su red terrorista.Esta reunión sirvió igualmente para que se conociera que la DINCOTE venía trabajando artesanalmente en su misión de combatir el terrorismo en el país, las carencias y limitaciones con que operaba, la falta de apoyo logístico y recursos económicos que impedían y obstaculizaban su trabajo de manera eficaz, pese a todo lo cual el equipo del mayor Jiménez, con gran mística profesional, había obtenido un gran logro con la operación de inteligencia “Isa”.
La exposición, igualmente, tuvo la bondad de que por primera vez un oficial de la PNP del grado de mayor expusiera nada menos que ante los ministros de Defensa, del Interior, los Comandantes Generales y otros altos mandos de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú, un tema que por la importancia y el nivel jerárquico de los asistentes le correspondería haberlo hecho a un general, y no a un mayor, de conformidad con las disposiciones reglamentarias correspondientes.
Ese día se rompieron esas rígidas reglas que impedían a un oficial de cualquier institución, sin importar su grado jerárquico en el escalafón militar o policial, poder dirigirse sin ninguna intermediación y salvando el conducto regular —que imponían los reglamentos que norman la disciplina de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional— a sus superiores jerárquicos para exponer una materia que constituye uno de los principales problemas del país. Ese hecho fue un hito en la lucha contra las redes terroristas que sólo fue posible debido a una decisión política del presidente Fujimori, quien con gran lucidez posibilitó se llevará a cabo dicha reunión y exposición.Como resultado de esa exposición se acordó, por unanimidad, asignar recursos económicos de cada instituto a la DINCOTE para de esta forma abonar los gastos de alimentación de su personal durante el desarrollo de las operaciones. Igualmente se les proveyó de algunos vehículos, equipos de filmación, cámaras fotográficas y se atendió otras necesidades de urgencia hasta que el ministro del Interior, generalAlvarado Fournier, obtuviera los recursos necesarios por gestiones de su Despacho ante el ministro de Economía, señor Juan Carlos Hurtado Miller.
Al término de la reunión procedí a elevar un informe al ingeniero Fujimori, dándole a conocer los detalles de la misma, para su conocimiento y fines correspondientes. El Jefe de Estado dispuso —y así lo hizo saber al ministro del Interior— que cuando se llevara a cabo el proceso de ascensos para oficiales superiores en la PNP, se ascienda al grado inmediato superior al mayor Benedicto Jiménez Bacca y al mayor Marco Miyashiro Arashiro. Ambos ascendieron al grado de comandante el 1 de enero de 1991.
El 15 de septiembre de 1990 el GEIN inicia la operación de inteligencia “Monterrico 90", orientada a la desarticulación de todo el aparato de propaganda de Sendero Luminoso. Es así que las intervenciones policiales recién comenzaron cuatro días después, el 19 del mismo mes y año, y culminaron luego de cinco días con resultado positivo, pues se capturó a la mayoría de integrantes de la célula de dirección, así como al profesor Hugo Deodato Juárez Cruzat (a) “Germán” y otros, pese a que en dicha acción se perdieronlos factores de sorpresa y de oportunidad que son principios rectores para la ejecución de cualquier operación de inteligencia.Dentro de la estructura de la red terrorista Sendero Luminoso los aparatos centrales constituían el estado mayor de dicha organización y éstos dependían directamente de la dirección central que estaba bajo la presidencia de Abimael Guzmán Reinoso. Sin embargo, pese a su importancia —como órgano de apoyo y asesoramiento— durante la década de los 80 no se pudo obtener ninguna clase de información que permitiese conocer su conformación y el importante rol que cumplían al interior de la red, y es recién a partir del 1 de junio de 1990 que se llegó a conocer de su existencia.Como resultado de esa intervención y con los medios probatorios hallados, se planificó esta nueva operación de inteligencia cuya misión consistía en identificar al responsable del aparato de propaganda, del cual sólo se conocía el nombre. Como ya se ha señalado, más adelante se le identificó plenamente: se trataba del profesor Hugo Deodato Juárez Cruzat; además, se pudo acceder a más información de valor que sirvió para conocer a los responsables de los aparatos centrales.¿Cuántos y cuáles son los aparatos centrales de la red terrorista Sendero Luminoso? Dispone de diez, y son los siguientes:El primero, el departamento de logística (DL), que es el encargado de brindar un soporte de apoyo a todos los comités regionales de la red a nivel nacional a fin de atender sus requerimientos en equipo, armamento, munición, explosivos, identidades falsas, movilidad y todo aquello que se le solicite.
El segundo, el grupo de trabajo especial (GET), que tiene por misión brindar apoyo económico para solventar los gastos de la dirección central y que atiende sus necesidades básicas de alimentación, alquiler de viviendas, vestido, medicinas, útiles de escritorio, entre otros. El GET estaba a cargo del profesor Luis Alberto Arana Franco (a) “Manuel”, quien fuera detenido el 20 de junio de 1992, luego de haber administrado de manera encubierta la academia de preparación preuniversitaria “César Vallejo”— de donde obtenía los recursos económicos requeridos—, que a su vez contaba con el apoyo de la academia ADUNI que se encontraba bajo su control, en análogas condiciones.
El tercero, el departamento de propaganda (DP), cuya tarea es difundir la ideología de la red terrorista entre sus diversas células, así como llevar a cabo todas las campañas de propaganda a nivel nacional e internacional. El DP estuvo a cargo de Hugo Deodato Juárez Cruzat, quien fuera detenido en septiembre de 1990, en circunstancias que coincidieron con la desarticulación de todo el aparato. Era considerado como el delfín de Abimael Guzmán Reinoso.El cuarto, el agrupo de apoyo partidario (GAP), que se definía como un organismo generado de la red que se desarrollaba en las zonas urbanas del país, y cuya misión era crear los centros de resistencia para preparar la insurrección en las principales ciudades. Fue dirigido por Yobanka Pardavé Trujillo, quien tenía a su cargo una cadena de locales clandestinos a nivel nacional para encubrir sus operaciones, los contactos y las comunicaciones entre la propia red.
Este último aparato central contaba a su vez con cuatro apéndices. El primero, la red de locales del GAP que administraba todos los inmuebles que disponían; el segundo, la red de recojo, almacenamiento y distribución de propaganda que brindaba apoyo al departamento de propaganda; el tercero, la red de inteligencia, cuya tarea era obtener información necesaria para planificar las operaciones contra los blancos de ataque; y cuarto, la red de economía y producción que tenía por finalidad obtener recursos para el sustento de la organización.
El quinto, el departamento de apoyo organizativo (DAO), es el responsable de supervisar la marcha organizativa del Partido, el Ejército Guerrillero Popular y el Frente. Asimismo, le cabe como función, organizar todos los eventos y reuniones partidarias, llevando a cabo los traslados encubiertos de los participantes hasta el punto de reunión y su respectiva recepción y registro fotográfico y fílmico de cada acto para perennizarlos como parte del archivo documentario de la organización terrorista.En orden de importancia, el DAO le seguía al departamento central y es por eso que ocupó el inmueble donde se realizó el Primer Congreso del PCP-SL. EL DAO estuvo a cargo de la abogada Elvia Nila Sanabria Pacheco.
El sexto, el grupo de traducciones o grupo intelectual popular (GIP), que tiene como tarea la traducción al español de cualquier documento, libro o información que en otro idioma le llegara a Abimael Guzmán Reinoso desde Europa o a cualquier instancia de la organización. Este grupo dependía directivamente de la dirección central.
El séptimo, el grupo de trabajo especial en las cárceles (W.E.K.), tiene como misión el trabajo partidario en las diversas cárceles del país, centros de reclusión a los que denomina “luminosas trincheras de combate” y en los que miembros de la red se encuentran cumpliendo detención o condena por el delito de terrorismo y traición a la patria. Normalmente este grupo está conformado por elementos que habían recuperado su libertad, o por aquellos procesados que ejercían liderazgo en los penales. Contaban a su vez con el apoyo de familiares que visitaban los centros de reclusión y se convertían en las correas de transmisión de mensajes hacia el exterior.
El octavo, el grupo de trabajo internacional, cuya tarea es generar comités de apoyo partidario en Europa y otros países latinoamericanos. Era el encargado esencialmente de efectuar el trabajo internacional de Sendero Luminoso.
El noveno, el comité fundamental Socorro Popular del Perú (SOPO), ente encargado de la defensa legal de los elementos que se encuentren detenidos en instalaciones policiales o en los penales cumpliendo algún mandato de detención emanado de los órganos jurisdiccionales. Igualmente, es responsable de velar por la salud de todos los detenidos y realizar movilizaciones de protesta. Este comité es muy complejo por la naturaleza de sus funciones; incluso en algunas ocasiones realizó acciones de ataque cumpliendo directivas del comité central.
El décimo, el departamento de seguridad, encargado de dar seguridad y protección a los principales dirigentes del Partido durante sus desplazamientos y cuando estaban encubiertos en los lugares o zonas donde pernoctaban.Posteriormente el GEIN da inicio a la operación de inteligencia “Huascaura” con el propósito de desarticular el aparato de logística de dicha red terrorista, sin límite de tiempo, pues fue una operación de largo aliento que culminó casi dos años después, como se verá más adelante.
Asimismo, por disposición del presidente Fujimori, el Servicio de Inteligencia Nacional comenzó a brindar apoyo a la DINCOTE, particularmente al GEIN, con recursos económicos y vehículos. El dinero para la ejecución del plan de inteligencia “Caballero”, era entregado mensualmente a Benedicto Jiménez Bacca. Este firmaba los recibos correspondientes que obran en los archivos pasivos del SIN y en las rendiciones de cuentas referentes a los años 1990 (segundo semestre) y 1991, como gastos de acciones reservadas. Conservo copias en mi poder.A comienzos de diciembre de 1990 se llevó a cabo el proceso de ascensos en la PNP para oficiales subalternos y superiores y luego se efectuó el proceso para oficiales generales de esta institución. En dicha ocasión el coronel PNP Ketín Vidal Herrera se presentaba por primera vez a fin de poder ascender al grado de general de la Policía Nacional, en virtud de lo cual me pidió que lo recomendara ante el presidente Fujimori a efecto de que éste interpusiera sus buenos oficios ante el ministro del Interior y el director general de la Policía Nacional.
En esa oportunidad el ingeniero Fujimori, luego de despachar con el ministro del Interior, general de división EP Alvarado Fournier, me refirió que ello no era posible por dos razones (según lo señalado por el teniente general Cuba y Escobedo, en su calidad de DIRGEN): la primera, el haber estado desde el 28 de julio de 1985 varios años en situación policial de retiro, y si bien había retornado años después a la actividad, tenía como un antecedente el estar comprendido en un atestado policial del que ya hemoshecho mención; y la segunda, porque era la primera presentación y figuraban otros coroneles con mayor antigüedad en el cuadro de mérito y con una excelente trayectoria, de modo que podía esperar un año tranquilamente.
Ante tales argumentos no había nada que hacer, pensé dentro de mí. Al comunicarle este parecer al coronel Vidal Herrera, lejos de sentirse amilanado invocó la amistad que teníamos y recordó el año que estuvimos juntos en la Escuela Militar de Chorrillos. Invocando persistentemente este hecho, me pidió que solicitara al presidente Fujimori reconsiderara su posición, tanto más que ya no tenía ningún antecedente policial. Reconozco que me convenció su insistencia, la que trasladé yo ante el ingeniero Fujimori, quien para evitar seguir tocando el tema del pedido de ascenso del coronel Vidal a general, ordenó al general Alvarado lo incluyera en la nómina de ascendidos a generales de la Policía para su remisión al Senado de la República a efecto de la ratificación respectiva.
De esa manera es que el presidente Fujimori propuso ante el Senado la ratificación del ascenso a general del coronel Vidal Herrera, pero ese año el Senado no llevó a cabo el proceso de ratificación de generales de la Policía, de modo que al concluir la Legislatura el 15 de diciembre de 1990 el trámite quedó pendiente para la siguiente Legislatura en abril de 1991.La situación administrativa del coronel Vidal Herrera al finalizar 1990, era la de un coronel propuesto por el Ejecutivo para el grado de general, cuya ratificación quedaba en suspenso durante los tres primeros meses de 1991 hasta que se iniciara la Legislatura y el Senado pueda ratificarlo de ser el caso.El 14 de enero de 1991 el general de brigada EP Julio Salazar Monroe asume la Jefatura del SIN en reemplazo del general de división EP Edwin Díaz Zevallos, que fue designado para ejercer el cargo de Agregado Civil en la Embajada del Perú en Argentina. Una de las primeras decisiones del general Salazar era poner a disposición de la Policía Nacional al coronel Vidal Herrera, de modo que mi antiguo compañero de estudios en la Escuela Militar de Chorrillos –al tomar conocimiento de dicha disposición– me solicitó abogara nuevamente ante el Jefe de Estado para su permanencia en la Dirección Nacional de Contrainteligencia del SIN durante los meses de enero, febrero y marzo de 1991.El ingeniero Fujimori aceptando mi pedido dispuso continuara prestando servicios en el SIN, mandato que acató el general Salazar –aunque no muy a gusto–, pues en esencia se sentía desautorizado, pero al explicarle comprendió que de ser ratificado en abril de 1991 solicitaríamos en vía de una hoja de recomendación su cambio de colocación a la DINCOTE como ejecutivo, pues es un hombre de inteligencia muy metódico y capaz, un gran analista con experiencia de antigua data que provenía de las canteras de la PIP y el SIN. Es que así permaneció en este último organismo de inteligencia durante todo el verano de 1991.Para principios de enero de 1991, y por disposición superior, el GEIN había incrementado su personal y por ende crecido como equipo de inteligencia al pasar de tener inicialmente 5 efectivos a 20 efectivos, los cuales fueron racionalmente distribuidos por su comando en los diversos departamentos que conformaban el GEN. Es con esta nueva estructura organizacional que el 31 de enero de 1991 ejecuta la operación de inteligencia “Caballero”, orientada a la desarticulación del departamento central de Sendero Luminoso que venía operando encubiertamente en la Calle Buenavista N° 265 de la urbanización Chacarilla del Estanque, en San Borja.Al ingresar el personal de DINCOTE a dicho inmueble detiene a Nelly Marión Evans Risco de Alvarez Calderón, una ex monja que había abandonado los claustros religiosos para contraer matrimonio con el ex sacerdote Carlos Alvarez Calderón de Ayulo, convirtiéndose posteriormente en una militante senderista que formó parte del anillo directo de cuadros que estaban permanentemente al lado de Abimael Guzmán.El 1 de febrero de 1991 también es intervenido otro inmueble, ubicado en la Calle Ricardo Flores N° 265 interior 11 en Balconcillo, y se detiene a Natividad Méndez de Villegas, persona estrechamente vinculada a Nelly Evans. En este inmueble se encuentran cuatro videocasetes, en versión “V-8", de gran valor, pues contenían imágenes fílmicas inéditas de toda la cúpula de la red terrorista Sendero Luminoso al concluir su Primer Congreso en junio de 1989. Estas fotos corresponden a uno de los vídeos incautados en la casa de la Calle Buenavista N° 265 en la urbanización Chacarilla del Estanque, lugar donde fue capturada la ex monja, Nelly Marión Evans Risco de Alvarez Calderón. Estas tomas son del vídeo “Zorba el Griego”.
A estas filmaciones la DINCOTE las denominó video de “Zorba el Griego”, pues en una de las escenas se puede ver a Abimael Guzmán Reinoso y los 19 miembros del comité central bailar y hacer palmas al ritmo de la melodía de la película “Zorba el Griego”.Otro video de importancia es el que contiene las imágenes del sepelio de Augusta La Torre Carrasco (a) “Norah” y el velatorio de ropas, que es una costumbre y tradición ayacuchana. Este velatorio se lleva a cabo dentro de la primera semana de fallecida una persona; en él se velan las pertenencias y objetos más apreciados por la difunta, o de cuyus, como se dice en latín.
Dada la importancia de la documentación encontrada en la casa de la Calle Buenavista N° 265 en la urbanización Chacarilla del Estanque, me constituí personalmente a dicho inmueble el 2 de febrero de 1991, en horas de la tarde. Fui recibido por Benedicto Jiménez Bacca, a quien felicité por el excelente trabajo de su equipo y luego pedí me mostrara todo el inmueble y las especies incautadas que estaban siendo seleccionadas para consignarse en el acta respectiva como medios probatorios.Me parecía increíble estar en el mismo inmueble donde Abimael Guzmán Reinoso había vivido acompañado de tres mujeres: Elena Albertina Iparraguire Revoredo, Nelly Marión Evans Risco de Alvarez Calderón y Angélica Salas La Cruz. Estas se turnaban para cuidar personalmente al “presidente Gonzalo”, le preparaban su alimentación y administraban —de acuerdo a un horario— sus medicinas para controlar la hipertensión arterial, la psoriasis y la polisistemia, que eran las tres enfermedades crónicas que padecía el líder senderista.Recorrí en silencio uno por uno todos los ambientes de la casa intervenida, observando cada pequeño detalle, deteniéndome en algunas habitaciones para analizar la documentación existente y los objetos que forman parte de la simbología de esta red terrorista. Pensaba dentro de mí, ¿algún día estaremos frente a frente Abimael Guzmán Reinoso y yo? El tiempo lo dirá, me contestaba a mí mismo en silencio.
Efectivamente, 20 meses después cumpliendo una misión como oficial de inteligencia, lo encontré en la Isla San Lorenzo, y estuvimos frente a frente, desarrollando ambas partes una confrontación dialéctica, una auténtica lucha de dos líneas de pensamiento, totalmente contrapuestas: una la mía, que abogaba por la vida y la defensa de los derechos fundamentales de la persona, mientras que la otra, la de Guzmán, hacía gala de desprecio por la vida con tal de cumplir su proyecto político de destruir el Estado y tomar el poder para implantar el comunismo en el Perú.Estando al éxito obtenido por el GEIN en la ejecución de la operación de inteligencia “Caballero” y considerando la importancia de la documentación que personalmente pude tener en mis manos —en el inmueble de Buenavista—, la cual contenía valiosa información respecto a la cúpula terrorista y la manera cómo solía vivir su máximo líder, y estando, asimismo, al hecho de que en mi criterio Benedicto Jiménez Bacca debería tener plena autonomía en su trabajo profesional, el que —por su naturaleza—requería de un mayor apoyo, una gran capacidad de movimiento y libertad de acción para poder coordinar sus tareas de inteligencia con los diferentes estamentos del Estado, estime indispensable reiterar yreforzar aún más el apoyo del más alto nivel a su trabajo. Sólo así su comando le brindaría todas las facilidades del caso y se evitaría cualquier presión sobre su persona.Informado el presidente Fujimori de esta situación y comprendiendo que su Despacho debía adoptar todas las medidas dentro de la nueva estrategia de lucha contra las redes terroristas, tomó la decisión política —en uso de su atribución constitucional como Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú y en su calidad de presidente del Sistema de Defensa Nacional—de emitir el 5 de febrero de 1991 un memorando dirigido al ministro del Interior “nombrando a Benedicto Jiménez Bacca como oficial de enlace de la DINCOTE con el Servicio de Inteligencia Nacional”. Esto se hacía a efectos de viabilizar “las tareas propias de ambos órganos en materia de Seguridad Nacional”.Con la emisión de dicho documento público, otorgado por un funcionario público en el ejercicio de sus atribuciones, se acredita indubitablemente que el presidente Fujimori desde un primer momento ha estado informado —en el nivel que concierne a un Jefe de Estado— de las actividades de la DINCOTE, y que por ello brindó todo su apoyo a dicha unidad. Ello se tradujo principalmente en el otorgamiento de libertad de acción a Benedicto Jiménez Bacca para que como jefe de operaciones del GEIN, desarrolle con plena autonomía sus tareas de inteligencia, que a la postre tuvieron éxito en la lucha contra Sendero Luminoso.
El 7 de febrero de 1991 en horas de la noche el presidente Fujimori vio por conveniente dar un mensaje a la nación señalando, con meridiana claridad, los principales lineamientos políticos de la nueva estrategia que venía desarrollando el gobierno en la lucha contra las redes terroristas. En ese mensaje dejó claro el concepto estratégico del estadista como conductor de la guerra, para que a su vez la estrategia militar redefina su accionar desde la perspectiva de la Guerra Asimétrica que era y es —actualmente— el conflicto que sigue enfrentando el Estado peruano contra actores no estatales internos.En abril de 1991 el Senado de la República ratifica los ascensos de coroneles a generales en la PNP, con lo cual el coronel Antonio Ketín Vidal Herrera obtuvo su ansiado ascenso a general. Ante ese hecho, y por haber laborado como Director Nacional de Contrainteligencia en el SIN, y estando a la recomendación del general Julio Salazar Monroe, jefe del SIN, y de la mía, el ingeniero Fujimori dispone su cambio de colocación —por ascenso— del SIN a la DINCOTE, para apoyar al director de dicha dependencia policial, el general Héctor Jhon Caro, quien cuando desempeñó la Jefatura Departamental de Policía en Ancash, logró la captura del conocido dirigente senderista Antonio Díaz Martínez (a) “Alejandro”, integrante del comité central y uno de los ideólogos de la red terrorista. Héctor Jhon Caro ejercía el comando con gran solvencia, de manera eficiente y muy profesional.Con este cambio de colocación se rompió una tradición institucional en la PNP, pues en las unidades sistémicas como la DINCOTE sólo debía estar al comando un general y no dos, pero el presidente Fujimori —que es un buen administrador de personal—estimó pertinente la recomendación formulada y decidió romper esta tradición, pues en la lucha contra el terrorismo el Estado debe ubicar en los órganos respectivos a sus mejores y más experimentados funcionarios públicos.
Para el Jefe de Estado el binomio de los generales Jhon Caro / Vidal Herrera, era la fórmula más conveniente, pues al ver sus legajos personales me dijo: “Mi instinto me dice que este será un buen comando en la DINCOTE”, y no se equivocó, pues 1991 y 1992 fueron dos años en que la DINCOTE reorientó su trabajo y reestructuró su esquema organizacional, el cual en la Sala de Conferencias del SIN fue expuesto por el propio general Jhon Caro acompañado únicamente del general Vidal Herrera, ante el ministro del Interior de la época y con la presencia del director general de la PNP, teniente general Adolfo Cuba y Escobedo; del jefe del SIN, general Julio Salazar Monroe, y de la mía.El 22 de junio de 1991 el GEIN pone en ejecución la operación de inteligencia “Leona”, siendo intervenidos —entre otros— los abogados Yobanka Pardavé Trujillo (a) “Rebeca” y Tito Valle Travesaño (a) “Eustaquio” —quien era pareja sentimental de dicha letrada—, y además un elemento muy importante para Sendero Luminoso, el profesor Víctor Zavala Cataño (a) “Rolando”, quien aparte de ejercer el mando militar de todo Socorro Popular (SOPO) era el arquitecto del lenguaje de las imágenes y de los mensajes gráficos que utiliza esta red terrorista para efectuar sus acciones de agitación y propaganda.Los tres intervenidos eran prominentes cuadros de la organización, y dirigían este aparato central de manera colegiada y operando en forma encubierta para desarrollar sus acciones en Lima y provincias. La desarticulación de SOPO constituyó un fuerte golpe a la red, pues perdieron importantes dirigentes y se incautó valiosa documentación que ha servido para conocer en profundidad la estructura de la agrupación.En septiembre de 1991 sucede un hecho lamentable en la DINCOTE: el oficial encargado de la tesorería cobra los sueldos para el pago de la planilla mensual de los haberes de todo el personal de dicha dependencia policial y procede a guardarlo en una gaveta de su oficina ubicada en las propias instalaciones de la DINCOTE, de cuyo lugar es robado por personas desconocidas. Todo el efectivo destinado nada menos que a los emolumentos del personal es hurtado, generando este hecho un grave problema y un tremendo malestar en dicha dependencia policial. Esta situación sólo pudo ser superada gracias a la oportuna intervención del presidente Fujimori –que al ser enterado del robo– se preocupó en solucionar el problema disponiendo lo conveniente para que en el día se abonen esos haberes, pues ese grave impasse no sólo afectaba la moral en la DINCOTE sino la tranquilidad de muchas familias policiales.Ante esa situación el teniente general Adolfo Cuba y Escobedo en su calidad de director general de la PNP, dispuso la investigación correspondiente por la Inspectoría y propuso el relevo del general Héctor Jhon Caro del comando de la DINCOTE, pues consideraba que el jefe es responsable de todo lo que pasa en su dependencia y ese hecho revelaba una grave falta de control. En suma, el general no podía continuar en esas circunstancias en el comando de la unidad.
El cambio se materializó –muy a pesar del ingeniero Fujimori, del jefe del SIN, general Julio Salazar Monroe, y de mi persona que le guarda una gran consideración por su profesionalismo– el 27 de noviembre de 1991, día del Arma de Infantería en el Ejército Peruano. El general Antonio Ketín Vidal Herrera asumió el comando de la DINCOTE –que ya contaba con cerca de mil efectivos– para darle unidad y continuidad al trabajo de dicha dependencia. Por decisión del Jefe de Estado ya no se nombra a otro general como ejecutivo, asumiendo tales funciones el coronel más antiguo.Paradójicamente, ese día 27 de noviembre de 1991 el GEIN ejecuta la operación de inteligencia “Palacio”, en cuyas circunstancias se interviene a los integrantes que conforman el aparato político y militar del departamento de defensa de Socorro Popular que venía realizando sus operaciones en la zona sur de Lima, deteniéndose a Milton Douglas Silva Dávalos (a) “Omar” –que lo encabezaba– y a otros 14 elementos, los cuales eran mandos políticos y militares de los respectivos destacamentos y milicias de defensa. Durante el registro se encuentran planos y croquis de los ataques que realizarían ese mismo día en horas de la noche, así como explosivos, armas y municiones encubiertas entre sus prendas personales.El 11 de abril de 1992 el GEIN pone en ejecución la operación de inteligencia “Hipócrates”, logrando exitosamente la desarticulación de la célula de dirección que integraba el aparato de salud de Socorro Popular –de ahí proviene el nombre de la operación–, detectándose la forma de operar clandestina de las enfermeras, estudiantes de medicina y médicos que estaban a cargo de atender los problemas de salud de sus militantes y familiares sin que ello implique una labor exclusiva, pues se encontraban organizados en pequeños destacamentos que llevaban a cabo diversas acciones que incluso podían ser ataques terroristas contra cualquier objetivo.Dos días después, el 13 de abril de 1992, el GEIN convertido en la División de Inteligencia contra el Terrorismo (DIVICOTE-1) concluye la operación de inteligencia “Moyano” y logra la ubicación y captura de todos los elementos que conformaban la célula que dirigía el periódico autodenominado “El Diario”, que era un vocero de Sendero Luminoso y que circulaba clandestinamente a nivel nacional e internacional.Ese mismo día, 13 de abril de 1992, la DIVICOTE-2 que anteriormente operaba como Bredet (Brigada Especial de Detectives) bajo el comando del comandante Juan Gonzales Sandoval, intervino exitosamente a Peter Cárdenas Shulte (a) “Alejandro”, uno de los principales cabecillas de dicha red y que planificó la operación de búsqueda y eliminación del ex ministro de Defensa general Enrique López Albújar Trint, quien fuera ejecutado por un comando operativo entrenado específicamente para ese propósito como un acto de represalia contra el Ejército Peruano por los sucesos de Los Molinos en la localidad de Jauja en febrero de 1989. Gonzales Sandoval es un gran policía y excelente profesional de inteligencia que conoce en profundidad a las redes terroristas de Sendero Luminoso y el MRTA por haber trabajado durante 16 años en lucha contraterrorista. En esa época el esfuerzo de búsqueda de su división estuvo orientado al MRTA.
El 16 de mayo de 1992, el Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional promulga el Decreto Ley 25499, denominado Ley de Arrepentimiento, como una de las vigas maestras de la nueva estrategia para la Pacificación Nacional, que junto al Decreto Legislativo N° 741, del 11 de noviembre de 1991, en que se reconoce a los comités de autodefensa como organizaciones de la población para desarrollar actividades de autodefensa de su comunidad, son los dos dispositivos de mayor importancia diseñados por el gobierno del ingeniero Fujimori en el proceso de lucha contra las redes terroristas que venían operando en el país.El 22 de junio de 1992, la DIVICOTE-1 ejecuta la fase final de la operación de inteligencia “Huascaura”, interviniendo a Luis Alberto Arana Franco (a) “Manuel”, su cónyuge y varios profesores que enseñaban en la Academia César Vallejo, todos los cuales integraban el grupo especial de trabajo (GET) componente del aparato de logística de Sendero Luminoso que venía operando de manera encubierta en la citada academia.La captura de Arana Franco constituyó la pieza clave que posibilitó dos meses después la ubicación y detención de Abimael Guzmán Reinoso. En efecto, si bien en un inicio Arana Franco negó rotundamente cualquier vinculación con la red terrorista, los medios probatorios acopiados pacientemente por el GEIN –convertido en instrucciones para reunirse de inmediato con él en la primera cuadra de la avenida Brasil, en el distrito de Breña. Cuando se encontraron “Arturo” le hace saber, verbalmente, que el próximo contacto sería ese mismo día a las 18:30 horas en el Centro Comercial Risso, en el distrito de Lince, lugar donde debería estar puntualmente. Luego se despiden.
A la hora acordada, Arana Franco llega al citado centro comercial en espera de su contacto. Procede a ubicar su viejo vehículo en el estacionamiento de dicho lugar. No tarda en distinguirlo entre la gente que andaba por allí. Intercambian saludos y luego empiezan a caminar separados, a corta distancia, por un breve término. Luego nuevamente se juntan a una seña de “Arturo” en una esquina de la avenida Arequipa para abordar un colectivo con dirección a Barranco. Se bajan en un paradero de una de las calles de ese distrito y vuelven a caminar separados por un breve término. Más tarde “Arturo” ingresa al local de un pequeño y discreto chifa-restaurante, seguido de Arana; ambos se sientan en una misma mesa para beber una botella de cerveza y hacer tiempo.Estando en el chifa, Arana Franco se percata de que en la puerta había parada una persona que usaba una gorra tipo Jorge Chávez y tenía una pequeña barba en forma de triángulo, lo que comúnmente se conoce como “chivita”. Este le hace señas a Arturo y luego desaparece por un momento, para luego volver a aparecer, un juego que supuestamente pretendía despistar o confundir a hipotéticos seguidores. Arana Franco y “Arturo” se paran un momento después y salen del chifa para abordar un taxi que los llevaría a Miraflores, a la altura de la famosa calle de las pizzas. Allí descienden y, nuevamente, ingresan juntos a una cafetería para tomar esta vez unas gaseosas. En esas circunstancias observa el director de la Academia César Vallejo, la presencia del mismo personaje con gorra y “chivita”. En esta oportunidad este llega a conversar –brevemente– con “Arturo” y luego desaparece del escenario.Acto seguido, “Arturo” le indica a Arana Franco que en ese instante deberían abordar un taxi más, para lo cual salen de la cafetería y abordan un vehículo que pasaba en ese instante. Se bajan a la altura del teatro Marsano, ubicado en el mismo distrito de Miraflores, y empiezan, nuevamente, a caminar juntos. Es entonces cuando Arana se percata, por tercera vez, de la presencia del hombre de la “chivita”, quien enciende un cigarrillo, y en ese instante –ante dicha señal– “Arturo” le indica a Arana, agarrándole del brazo, que ingrese a la cochera que estaba al costado del citado teatro. Entran y se dirigen a un auto Hyundai de color granate, encendido, y que pilotea una joven mujer.Luego del saludo protocolar correspondiente, la joven mujer (que posteriormente se conocería era la bailarina de ballet Maritza Garrido Lecca) le indica a “Arturo” que se siente en la parte delantera del automóvil, a su costado, mientras que a Luis Arana le pide lo haga en el asiento trasero. Por disposición de “Arturo” se tendió a lo largo de dicho asiento, cubriéndose la cabeza con una toalla que previamente extrajo la mujer de una bolsa de plástico que tenía en la parte delantera del carro.De esa manera el automóvil abandona la cochera, y con sus tres ocupantes parte presuroso hacia su destino. Allí Arana Franco volvería a ver, por segunda y última vez, a su líder Abimael Guzmán Reinoso. Luego de un breve recorrido, el vehículo se detiene en un inmueble, y acto seguido se abre la puerta de otra cochera. El auto ingresa y Arana Franco siente que la puerta se cierra sin saber el lugar donde se encontraba. Al bajarse del auto le quitan la toalla, e ingresan todos al interior de la casa hasta una habitación donde había una mesa pequeña y tres sillas. Maritza y “Arturo” le indican que tome asiento.A los pocos minutos aparece en persona nada menos que el mismo Abimael Guzmán Reinoso, el llamado “presidente Gonzalo”, para hablar con Arana. Lo acompaña “Arturo”. Cada uno se sienta en su respectiva silla para conversar. Guzmán confirma la designación de “Arturo” como el nuevo enlace con la dirección central. Le recomienda a éste y a Arana Franco que siempre adopten todas las medidas de seguridad en sus diversas actividades para evitar ser detectados por las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia, los que estaban desplegando todo el esfuerzo de búsqueda para su ubicación y captura.A partir de ese momento Arana despejó cualquier duda sobre “Arturo”, pues constata personalmente que gozaba de la confianza plena de Guzmán. En el transcurso de la reunión, la joven y agraciada mujer que conducía el auto atendía a las tres personas con vino y bocaditos. El encuentro tuvo una duración de aproximadamente una hora, luego de lo cual Guzmán se incorporó para despedirse, no sin antes volver a recordarles las cinco necesidades del partido, pues ellas contenían todas y cada una de las medidas de seguridad de Sendero Luminoso.El retorno de Arana estuvo signado por procedimientos similares a los que se pusieron en práctica cuando en la cochera abordó el auto. Al ingresar al auto le indican que proceda a ubicarse en el asiento posterior y le cubren la cabeza; el vehículo sale de la casa –sin saber Arana el lugar de ubicación– y toma el circuito de playas, pues el transportado se percata del itinerario por el silencio y sonido de las olas. Más tarde el auto está atravesando por la avenida Santa Cruz en el distrito de San Isidro, circunstancia en la que “Arturo” le autoriza a quitarse la toalla de la cabeza y levantarse para así poder bajarse en una esquina de la avenida Salaverry, a la altura del local de la Comandancia General de la Marina de Guerra del Perú. Desde allí podrá retornar a su domicilio.Con buen criterio y profesionalismo, y en mérito a la abundante información proporcionada por Arana Franco, que se ha descrito, Benedicto Jiménez procedió con el mismo informante a la reconstrucción de los hechos. Es decir, reconstruyó cada paso suyo, desde el instante en que se encontró con “Arturo” en el Centro Comercial Risso en Lince, hasta llegar a la playa de estacionamiento ubicada a un costado del teatro Marsano en Miraflores. Jiménez trazó como objetivo de su trabajo ubicar el número de la placa de rodaje y a quién le pertenecía el vehículo involucrado, pues esa sería una de las pistas lógicas para ubicar a Guzmán. El buen olfato de policía de Benedicto Jiménez, y su vasto conocimiento de Sendero Luminoso, hizo posible que adoptara esta línea correcta de investigación.Al concluir la reconstrucción del itinerario recorrido por Arana Franco hasta su llegada a la cochera ubicada a un costado del teatro Marsano, el personal del GEIN se dedicó a la identificación del número de placa de rodaje del automóvil marca Hyundai, color granate, para que una vez obtenida esa información solicitar a través de una petición a la DIROVE, los nombres y apellidos del propietario de dicho vehículo.Para ello fue necesario indagar ante la guardianía de la playa de estacionamiento. Lo que se obtuvo como resultado fue que dicho local era de propiedad de una asociación de maestros y el encargado del control un profesor que tenía sus oficinas en otro distrito, lugar adonde se remitían los talonarios de las facturas respectivas.Una vez ubicada esa oficina, el personal de la DINCOTE se constituyó en ella y le solicitó al encargado la exhibición de los talonarios de las facturas. Al ser puesto a la vista el archivo correspondiente –luego de un arduo trabajo de casi dos días seguidos– se encontró el talonario de registro del día 4 de abril de 1992, el que al ser revisado arrojó una anotación interesante: figuraba allí la estadía de un vehículo con placa de rodaje KQ-4805 marca Hyundai, pero no constaba el color del mismo.Ahora bien, estando al mérito de la anotación en el talonario de facturas, de la hora de entrada y hora de salida –en esa noche–que coincidía con la infol [nación brindada por Arana Franco, y que fue materia de reconstrucción, se determinó que ese era el vehículo buscado. Se procedió entonces a solicitar a la DIROVE que de manera encubierta obtenga la información del caso ante la Oficina Registral del Ministerio de Transportes y Comunicaciones.Recibida la respuesta, entre un paquete de documentos con relación a diversos vehículos –estrategia ésta para evitar una fuga de información– se constató que el propietario del vehículo KQ4805 marca Hyundai, color granate, era Carlos Andrés Incháustegui De Gola. Con este valioso dato se solicitó información a la RENIEC para conocer sus generales de ley.Con toda esta indagación básica se fue alimentando progresivamente los ordenadores y enriqueciendo la Base de Datos del GEIN, de modo de ir perfilando un cuadro de situación respecto de la familia Incháustegui De Gola y su respectivo entorno, a fin deproceder luego a ubicar el objetivo e implementar una operación de OVISE con respecto a esta persona.
Otra información de gran valor que proporcionó Arana para el desarrollo de las operaciones, fue el hecho de que recibió un encargo de su primer contacto con la dirección central –el cual se relevó posteriormente con “Arturo”– a fin de que buscara un inmueble con el objetivo de arrendarlo. Para este propósito le brindó una dirección que había obtenido de un aviso que salió publicado en un medio de comunicación, indicándole que vaya a verlo en la Calle 1 N° 459 Los Sauces, Surquillo, para conocer las condiciones del arriendo y el estado de conservación del mismo.En circunstancias en que se encontraba en el interior del inmueble acompañado del hijo de la dueña de la inmobiliaria –que tenía a cargo momentáneamente el alquiler de la casa– escuchó la frenada brusca de un vehículo que se estacionó intempestivamente en el frontis de la vivienda, hecho que atrajo su atención y por curiosidad e instinto de seguridad se aproximó a una de las ventanas como para ver qué pasaba. Cual no sería su sorpresa al ver a la joven mujer que manejó el automóvil Hyundai color granate cuando fue conducido para la reunión con Guzmán. Ella estaba acompañada de la corredora de inmuebles hablando en voz alta sobre el alquiler de la casa, lo que lo asustó e hizo salir raudamente del lugar, sin que las dos mujeres se percataran de su presencia allí.Posteriormente, un Arana asustado en un primer momento, reaccionó tomando la iniciativa de hacer una llamada telefónica para preguntar si aún estaba en alquiler la casa ubicada en la Calle 1 N° 459 Los Sauces, Surquillo, recibiendo como respuesta de la persona que contestó, que la casa ya había sido alquilada el día anterior.En base a esta última información, Benedicto Jiménez –quien no le gustaba dejar ningún cabo suelto– dispuso que Arana enseñara a su personal de confianza la ubicación de dicho inmueble, para en su oportunidad fijarlo como un blanco de vigilancia. Aún no se conocía que en esa vivienda se encontraban ocultos nada menos que Abimael Guzmán Reinoso, Elena Albertina Iparraguirre Revoredo y otros, acompañados todos ellos de una joven mujer llamada MaritzaGarrido Lecca y su pareja, el hombre de la gorra y “chivita”, Carlos Incháustegui De Gola.Estando al mérito de dicho reconocimiento y teniendo en cuenta el cúmulo de información obtenida y evaluada, el personal del GEIN procedió a orientar el esfuerzo de búsqueda sobre dicho inmueble con el propósito de conocer quiénes lo habitaban y qué labores ejercían, para lo cual se realizaron varios reconocimientos in situ. Es así que los investigadores observan que de dicha casa salía una persona joven de sexo masculino con características físicas que coincidían con las proporcionadas anteriormente por Arana Franco: se trataba de un individuo que tenía la barba tipo chivita. Esto motiva que este personaje se convierta –ipso facto–en un blanco sujeto a un servicio de OVISE con el propósito de conocer toda su rutina y cadena de contactos.Durante el proceso de OVISE se aprecia que el objetivo era una persona que al desplazarse utilizaba todas las medidas de seguridad para evadir cualquier seguimiento, lo que a la postre obligaba a una mayor discrecionalidad en la vigilancia móvil a fin de no ser detectados. Con el seguimiento se constata que uno de los lugares de mayor concurrencia del hombre de la “chivita” era la residencial “El Remanso II” en La Molina. A este lugar se tuvo que infiltrar personal para que opere de manera encubierta como si fuera un elemento de seguridad que controla la entrada y salida de vehículos y personas a dicha residencial.
Aquí lo que se buscaba era ubicar físicamente el automóvil marca Hyundai color granate de placa de rodaje KQ-4805, pues todo indicaba que en ese vehículo fue trasladado Arana Franco desde la cochera ubicada al costado del teatro Marsano en Miraflores, hasta el punto de encuentro desconocido donde se encontraba Abimael Guzmán Reino so.De la discreta revisión del libro de control de ingresos que disponía el personal de seguridad en la entrada de la residencial, se constató que el automóvil había ingresado hasta en dos ocasiones a dicho lugar, transportando a visitas para determinada familia, en los meses de enero y febrero de 1992.Debido a la conducta sospechosa de este misterioso personaje, es que el oficial de la DINCOTE que conducía la operación, tomó la decisión correcta de disponer –a inicios de julio de 1992– la implementación de un servicio de OVISE en los alrededores de la casa ubicada en la Calle 1 N° 459 Los Sauces, Surquillo. Se hacía esto con el procedimiento de vigilancia en vehículo y el método A, B y C a pie, hasta conseguir un puesto de observación fijo en un área cercana al objetivo, área que facilitara la visión de manera encubierta, bajo el principio de “ver sin ser visto”.
La misión de la operación a estas alturas era vigilar al sujeto que tenía la barba tipo chiva y a la mujer que solía salir eventualmente de la casa para despedirse efusivamente desde la puerta del inmueble. Entre tanto, se buscaba un emplazamiento para la instalación del puesto fijo, hecho que dificultó momentáneamente el normal desarrollo de la operación.Al poco tiempo y luego de múltiples indagaciones por esa zona, se obtuvo la información de que en una casa de la Calle 1, ubicada cerca al objetivo, vivía con su familia un coronel de la Policía Nacional en situación de actividad procedente de la PIP. Desde ese lugar se tenía muy buena visibilidad del punto de observación debido a su ubicación estratégica, motivo por el cual Benedicto Jiménez Bacca decidió conversar con dicho coronel para que le proporcionara en alquiler un ambiente en el tercer piso de su vivienda. Este tercer piso estaba deshabitado y se podía instalar allí un puesto encubierto para vigilar el objetivo.El coronel, como buen policía, aceptó el pedido solicitado requiriendo a su vez no se comprometiera en absoluto a su familia, y con esa condición proporcionó una habitación vacía que disponía en el tercer piso. Es así que luego de los arreglos respectivos se instaló para víspera de Fiestas Patrias de 1992, el puesto de vigilancia que operó las 24 horas del día, en 3 turnos de ocho horas cada uno.
Como un hecho anecdótico he de referir que el coronel de la Policía, dueño del citado inmueble, era compañero de promoción de la PIP de un amigo mío, el comandante Pablo Quinteros Tello, que por esa época, al estar en situación de retiro, colaboraba –como un elemento de búsqueda de informaciones en materia de lucha contra el terrorismo— con el Servicio de Inteligencia Nacional. A Quinteros se le contó los detalles de la entrevista que había tenido con Benedicto Jiménez y del hecho de haberles proporcionado un ambiente para que hagan vigilancia a un elemento terrorista, pidiéndole a su vez que gestionara una entrevista urgente con mi persona para informarme del caso y pedir un apoyo por medidas de seguridad familiar.
Después de Fiestas Patrias recibí en los locales del SIN a mi amigo Pablo Quinteros Tello y a su compañero de promoción el coronel —hoy general retirado— cuyo nombre y apellidos omito en salvaguarda de su seguridad personal y familiar. A este general lo identifiqué con el criptónimo de “C” por la primera letra de su nombre real. “C” me narró con mayor precisión los detalles de cómo estaba operando el puesto de vigilancia de la DINCOTE en su domicilio.Como policía experimentado estimaba que Jiménez Bacca tenía entre manos un caso muy grande. Por su propia seguridad y en aras de colaborar con el SIN, me solicitó, pidiéndome la mayor reserva, ayuda para instalar un dispositivo de escucha encubierto en el ambiente de vigilancia, o cerca del mismo, para saber todo lo que se conversaba entre el personal que permanecía dentro de la habitación y sus comunicaciones radiales con el exterior. Esto se haría porque su familia tenía un fundado temor de que le sucediera algún impasse y era mejor precaver.La petición me pareció razonable, por lo que gestioné ante el departamento de apoyo técnico del SIN se instalara dispositivos diminutos para poder escuchar las conversaciones de la habitación del tercer piso y el equipo de grabación lo ubicara en el dormitorio de “C”, quien diariamente entregaba las cintas de audio al comandante Pablo Quinteros Tello en un punto de contacto de un centro comercial. Quinteros luego las traía al SIN y entonces se procedía a transcribirlas para luego informarle de algún hecho especial que motive su atención.Es así como fuimos obteniendo progresivamente valiosa información sobre los detalles de la vigilancia del inmueble donde —no se conocía aún—estaban ocultos Abimael Guzmán Reinoso y Elena Albertina Iparraguirre Revoredo. Por expresa indicación del presidente Fujimori —que estuvo al tanto del hecho— no se interfirió en absoluto con la misión que muy profesionalmente venía desarrollando el personal del GEIN.Para casi fines de agosto de 1992, las tareas de observación y vigilancia sobre el objetivo incrementaron su intensidad. Para entonces ya se habían adaptado, y adoptado, todas las medidas de seguridad para cualquier intervención. En vista de ello Benedicto Jiménez dispuso la instalación de un servicio permanente que apoyara con vehículos debidamente equipados al puesto de vigilancia.
Dos momentos memorables de la noche de la captura. Abimael Guzmán Reinoso dice que lo podrán detener, pero que su pensamiento seguirá intacto en la revolución mundial. En la otra foto se muestra resignado, al lado de Elena Albertina Iparraguirre Revoredo.A partir de ese momento las tareas aumentaron exponencialmente, al punto de haber logrado diseñar, muy hábilmente, toda una operación para tener a disposición los desperdicios de la cuadra con un vehículo alquilado que simulaba ser el recogedor ordinario y habitual de basura, pero en realidad esta unidad de transporte estaba conducida y manipulada por personal encubierto de la DINCOTE. Con esta ingeniosa fachada se recogía con facilidad, y toda normalidad, la bolsa de basura que entregaba nada menos que la joven mujer vigilada, a la que ya nos hemos referido. Recibido el paquete, este se trasladaba a la DINCOTE con el fin de analizar pormenorizadamente su contenido.Esta serie de operaciones que constituyeron el derrotero final fueron ejecutadas escrupulosamente, lo que determinó que Benedicto Jiménez Bacca contará con una sólida base para llevar adelante la fase final de la operación de inteligencia “Victoria”. El excelente trabajo del personal de la DINCOTE concluyó a las 20:45 horas del 12 de septiembre de 1992, cuando el inmueble ubicado en la Calle 1 N° 459 Los Sauces, Surquillo, fue intervenido y en él se capturara a Abimael Guzmán Reinoso, Elena Albertina Iparraguirre Revoredo, María Eugenia Pantoja Sánchez, Laura Zambrano Padilla, Maritza Garrido Lecca –la bella joven que conducía el vehículo marca Hyundai color granate– y su pareja Carlos Andrés Incháustegui De Gola, el hombre de la “chivita”.La noticia explotó en todos los medios de comunicación del Perú y del mundo. Las redacciones de los medios escritos, las cabinas de las radioemisoras y los sets de televisión se remecieron como ante un sismo de gran intensidad. Esa noche y el día siguiente constituyeron jornadas de intenso júbilo para todo el país. En todos los confines de la patria se respiró el ambiente que se respira el día de la liberación de la opresión o las cadenas a las que nos somete un invasor. En realidad se iniciaba la liberación del Perú del yugo del tenor. Ese día de la intervención marcó un hito histórico en la lucha contra la red terrorista Sendero Luminoso, a partir del cual comienza otra etapa sustancialmente diferente a la anterior, pues ahora había que enfocar la lucha más en el campo de las ideas y desde la perspectiva de la Guerra Asimétrica como variable principal de la Guerra de Cuarta Generación.El presidente Fujimori en su condición de Jefe Supremo de la Policía Nacional hizo uso de las facultades que le confería la Ley de Situación Policial y otorgó el ascenso al grado inmediato superior a todo el personal de la DINCOTE perteneciente al GEIN por haber protagonizado excepcionales y meritorias acciones en la lucha contra el terrorismo, haciendo de esta manera un extraordinario aporte a la Pacificación Nacional.Por mandato de la Ley de Situación Policial, la aplicación de esta facultad potestativa sólo se podía aplicar hasta el grado de comandante, y así se hizo con Benedicto Jiménez que ascendió algrado de coronel. Hubo dos lamentables excepciones, el comandante Marco Miyashiro Arashiro y el técnico Cápac, quienes no fueron considerados en el ascenso otorgado al personal del GEIN, en mérito a una arbitraria investigación del Inspector de la DINCOTE, coronel Estremadoyro, que los consideró de manera abusiva como presuntos responsables de la supuesta venta de un video sobre la captura de Abimael Guzmán Reinoso y otros en que aparecían imágenes del general Ketín Vidal conversando con el líder senderista el 12 de septiembre de 1992. Esta imputación es completamente falsa, y en consecuencia el que no fueran considerados para un ascenso constituyó una escandalosa injusticia.
Como la Ley de Situación Policial no permitía el ascenso al grado inmediato superior de un general de la Policía, me permití sugerir al presidente Alberto Fujimori que por esta única vez y de manera excepcional el Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional dispusiera el ascenso del general Vidal Herrera al grado inmediato superior de teniente general. El presidente Fujimori me encargó hacer el proyecto de dispositivo legal correspondiente para luego someter éste a consideración del Consejo de Ministros.
Merced a esta sugerencia y a la aceptación de la misma por el Jefe de Estado, el 22 de octubre de 1992 el diario oficial “El Peruano” publicó en la separata de normas legales el siguiente Decreto Ley:DECRETO LEY N° 25766
Ascienden al Grado de Teniente General de la Policía Nacional del PerúEL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA POR CUANTO:El Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional, con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros, ha dado el Decreto Ley siguiente:
Artículo Único.- Asciéndase a partir de la fecha, por excepcional acción meritoria, al Grado de Teniente General de la Policía Nacional del Perú, al General PNP Antonio Ketín VIDAL HERRERA.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, al primer día del mes de octubre de mil novecientos noventidós.ALBERTO FUJIMORI FUJIMORIPresidente Constitucional de la República
OSCAR DE LA PUENTE RAYGADA Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de Relaciones Exteriores, VÍCTOR MALCA VILLANUEVA Ministro de Defensa,
CARLOS BOLOÑA BEHR Ministro de Economía y Finanzas, JUAN BRIONES DÁVILA Ministro del Interior, FERNANDO VEGA SANTA GADEAMinistro de Justicia, VÍCTOR PAREDES GUERRA Ministro de Salud, ABSALON VÁSQUEZ VILLANUEVA Ministro de Agricultura, JORGE CAMET DICKMANN Ministro de Industria, Comercio Interior, Turismo e Integración, DANIEL HOKAMATOKASHILO Ministro de Energía y Minas, AUGUSTO ANTONIOLI VÁSQUEZ Ministro de Trabajo y Promoción Social, ALFREDO ROSS ANTEZANA Ministro de Transportes y Comunicaciones, Vivienda y Construcción, JAIME SOBERO TAIRA Ministro de Pesquería, ALBERTO VARILLAS MONTENEGRO Ministro de Educación, MÁXIMO MANUEL VARA OCHOA Ministro de la Presidencia.
POR TANTO:Mando se publique y cumpla, Lima, 1 de octubre de 1992. ALBERTO FUJIMORI FUJIMORI Presidente Constitucional de la República
OSCAR DE LAPUENTE RAYGADA Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de Relaciones Exteriores, JUAN BRIONES DÁVILA Ministro del Interior.
El 5 de octubre de 1992 el ingeniero Alberto Fujimori concurrió a un evento especial en el Salón de Actos del Club de la Policía ubicado en el distrito limeño de Surco. Habían transcurrido tres semanas desde la captura de Abimael Guzmán, el líder de la red Sendero Luminoso. El ingeniero Fujimori se hacía presente en ese lugar para cumplir con la promesa del Gobierno peruano de entregar al personal del GEIN la suma de un millón de dólares que había ofrecido como recompensa por la captura de este cabecilla terrorista.Los fondos fueron proporcionados por el Servicio de Inteligencia Nacional, con cargo a su presupuesto ordinario de acciones reservadas para cumplir con los fines de la seguridad nacional. Estos fondos de dinero hicieron posible entregar diez mil dólares americanos a cada uno de los efectivos del GEIN, con excepción de Marco Miyashiro que no recibió su parte; pero por iniciativa de Benedicto Jiménez todo el equipo que laboró en la captura de Guzmán, en un gesto de solidaridad que los enaltece, dio una cuota personal para que Miyashiro recibiera también los diez mil dólares que en justicia le correspondía.
Cuando mediante un Decreto Ley, el Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional asciende al grado de teniente general a Ketín Vidal Herrera, éste, al ostentar dicha jerarquía policial desde el 1 de octubre de 1992, pasó a ocupar el tercer puesto en orden de antigüedad en el escalafón de su institución, teniendo como más antiguos sólo al director general de la PNP, teniente general Alva Placencia, y al jefe de Estado Mayor de la PNP, teniente general Zuta Valqui. En tal sentido le correspondió ocupar —por disposición de la Ley de Situación Policial— el cargo de Inspector de la PNP que es el tercero en la estructura jerárquica policial. Por tanto, en vista de su antigüedad en la Policía y por el hecho de su nombramiento como Inspector de la PNP, ya Vidal no podía continuar en el comando de la DINCOTE. Esa fue la razón de su cambio de colocación, cambio que lo puso en línea de carrera para asumir el comando de la PNP años después.Al ascender Ketín Vidal del grado de coronel a general —según hemos visto— se desempeñaba como Director Nacional de Contrainteligencia del SIN, siendo relevado en esa dirección por el coronel PNP Carlos Domínguez Solís, quien asume oficialmente la jefatura de la DINCOTE el 1 de enero de 1993. Domínguez es a su vez relevado como director de Contrainteligencia del SIN.
El general Domínguez es uno de los policías más brillantes de su institución. Domina los idiomas inglés, francés y alemán, y se ha capacitado en la rama de investigación en Francia, Alemania, Estados Unidos y Canadá. Proviene de las canteras de la Policía de Investigaciones del Perú (PIP) y del SIN y durante los 3 añosque estuvo en el comando de la DINCOTE (1993, 1994 y 1995) se produjeron capturas de importantes dirigentes de las dos redes terroristas. Es el caso –a guisa de comentario– referirnos al frustrado proyecto de asalto y toma del Congreso de la República en 1995 por un comando operativo del MRTA. Este proyecto criminal abortó felizmente por la oportuna intervención personal del general Domínguez y sus agentes de la DINCOTE.
Cuando el 20 de junio de 1992 cae detenido Luis Alberto Arana Franco, al ponerse fin a la operación de inteligencia “Huascaura” y estando vigente la Ley de Arrepentimiento, éste se acogió al Beneficio de Exención de la pena por la valiosa información que brindó para que la DINCOTE pudiera llegar hasta el inmueble donde se encontraba oculto Abimael Guzmán Reinoso. Arana Franco salió recién en libertad cuando se aprobó el reglamento de dicha ley mediante el D.S. N° 015-93-JUS del 8 de mayo de 1993.El informe de la DINCOTE fue determinante para que el Organo Jurisdiccional le otorgara dicho beneficio al solicitante Arana Franco. El presidente Fujimori le encargó especialmente al ministro de Justicia de aquel entonces, Fernando Vega Santa Gadea, que en su condición de nexo natural entre el Poder Ejecutivo y Poder Judicial hiciera un seguimiento minucioso a dicho trámite y vea se le otorgue a Arana Franco, además de su libertad, los beneficios complementarios de una nueva identidad, y la asignación de los recursos económicos necesarios para la obtención de un trabajo en el extranjero, así como las máximas medidas de seguridad a su integridad personal y familiar, como un reconocimiento del Estado peruano por su aporte a la ubicación y captura de Abimael Guzmán Reinoso.
Por tanto, las capturas de Abimael Guzmán Reinoso y de Elena Iparraguirre por la DINCOTE, deben verse como un paso sumamente importante y decisivo en el proceso de pacificación nacional e, igualmente, como el resultado lógico de un trabajo eficiente, paciente, profesional y comprometido. A partir de estas premisas, gradualmente, se fue capturando a mandos cada vez más importantes del senderismo. Es indudable que la “caída” de estos dirigentes fue mucho más allá de un simple accidente de trabajo, como pretendieron plantearlo los senderistas en un principio. En la práctica significó un durísimo golpe que echó por tierra sus planes de concretar el voceado “equilibrio estratégico” que entonces acababan de proclamar en un evento del partido. Este “accidente de trabajo” significó el desmantelamiento de sus órganos de dirección, y provocó que un número cada vez mayor de “periféricos o apoyantes” y de “masas” se acogieran a las leyes sobre arrepentimiento o, simplemente, se aparten del partido. Desde otra perspectiva, la histórica y decisiva captura de Guzmán, Iparraguirre y compañía, inmediatamente generó en la ciudadanía un clima de confianza. Confianza en la conducción política del Estado y en las instituciones estatales especializadas en la lucha contra el terrorismo y la subversión.

2 comentarios:

  1. Trabaje en DIRCOTE de 1983 a 1986. Conozco a muchos de los que se mencionan en esta nota. Siempre recuerdo con nostalgia aquellos dias en la Av Espana. Mi jefe el chato Sarmiento del Delta 1 fue un senor jefe. Nunca olvidare esos dias en la PIP. Honor y Lealtad!

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  2. el chato Sarmiento buen jefe, tiempos aquellos.

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